11-Asalto al castillo

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—Este espejo te mostrará todo lo que tu quieras ver.—Le mostró el objeto y se lo dió.

—Quisiera ver a mi familia, por favor.

El espejo brilló con una intenza luz verde, de repente su reflejo cambió a en medio del bosque, Enji y Touya estaban en el frío suelo, ambos lucían cansados y el mayor de ellos parecía estar herido.

—¡Papá, Touya!—Dijo en voz alta preocupando a la Bestia.-Oh no, debió suceder algo malo.

Bakugo dió un vistazo a la rosa, no le quedaban muchos pétalos. Ni siquiera lo pensó mucho cuando...—Entonces...debes ir con el.

—¿Qué has dicho?—Creí escuchar mal, ¿acaso me libero? Pensé.

—Te dejaré libre. Ya no eres mi prisionero.

—¿De verdad?—El mayor asintió.—Gracias por entender que ellos me necesitan.—Intenté devolverle el espejo pero no lo recibió.

—Llévatelo, así podrás verme siempre y...—Acarició su cabello hasta llegar a su mejilla.—recordarme.

—Adiós, Kats.

—Adiós...Shoto.

Bakugo observó como Todoroki salió corriendo de la habitación en dirección hacia la salida del castillo, a los segundos entró Iida entre risas.

—Amo, debo decir que todo va estupendamente. Sabía que así sería.—Volvió a reír.

—Lo dejé ir.

Iida, quien antes reía cambió su expresión a una de sorpresa.—¿Qué cosa? ¿Por qué lo hizo?

—Era necesario.

—¿Necesario? ¡¿Pero por qué?!—Esa fue la primera vez que le alzó la voz a Bakugo.

—Porque...lo amo.

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—¡¿QUE HIZO QUÉ?!—Gritaron todos al uníso.

—Temo que así fue.—Respondió Iida.

—¿Shoto se marchara?—Preguntó Denki preocupado.

—Pero si estaba tan cerca.—Kirishima estaba decepcionado.

—Después de tanto tiempo al fin ha sentido el amor.—Dijo desilusionada Mina.

—¡Eso es, eso romperá el hechizo!—Kirishima trató de buscar alguna esperanza.

—No es suficiente, Eijiro, el también lo tiene que amar.—Dijo Izuku.

—Ahora ya es tarde.

Y mientras ellos hablaban no notaron la ausencia de uno de los objetos.

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—¡¿Papá?! ¡¿Touya?!—Salí corriendo del castillo encima de Sero en busca de mi padre y hermano, ni siquiera me cambié, está haciendo demasiado frío, espero que estén bien.—Rápido Sero, tenemos que encontrarlos.

A tan solo unos metros de donde estaba antes los vi. Ahí estaban, Enji recargado en el hombro de Touya para caminar, ¿acaso está muy grave? Me acerqué y ellos se sorprendieron al verme. Touya y yo lo ayudamos a subir al caballo.

—Vamos a casa de inmediato.

Tardaron media hora en llegar a su hogar, Touya bajó con cuidado a Enji y lo guió hasta adentro para que descansará en su cama siendo seguido por el menor.
Ninguno se percató de que los observaban a lo lejos.

El Doncel y la Bestia [BAKUTODO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora