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18 de Febrero, 1637
Se celebraba el nacimiento del primer heredero varón al trono Otomano.
Nació a todo pulmón, gritando y haciendo notar lo saludable que lo describieron las parteras. Al estar en brazos de su madre Şahnaz, el niño se calmó y empezó a dormir.
En la ceremonia de nombramiento, estaban toda la familia, incluyendo Elanur, bastante apegada a Kasım.
─Soy testigo de que no hay más Dios que Allah, Allah todopoderoso.─murmuró el Padişah, antes de decir en voz alta el nombre.─Tu nombre es... Mehmed, Mehmed.
Un nombre bastante polémico, famoso por quienes eran portadores de aquel nombre, morían jóvenes o de manera dolorosa, pero había esperanza en los ojos de Murad, en el momento en que había visto a su hijo, tuvo un momento de reflexión que lo hizo cambiar de ideas.
─Şahnaz Hatun, felicidades.─La Valide apareció a pesar de que Murad había ordenado que no viniera
─¿Que hace aquí, Sultana Kösem? ─él miró a su progenitora.─Hablamos sobre esto.
La tensión se hizo presente, era densa, Murad había empezado a aborrecer la idea de tener a su madre a su lado, teniendo en mente todas las veces que hizo actos a espaldas de él, y sobre todo, el día en que intentó destronarlo, y colocar a Kasım en el trono. Y odiaba aún más que ignorara sus órdenes, sobrepasando sobre quien era.
Murad mantuvo la calma, para no causar escándalos y no asustar a su único hijo. Se acercó a la mujer más poderosa y susurró, nadie más escuchó.
─Le ordeno que se retire.─miró a la Sultana, luego dijo.─Trate con respeto a la madre del heredero, es una Sultana.
─Bien, ya veo que no dejarás que una abuela vea a su nieto.─Kösem se giró y se fue
Las hijas de la Valide Sultan estaban en fila, atentas a la situación, cada una con diferentes pensamientos.
Hanzade Sultan mantuvo su mirada fija en su única hija, tratando de resolver el misterio entre ella y su sobrino Kasım, sus caricias que creían ignoradas por los demás eran escandalosas a su parecer. Fátma siempre presente en todas las ceremonias y celebraciones importantes. Gevherhan solamente se dedicaba a observar el bebé entre los brazos de la reciente madre. Y Ayşe mantuvo su mirada firme en los ojos de su hermano, vigilando su siguiente movimiento, intentando prepararse para todo.
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12 de Abril, 1637
Ser la madre del heredero al trono no era fácil para Şahnaz teniendo apenas quince años, era una Sultana, la única consorte del Sultan.
─¡Atención, la Sultana madre! ─un guardia anunció la llegada
Şahnaz se puso de pie, luego soltó un suspiró, antes de agachar la cabeza y doblegar un poco sus rodillas, demostrando respeto a la mujer más poderosa.
─Şahnaz.─saludó la Valide, acercándose con su aura de poder y respeto.─¿Cómo estás?
Fue una gran sorpresa para la nombrada aquella pregunta de Kösem, causando sospecha en sus pensamientos, sobrepensando en el por qué de el comportamiento sospechosamente cálido de la mayor.
─Me encuentro bien, Sultana, ¿y cómo está usted? ─respondió, y luego preguntó. Su tono era suave, actuando casual
─Estoy bien.─contestó con frialdad, después avanzó unos pasos para sentarse en el diván.─¿Cómo se comporta Mehmed?
─Es calmado, ya empezará a tener su propia personalidad.─dijo, mirando la cuna donde descansaba el niño.─Suele llorar cuando estoy demasiado lejos.
En silencio, Kösem escuchó con atención, teniendo pensamientos intrusivos sobre su primogénito. Se parecía tanto, era increíble para ella, pensar en que su hijo le pondría el nombre de su hermano fallecido a su ahora heredero.
El Şehzade Mehmed, el primogénito de Kösem falleció en Febrero de 1621, un suceso que marcó la vida de la entonces joven Sultana. En el momento en que supo de la cruel muerte de su inocente hijo, su corazón se volvió duro, despiadado, manipuló a entidades poderosas para colocar a su hijo en el trono Otomano. En un principio, no se le vio probabilidad de que subiera al trono, pero las circunstancias cambiaron todo.
Era el octavo hijo de Kösem, y el cuatro hijo varón. Pero el difunto Mehmed fue el primero, y ahora después de tantos años, tenía un nieto con su mismo nombre. Nada más le podía causar tanta nostalgia.
─De todos los hijos del Sultan, Mehmed es el más sano, Allah quiera que siga así.─comentó Kösem
─Allah mediante, mi Sultana.─murmuró ella
La Valide Sultan se puso de pie y la menor copió su acción. La Sultana se dirigió a la cuna de su nieto y lo alzó para cargarlo entre sus brazos, el único momento de aparente tranquilidad fue interrumpida por el Sultan que entró sin ser anunciado debido a una costumbre que tenía con su ahora Consorte.
─Sultana.─saludó distante, y bajó su mirada ante su hijo en brazos de su madre. Avanzó unos pasos hasta quedar al lado de su favorita
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