32. The Lazy Song

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The Lazy Song


Xavier


La vida te hace analizar muchas cosas, y más aun cuando el amor de tu vida juega con el destino. Según la enfermera, el bebé está a salvo. Seré padre de un niño, sus pequeñas bolitas se ven claramente en la pantalla del eco. Pero, Jess está inestable, reacciona en ocasiones. Estoy durmiendo en el hospital, mientras los demás hacen la rutina de sus vidas, voy a clases en la mañana, hago las tareas junto a mi novia y no me despego de allí. Mis ojos y mi mirada ajena son símbolos de desesperación. No quiero comer, ni escuchar a nadie. Me da igual lo que pasa a mí alrededor.

Estoy viviendo en la casa de Donny, pues mis padres me cerraron la puerta y mi habitación ahora esta vacía. Lo poco que me importa, pero las cosas son diferentes ahora. Quiero encontrar a la mamarracha y asesinarla con las manos, no me importa si me meten preso por eso, pero detesto que ande libre la muy pendeja y se la de que no es la culpable. Ella sabe que si la llego a encontrar, su vida se va a terminar. Algo tengo que hacer y nada me va a detener. No puede ser que vayan personas así de crueles, como si Jess le hubiese hecho algo terriblemente malo. Jess no le hace daño ni a una mosca, defiende sus derechos como todos. No merece estar así, en una cama, en un puto hospital y teniendo mil cables en su hermoso y delicado cuerpo.

Yo quiero estar en su lugar, no como lo estoy, que sigo vivo sin alma y sin espíritu. Quiero que Jess despierte, verle sus ojos brillosos y saber que será mía por siempre.


Me duele verte así. Sufriendo por un dolor.

Me duele las noches sin que me hables, sin que

Me diriges la palabra en silencio.

Llenas mi vacio en llanto.

Estoy en el sol de tus mañanas.

Voy a morir si tú no te despiertas.

Estoy enloquecido con la situación.

Despierta, nena.


Paro de cantar al ver que las enfermeras se aproximan hacia mí. Hago el intento de estar viendo televisión a un volumen moderado. No quiero que me descubran tan rápido y que no me permitan acceso a la habitación de Jess, así que tengo que comportarme mejor. Ellas ingresan con un doctor conocido, le quitaron los cables y la cambian de ropa. No piden mi ayuda y me dan la espalda. Mientras todo salga bien, no tengo problema con eso. Una de ellas se me queda viendo como si me conociera, me hago el loco y veo a la pantalla aparentando normalidad.

— ¿Qué haces aquí, muchacho? —pregunta el doctor al verme.

—Estoy con mi novia, es decir, Jess Stone.

—No deberías estar aquí. Está prohibido. Sal de inmediato.

—Él no saldrá para ninguna parte —dice un medico que me parece conocido, pero no sé de dónde lo conozco—. La familia lo dejo a cargo y yo lo vigilo constantemente, además tiene madera para ser buen médico. Sabe más que nosotros, aunque no lo sepa y canta de maravilla. Soy fan de su banda. Con su permiso, Iván. Yo soy el encargado de la señorita Stone, y también las enfermeras trabajan conmigo. El hecho de que sea nuevo, no indica que manda en mi hospital. Retírese y haga su trabajo con los niños del piso 11.

Okey eso es inesperado, pero me alegro que lo pusiera en su lugar por grosero. Es sensacional que el médico sea fan de mi banda, aunque este disuelta por estos momentos. El doctor fanfarrón se retira y cierra la puerta tan duro que siento que tiembla el piso.

Yo embarazada © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora