26. Nueva vida

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Salí a la calle y miré la hora del movil, eran las diez de la noche, así que no se me ocurría otra cosa que ir a mi casa, donde estaría mi madre y ella me entendería. Subí ya que tenía las llaves de mi casa también. Entré y vi a mi madre muy triste sentada en el sofá del salón. Tenía la televisión encendida pero no la miraba. Me miró y saltó hacia mi de un abrazo.

-Alme, me dijo Álvaro hace unos dias que estabas en el hospital sin poder despertarte, pero no esperaba que fuese tanto hija, ¿que ocurrió?.- dijo con las lágrimas en los ojos.

-Mamá... Verás... Estoy...-suspiré.- Estoy embarazada.

Mi madre abrió los ojos como platos, se le empezó a caer una lágrima, entonces volví a llorar.

-¿Sabes? He decidido una cosa, mamá.

Siguió escuchándome sin contestarme. Me senté en el sofá, ella se sentó a mi lado y continué.

-El hijo es de Carlos, así que discutí con Álvaro, ya no es nada en mi vida, el otro día vi que hay ofertas de viajes a Londres a partir de mañana, creo que ya soy mayorcita para irme sola y poder entrar en una universidad de una vez, o poder trabajar en lo primero que vea, y así me daré un tiempo con todo lo que me ha pasado, lo necesito más que nunca.- hice una pausa corta.- Y supongo que abortaré, mamá, soy bastante pequeña para tener a una persona a la que cuidar, entiéndeme por favor.

-Te entiendo perfectamente hija, pero me podías haber avisado tiempo antes, ¿no crees?.- dijo al fin mi madre.

-Acabo de separarme de Álvaro, no me iba a ir, pero creo que es lo mejor, además me puedo buscar un trabajo e intentar poder entrar en una universidad, el piso intentaré buscar alguno barato para alquilarlo, no te preocupes mamá, pero me quiero ir mañana mismo.

-Pero,¿mañana no es muy pronto?

-No puedo seguir aqui, necesito irme lejos, te hablaré todos los días.

-Mañana te meteré el dinero que haga falta en tu cuenta bancaria para que tengas para comer, ve a descansar y mañana te acompaño a por el billete.

-Gracias mamá, gracias por todo, si sigo igual de mal allí que aquí, volveré lo antes posible, lo prometo, si no te hablaré todos los días. Me voy a descansar un poco que no puedo más. Hasta mañana mamá, te quiero.

-Buenas noches hija, descansa bien, por favor.

Me fui directa a mi habitación después de darle un beso en la mejilla a mi madre. Me cambié y me puse el pijama, después me metí en la cama, sin mover ni una sola sábana, hacía un calor asfixiante en plena noche. Intenté no darle vueltas a lo que había pasado con Álvaro, pero solo se me venía eso a la cabeza, pensar en que hacía poquísimo tiempo éramos los más felices del planeta, él no podía vivir sin mi y yo.. Bueno él era mi centro de atención, era mi ídolo, y desde que le conocí se convirtió en algo más que mi simple novio, es increible como todo pasa tan rápido que no nos damos cuenta. Va pasando sin que nos enteremos. Seguí pensando en eso unos minutos, hasta que conseguí cerrar los ojos y dormirme.

La mañana siguiente me levanté por los rayos de la luz del sol que atravesaban las cortinas de mi habitación, que gusto daba no levantarse con el sonido de la alarma o con los gritos de tu madre obligándote a levantarte pronto de la cama. Miré la hora, era algo más de las nueve y media. Fui al baño tal y como estaba, dormida. Decidí darme un pequeño baño ya que hacía demasiado calor. Después de ducharme me sequé el pelo un poco antes de salir, me puse dos o tres horquillas en el lado derecho del pelo, recojiéndolo para atrás, y el pelo de delante me lo eché para el lado contrario. Luego me maquillé y salí del baño envuelta en una toalla. Mi madre no estaba despierta así que me cojí una naranja y me hice un zumo natural. Me lo bebí y me comí una manzana para quitar el hambre. Fui a mi habitación, esa que echaría tanto de menos. La mini tienda de Auryn, tampoco quise quitar los posters, los dejaría ahí puestos. Decidí dejar mis posters, mis revistas, mis libros, mis discos, mis cartas, mis camisetas, y todas las demás cosas que tenía de Auryn aqui. Así no tendría ningún recuerdo de Álvaro, aun que me sabía mal por Blas, Dani y David, siempre se portaron super bien conmigo desde que me conocieron, eran mis hermanos, pero no podía ver a Álvaro, y a Carlos mucho menos, por estar borracha con él, todo se estropeó con Álvaro. No podía verles, ni llevarme nada que me recordara a ellos. Abrí el armario y me puse un crop top de tirantes blanco, falda corta lisa de color negro y mis vans negras. Me vestí, despues empecé a sacar casi toda mi ropa de verano y otro montón de la de invierno, aun que cojí menos. Saqué mi maleta grande rosa que estaba guardada en la parte de arriba del armario. Me costó bajarla pero lo conseguí. Puse la maleta abierta encima de la cama y empecé a doblar y meter toda mi ropa que me iba a llevar, al terminar cojí todo lo necesario para poder vivir bien durante unos días allí. Cerré la maleta. Quise ir a despedirme de las Nenis y los chicos. Asi que coji el movil y las llaves de la casa de mi madre y salí. Fui primero a la casa de David, tenía nueva casa, ya estaba toda amueblada y le quedó preciosa, y por suerte, vivía a dos calles de la casa que vivía yo con mi madre. Llegué y llamé a su piso. Me abrieron y entré. Después de llamar a su puerta me abrió David, le abracé y entré dentro de la casa. Fui al salón directa, alli vi a Yai desayunando, me sorprendí pero a la vez me alegré de verla, así se lo contaría a los dos a la vez.

Profesor particular, Auryn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora