𝙸 𝚠𝚒𝚜𝚑 𝚢𝚘𝚞 𝚠𝚎𝚛𝚎 𝚊 𝚐𝚒𝚛𝚕 - Juanjo y Martin.

16| Por si mañana no estoy.

POV: Martin

El lunes era la última gala antes de la final, y yo era semifinalista. Lo único que quería era que alguien me pegase un tiro entre ceja y ceja.

Mi clase confort en la academia era la de Abril, si quería despejar la mente, era allí a donde iba para escuchar canciones de las galas anteriores tirado en el suelo.

La única diferencia esa vez, es que no estaba vacía, y una melodía se reproducía. Entré cerrando después la puerta, y la persona sentada en el suelo se giró a mirarme.  —¿Por qué estás solo?—

Juanjo se encogió de hombros y pausó la música.  —Ven—  Palmeó el suelo invitándome a sentarme con él.

—¿Estás bien?—  Pregunté rodeándole los hombros con un brazo.

—Sí, sólo estaba escuchando música—  Confirmó sin terminar de convencerme.

—Si te pasa algo me lo puedes decir—  Le recordé frotándole el brazo en muestra de apoyo.

—Lo sé, pero que no es nada, enserio—  Hincó la rodilla en el suelo para levantarse y sentarse en la mesita de Abril.  —Pon la canción que quieras y cántamela, me gusta escucharte—

Sonreí tiernamente acercándome al portátil para poner nuestra canción. La melodía empezó y me giré a mirar a Juanjo, que también tenía una sonrisa en su rostro.  —Canta conmigo—

Me senté a su lado cuando empecé a cantar mirándole directamente a los ojos, y no aparté la mirada en ningún momento durante los dos minutos y veintiocho segundos que dura God Only Knows. Sus ojos brillaban y estoy seguro de que los míos también incluso con más intensidad.

En cuanto terminamos de cantar sus ojos se llenaron de lágrimas que intentó reprimir, pero una corrió por su mejilla.  —Joder, macho—  Se secó la cara con la mano y volví a pasar el brazo por sus hombros.

—Es que, esto se acaba, tío, encima eres semifinalista y no sé si esta es la última vez que vamos a cantar juntos en esta clase—  Confesó con la vista fija en la pared.  —Te lo juro que si pudiese, te daría mi puesto y me jugaría yo estar en la última gala—

—Calla, imbécil—  Dije riéndome suavemente.  —Te lo mereces muchísimo—  Pegué la frente a su sien acariciándole la pierna con mi mano libre. Después de darle un beso en la mejilla, me separé un poco, y él me agarró las manos besándome el hombro y dejando los labios contra mi piel. —Si me quedo, genial, y si me voy también genial—  Dije mirando al suelo, y él se separó para mirarme a los ojos.  —Porque mi do está en la final—

Sonrió rodeándome los hombros y atrayéndome a su cuerpo en un cálido abrazo que ambos necesitábamos acompañado de un beso en el cuello. Se inclinó hacia atrás sin soltarme, haciendo que nos tumbásemos uno al lado del otro cara a cara.  —Te quiero—  Susurró.

Respondí con el mismo tono de voz.  —Es que, esto se acaba, pero hemos hecho cosas tan guays—  Me dio un corto beso en la frente mientras yo le acariciaba el brazo.  —Y tú y yo vamos a estar juntos siempre—  Me acarició la mejilla con la mano que antes me abrazaba por detrás del cuello.  —¿Vale?—  Él asintió.  —¿Me lo juras?—

—Te lo juro por Dios—  Dijo él haciéndome sonreír.  —Te lo prometo—  Sonreí y le pasé el brazo por encima tumbándome sobre él.  —No me gusta que me vean llorar, y menos si eres tú—

—¿Por qué?—  Apoyé la cabeza en su pecho y pronto sentí su mano acariciándome el pelo.

—Por si piensas que soy un blando—  Levanté la cabeza para mirarle sorprendido por sus palabras.