Capitulo 16

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27 de Diciembre, año 1637

Muazzez se había mantenido neutra ante todo lo que pasaba. Negándose a entrometerse más en asuntos así, ya que lo único que si le importaba eran sus bellas gemelas.

Tarde se había dado cuenta de que fue un error haber quedado embarazada de un hombre al que no amaba, y nunca amaría.

Con tan solo quince años, ya era madre de dos niñas, y aún así, debía actuar maduramente para mantener un buen lugar.

Pero decidió hacer un movimiento que probablemente la pondría en un gran peligro: Ayudar a poner a Kasım en el trono. A su parecer, el Şehzade Kasım era apuesto y le sería posible hacerse su Consorte y dar hijos de el, así, al menos estaría con alguien que le pareciera atractivo.

─¿Cómo sabes dónde estaban mis aposentos, Muazzez Kadın? ─Kasım miró a la mujer, sus ojos admiraron el cuerpo de la mujer frente a el, sus pechos eran muy grandes, contenidos por la tela de su vestido color rojo, todo le causaba deseo, pero nada se compara a lo que el sentía por Elanur, su único y verdadero amor.

─Tengo mis métodos, alteza.─respondió ella, avanzando hacia el con pasos precisos y sus cazadores ojos fijos en el vástago de Kösem

Antes de que Kasım pudiera decir algo, el vestido de Muazzez había caído al suelo y su cuerpo ahora estaba descubierto. Aunque hubiera pasado poco tiempo desde el parto, ella realizaba caminatas y tomaba bebidas para hacer volver su cuerpo a su forma original lo antes posible.

Se abalanzó sobre el y atrapó los labios del principe entre los suyos, haciéndole imposible escapar de su agarre.

─Puedo hacerlo más feliz que cualquier otra mujer.─dijo, guiandolo a la cama

─Eres la mujer de mi hermano.

─El quiere a Şahnaz, no a mi, principe.













El gran portazo que dió Şahnaz al entrar en los aposentos, hizo exaltar a Murad, que en una de sus manos sostenía una botella de vino.

─¿Que te pasa? ─dijo el, mirandola molesto.─¿Cómo te atreves a entrar así a mis aposentos?

─Soy la madre del heredero al trono, y soy tu consorte.─contestó con gran firmeza, y luego siguió.─Suelta esa botella de vino ahora.

─No puedes darme órdenes, soy el Sultan.─Murad alegó

─Y yo una estúpida incubadora, ¿No es así? No tengo ningún valor para usted, toma cualquier mujer sin pensar en los sentimientos de nadie.

─No tienes derecho a entrar como se te plazca.─Murad puso la botella en la mesa.─Eres solo una concubina.

─Mírame.─exigió, las palmas de sus manos acunando las mejillas de Murad, cuando el la miro a los ojos, dijo lo siguiente.─Dime, ¿Que soy para ti?












Aparte de todo y de todos, se encontraba Ibrahim, el joven principe inocente, que tenía miedo de lo que pasaría si salía de sus aposentos, y su único consuelo, era una mujer que Şahnaz había enviado para protegerlo.

Una mujer griega, de cabello rubio y ojos verdes, de nombre Catalina. Era un ángel hecho mujer.

─¿Quien es ella, Şahnaz? ¿Que hace en mis aposentos? ─Ibrahim preguntó, escondiéndose detrás de ella

─Ella te protegerá.─Şahnaz respondió, luego la palma de su mano izquierda acariciaba la mejilla de el príncipe

─¿Estás segura de que no querrá hacerme daño? ─inquirió, inclinando su cabeza para dejar caer un poco del peso en la mano de la Sultana

─Te protegerá mientras no estoy, dará su vida por ti si es necesario, créeme, la escogí bien.─le dijo, y luego miró a la muchacha que mantenía la cabeza gacha














Murad paseaba por los largos y solitarios pasillos cerca de la medianoche, en una de sus manos sostenía la botella de vino con la que se había emborrachado, su mirada fija en el suelo de piedra, sus pasos eran algo temblorosos.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por sonidos extraños de unos de los aposentos por el que pasaba. Sin pensar, decidió acercarse al lugar, no habían guardias custodiando las puertas, lo que hizo la situación más extraña para el.

Su mano libre se extendió y lentamente abrió la puerta, alzando su mirada para ver con lo que podría encontrar.







Publicación: Sábado, 24 de Febrero, año 2024.

𝐋𝐚 𝐂𝐨𝐧𝐜𝐮𝐛𝐢𝐧𝐞 𝐝𝐮 𝐒𝐮𝐥𝐭𝐚𝐧. 𝑰𝒎𝒑𝒆𝒓𝒊𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora