25| Diles.

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(evidentemente, referencia a la canción de Bad Bunny, podemos imaginar por qué)

POV: Juanjo

—¿Quieres hacer tortitas de avena?—  Pregunté al verle llorar desconsoladamente cuando finalizó la película.

—No me puedo creer que eso sea lo mejor que tienes que decir—  Respondió entre sollozos, y de algún modo se me hacía precioso.

—Que no esté llorando no significa que no me haya gustado, eh—  Aclaré, solo por si acaso, mientras le apartaba algunas lágrimas de sus mejillas.

—¿Nos vamos a poner a cocinar a esta hora?—  Cambió de tema secándose la cara con las mangas. Comprobé que eran casi las doce y media, pero no le di importancia.

—No vamos a hacer ruido mezclando tres o cuatro cosas—  Me levanté de la cama y estiré los brazos para que me sujetase las manos y tirar de él fuera de la cama.  —Las dejamos hechas y las desayunamos mañana.

—Bueno, vale—  Finalmente accedió agarrándome las manos y fuimos con cuidado hacia la cocina.

Cerramos la puerta detrás de nosotros, y nos dispusimos a empezar una vez que todo lo necesario estaba fuera.  —El plan de hacer tortitas es que tú cocines y yo te atosigo a besos y abrazos por la espalda—  Susurré con una sonrisa.

—Ya, me lo imaginé—  Confesó en una risa.  —Lo tengo que hacer yo y el de MasterChef eres tú.

—Pero también soy un puto pegajoso y lo sabes, no sé de qué te sorprendes—  Dije mientras le rodeaba la cintura en un cálido abrazo, el primero de muchos.

Mientras él cocinaba, yo me mantenía detrás de él, con el torso pegado a su espalda, mis brazos rodeando su abdomen y mis labios continuamente pegados a su cuello dejando pequeños besos cada segundo.  —Se me hace difícil mezclar si no puedo moverme—  Me disculpé en una suave risa, y me separé un poco, sólo apoyando las manos en su cintura y la barbilla en su hombro.

Juanjo—  Susurré mi propio nombre cerca de su oído.

—¿Qué dices tú ahora?—  Preguntó con una sonrisa, estremeciéndose.

Lo volví a repetir, y al darme cuenta de que no me entendía del todo, se lo puse más fácil, y volví a susurrar.  —Llámame por tu nombre y yo te llamaré por el mío.

—Mentira—  Dejó de remover la mezcla y se giró quedando cara a cara conmigo, entonces pude ver con claridad su sonrisa. Me sujetó con cuidado la cara y pegó sus labios a los míos, en cortos pero continuos besos. —Martin.

Compartimos una sonrisa mirándonos a los ojos con honestidad, justo antes de volver a someternos a un beso  con algo más de profundidad y sentimiento. Le abracé la cintura pegándole a mí, y él hizo lo mismo con mi cuello, algo que me encantaba. Se inclinó hacia arriba poniéndose de puntillas, y juraría que eso fue lo más adorable que pudo hacer.

—Siendo honesto, no entiendo del todo por qué se llamaban por el nombre del otro, pero sé que te ha hecho ilusión porque te gusta muchísimo esa película—  Confesé al separarnos del beso.

—Me encanta, además, me identifico mogollón con Elio—  Respondió con una sonrisa.

—Entonces voy a dejar fuera de tu alcance los melocotones—  Dije ganándome una mueca de desagrado.

—Qué asco, Juanjo—  Me empujó con suavidad y se volvió a girar dándome la espalda, para seguir con lo que realmente íbamos a hacer.

—¿Ya no me llamas por tu nombre?

𝙸 𝚠𝚒𝚜𝚑 𝚢𝚘𝚞 𝚠𝚎𝚛𝚎 𝚊 𝚐𝚒𝚛𝚕 - Juanjo y Martin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora