Cap. 4 La niña.

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30 de agosto de 2021.
Darkhill, Tantán.
12:00 hrs.

Entramos casi corriendo al hospital, que estaba más tétrico y desolado de lo normal, no había nadie en recepción y todo estaba en absoluto silencio. Que miedo.

No nos detuvimos a pensar en eso, simplemente nos dirigimos a la primera persona que vimos, una mujer de edad avanzada que estaba tocando una puerta que no tenía identificación, la mujer vestía con traje de hospital, supongo que era una enfermera.

- Disculpe...- los tres nos acercamos a ella, y la señora un poco extraña pegó un brinco, seguro no esperaba ver a tres adolescentes por ahí, la asustamos.- disculpe, ¿Cuál es el área de konak -12?

La señora nos miró como si tuviéramos dos cabezas, miró nuevamente hacia la puerta, suspiro y regreso su mirada a nosotros.

- No deberían estar aquí- fue lo único que dijo.

- Disculpe, señorita- mi hermano con su galantería- nuestra madre ingreso a este hospital y necesitamos verla, saber cómo está, solo queremos saber si está bien.

- No pueden ir ahí, es peligroso- carraspea- quiero decir, se pueden contagiar y...

- Solo queremos ver a nuestra madre- le repetí.

- Tercer piso, ahí es el área Konak, no vayan al fondo del pasillo- dijo con seriedad entrando por la puerta que estaba tocando.

- Díganme que a ustedes también les pareció muy raro todo- dijo Abigail.

- Mucho, pero ahora no es momento de pensar en eso- corrí hacia el ascensor y pude sentir los pasos de Gael y Abigail detrás de mi.

- No es normal que un hospital este tan solo- comento Gael mientras esperábamos llegar al tercer piso.

- Esto parece película de terror- Abigail se pegó más a nosotros, es bastante miedosa.

- Odio los hospitales.

Las puertas se abren, si antes pensaba que el primer piso era tétrico, este definitivamente parece de película de terror, estaba algo oscuro, una de las lámparas del final del pasillo titilaba incesantemente, las paredes que deberían ser blancas estaban opacas, y con la pintura un poco caída, y silencioso, super silencioso, se podía escuchar hasta una gotera. Estaba tan oscuro que a simple vista no se podía identificar las manchas que habían en las paredes. Que horror.

- ¡Que horrible huele!- Gael fue el primero en quejarse, tapándose la nariz. Efectivamente, también había un olor a humedad con otra cosa que no sabía identificar, además del típico olor a hospital.

- ¡El gobierno se olvidó de este hospital!- Abigail también llevo sus manos a la nariz- ¡Es terrible que aquí atiendan a los pacientes!

- Al gobierno no le importamos- arrugue mi nariz, tenía náuseas- vamos, muchachos.

Avanzamos por el pasillo, Gael encendió la linterna de su celular e iba adelante, Abigail tomo mi brazo mirando a todos lados, y empezamos a abrir cada puerta que para nuestra sorpresa estaban vacías.

Se escucho un grito agudo, seguido de un llanto, los tres nos miramos con cara de espanto, y luego hacia donde venía el ruido. El final del pasillo.

- No debimos venir aquí- susurró Abigail.

- Debemos ir- dijimos Gael y yo al mismo tiempo.

- ¡Están locos!- Abigail ahogo un grito, y dio dos pasos hacia atrás- ¡¿Son suicidas acaso?! No debemos ir allá, este hospital es...¡Es raro!

- No seas miedosa, Abby- le dije Gael caminando hacia el final del oscuro y tétrico pasillo.

- Vamos, Abby- intente sonar calmada- todo estará bien, vamos.

Inmunes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora