2-El camino a la feria

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Shoto llegó rápido hasta el jardín de su casa, se dirigió hacia unas puertas que estaban en el piso y las abrió dejando salir mucho humo del taller.

Debido el humo, Shoto tosía y con sus manos trataba de esparcirlo un poco.—¿Papá?

—¿Cómo rayos pasó esto?—Se preguntó a sí mismo con cierto enojo haciendo la misma acción que su hijo.—Maldita sea.

—¿Estas bien, papá?

—Estoy listo para abandonar este proyecto.

Todoroki rió.—Siempre dices eso.

Era verdad. Su padre inventaba muchas cosas, casi todas tenían el resultado que el buscaba y cuando no era así, siempre decía que lo dejaría pero al final lo encontraba de nuevo en su taller arreglando sus inventos. Esta no sería una excepción.

—¡Es verdad esta vez! Nunca haré que funcione ésta chatarra.

—Claro que si.—Bueno, tal vez Shoto lo convencía de seguir con sus proyectos.—Ganarás el primer premio mañana y te convertirás en un famoso inventor.

—¿De veras piensas eso?—Le cuestionó Enji a su hijo.

—Siempre lo he pensado.—Solo bastaba con una hermosa sonrisa para que su papá cambie de opinión.

—¡Bien! ¿Qué estamos esperando? Arreglaré esto rápidamente. Dame la pinza opresora divergente.—Y como Shoto lo esperaba, su padre volvió a dirigirse a la máquina dispuesto a arreglarla.—Y dime ¿te divertiste en el pueblo?

—Traje un libro nuevo.—Todoroki tomó la herramienta y se la entregó a su padre.—Papá ¿crees que soy extraño?

—¿Mi hijo extraño? ¡JA! ¿De dónde sacaste esa idea?—Dejo la máquina y prestó atención a su hijo con enojo en su mirada por la pregunta.

—No sé, nunca me he sentido feliz aquí, no hay nadie con quien charlar.

—¿Y que me dices de Inasa? Es un joven apuesto.

—Es apuesto cierto y rudo y engreído y...—Suspiró pesado recordando la incomodidad que siente al estar junto a él.—Papá, no es para mí.

—Bueno, no te preocupes porque este invento será el comienzo de una nueva vida para los seis.—Animó el mayor.—Creo que ya está, ahora lo probaré.

Encendió la máquina esperando buenos resultados, por lo menos ahora no explotó y eso era una buena señal. Ambos siguieron prestando atención y vieron como es que empezó a cortar la leña que estaba ahí de prueba.

—¡Funciona!—Exclamó Shoto emocionado y se aventó a darle un abrazo a su padre.

—¿ah si? ¡vaya, si es cierto!—Correspondió el abrazo que su hijo le proporcionó y luego lo bajó con cuidado.—Engancha a Sero, me voy a la feria.

Dicho y hecho. Shoto y Enji prepararon la carretilla y a Sero, un caballo blanco de crin negra que tenían, subieron con mucho cuidado la máquina, la ataron para que no se cayera y la taparon con una lona gruesa para evitar que se moraja durante el trayecto.

—Adiós, papá. ¡Suerte!

—Adiós, Shoto, y cuídense mientras regreso.

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Enji con cada minuto que pasaba se alejaba más de su hogar, ahora cruzaba por un puente a punto de adentrarse a un bosque sombrío. Algo le pareció raro.

El Doncel y la Bestia [BAKUTODO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora