𝙸 𝚠𝚒𝚜𝚑 𝚢𝚘𝚞 𝚠𝚎𝚛𝚎 𝚊 𝚐𝚒𝚛𝚕 - Juanjo y Martin.

20| Getxo.

POV: Juanjo

―¿Qué hacías tanto tiempo en la ducha con tu chaval? Cada vez que entrábamos al directo estabais metidos―  Preguntó mi padre con los ojos en la carretera y las manos en el volante.

―Pues ducharme, papá, ¿El qué si no?

―No nacimos ayer, hijo―  Dijo mi madre al lado de él.

―Pues os lo podéis imaginar, porque lo siento pero no voy a hablar de eso con mis padres―  Sacudí la cabeza riéndome.

―¿Y con tu hermanito?―  Su voz sonó a mi lado y pasó su brazo por mis hombros.

―Una puta mierda, contigo aún menos.

―Qué bien te lo vas a pasar estos días en su casa―  Añadió dándome dos palmadas en el hombro.

―Sí, también con sus padres y sus hermanos.

―Joder, eso ya es vicio―  Respondió y rodé los ojos chasqueando la lengua.

―¿No le vais a decir nada?

―¿Quieres dejar en paz a tu hermano?―  Le dijo mi padre sin mirarle.

―No.

―Lo he intentado.

El trayecto se me hizo eterno, seguro que si me hubiesen dejado ir a mí solo en mi coche, se me habría hecho más corto, pero no se fiaban de mí. Después de dos duras horas más, llegué al punto acordado con Martin, y él junto a sus padres y sus hermanos me esperaba ahí. Bajé del coche y corrí a abrazarle levantándole en el aire.

Fue el mismo abrazo que el que nos dimos tan emocionados por primera vez cuando los dos pasamos a la gala 0.

—Os visteis hace dos días, por favor—  Dijo su madre cuando bajé a Martin al suelo para abrazarle a ella con fuerza.

—Llevábamos tres meses viéndonos todos los días, Rebeca, entiéndenos—  Respondí con una sonrisa. Rafa, su padre, se acercó a mí para abrazarme, y mi familia no se quedó atrás.

Se acercaron mientras yo abrazaba a los hermanos de Martin y mis padres a él, pero me puse en guardia cuando el que se acercó fue mi hermano, extendiéndole la mano para estrecharla con él.

—Hola—  Martin le saludó tímidamente sacudiendo sus manos, y me puse detrás de él antes de que mi hermano pudiese hablar.

—No sé por quién me tomas, no le voy a decir nada malo—  Dijo él, pero le conocía suficiente como para no fiarme. Volvió a dirigirse a mi novio.  —Soy Javier, pero no me llames así, solo lo hacen mis padres cuando la he cagado, tú con confianza, que para algo somos cuñados.

—Gracias, Javi—  Dije sonriendo sarcásticamente y agarrando la cintura de Martin para tirar de él y sacarle de esa conversación.

—Bueno, déjame hablar con la única pareja normal que nos has presentado, ¿no?—  Resoplé soltándole.  —No ha estado con ninguna chica normal nunca, todas eran unas obsesivas y pijas. Bueno, tú no eres una chica, pero no me sorprende.

—¿Qué?—  Dijo Martin confundido. A algunos metros de nosotros estaban nuestros padres y sus hermanos, menos mal que no oían la conversación.

—A ver, sin ofender, eh, pero te has buscado un novio rarito.

—Gracias—  Respondí.

—Y yo sabía que iba a pasar esto, le gustan las jotas, estaba claro.

—¿Qué iba a pasar qué?—  Me adelanté antes de que Martin respondiese.   —¿Te jode que yo tenga novio y tú no pilles con ninguna?