—Genial, Shoto tendrá la sorpresa de su vida ¿no, Inasa?—Dijo Mineta.
—Si, es su día de suerte.—Inasa se dirigió hacia donde estaban los preparativos para su boda con Shoto.—Quiero darles las gracias por venir a mi boda pero antes debo entrar a ver si...acepta.—Rió de forma escandalosa seguido por otros hombres que también estaban ahí y los lloriqueos de las mujeres.—Escucha, Mineta. Cuando Shoto y yo salgamos de la casa...
—¡Ya sé, ya sé! Yo empiezo la música.—Hizo una señal y la desagrade, ruidosa y para nada bonita música empezó a sonar. Aunque fue interrumpido por otro golpe de Inasa.
—¡Aún no!—Dicho eso, fue hasta la casa del doncel.
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Shoto estaba sentado en un sillón de la sala, leía tranquilamente el libro que había traído el día anterior de la librería de Aizawa.
Su tranquilidad se vió amenazada por los fuertes golpes en la puerta que lo sacaron de su mundo.
Dió un suspiro, se levantó para dirigirse a la puerta y antes de que pudiera fijarse quién era, esta ya había sido abierta por el cazador que tanto despreciaba.—Inasa, que...bonita sorpresa—Shoto intentó ocultar su desagrado ante la presencia del mayor.
—Es cierto, yo estoy lleno de sorpresas.—El cazador se acercó al menor, un paso que daba era uno que el doncel retrocedía.—¿Sabes, Shoto? No hay una chica o un chico que no mataría por estar en tu lugar. Este es el día en que se cumplen tus sueños.
—¿Y tu qué sabes de mi sueños, Inasa?—Preguntó con una sonrisa burlona.
—¡Mucho!—Tomó asiento en la sala y subió los pies a la mesa ensuciandola con lodo. Todoroki miró aquello con asco.—Ahora, imagínate. Una cabaña rústica, mi cacería fresca hazandose en el fuego y mi lindo esposo masajeando mis pies.
Todoroki solo imaginaba todo lo que Inasa le decía, si ya le repugnaba su simple presencia, no se imaginaba tener que soportarlo todos los días de su vida, peor aún masajeando sus pies, sentía como en cualquier momento devolvería todo lo que comió en el día. Sacudió la cabeza tratando de olvidar aquellas imágenes que el mismo creó.
—Mientras que los pequeños juegan con los perros.—Se levantó repentinamente y acorraló a Shoto en la pared.—Tendremos seis o siete.
—¿Perros?—El bicolor se alejó de nuevo y tomó el libro que leía para guardarlo en un mueble, sabía a lo que Inasa se refería, pero tal vez tenía la esperanza de que no fuera así.
—No, Shoto. Muchachos fuertes como yo.
—Imagínate.
—¿Y sabes quién será mi esposo?—Siguió por detrás al doncel.
—Déjame pensar.—Intentó idear un plan para salir de aquella embarazosa situación.
—¡Tú, Shoto!
—Inasa, me...—Cada vez se iba acercando más a la puerta por donde había entrado el antes mencionado hasta apoyarse por completo en ésta.—Me dejas, sin habla.—Le siguió el juego aún sin saber que hacer.—Y no sé qué contestar.
—El cazador se acercaba cada vez más a Shoto hasta tenerlo completamente acorralado y sin salida.—Dí que me aceptas.
—Espero no estar interrumpiendo algo importante.
—¿Toya?—El bicolor miró a su hermano.
—Shoto, no me dijiste que te ibas a casar.—Aprovechó para seguir el juego del cazador, disimuladamente se acercó a ellos tomando la manija de puerta, esperando a que el menor entendiera.
—Llegaste en el momento justo, Toya.—Dijo sin dejar de aprisionar al menor.—Dí que me aceptas, Shoto.
—El bicolor supo al instante el plan de su hermano.—Lo siento tanto, Inasa, pero...—Estaba nervioso, veía como el cazador se acercaba para besarlo.—pero no te merezco.
El menor se hizo a un lado y Toya sin dudar abrió la puerta provocando que Inasa fuese el único en caer hacia afuera de la casa, seguido de sus zapatos que dejó con anterioridad en la sala.
Lo último que escuchó fue como azotaban con fuerza la puerta por donde había caído antes y como los músicos tocaban la canción que había pedido.—Bueno ¿qué te dijo?—Preguntó Mineta.
—¡Tendré a Shoto como mi esposo, de eso no hay duda alguna!—Inasa se levantó enojado de donde yacía tirado y se largó de aquel lugar
—Que carácter.—Dijo el hombrecillo con desprecio respecto al carácter de cazador.
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—¿Estas bien?—Preguntó preocupado Touya.
—Si, estoy bien.
—¿Qué habría sido de ti si no hubiera vuelto antes del trabajo?
—Puedo cuidarme solo. Algo se me hubiera ocurrido.
—Como sea, ten cuidado, debo irme de nuevo.—El mayor se acercó y le dio un beso en la frente.—Búscame si ese idiota vuelve de nuevo.
—Claro.
Toya se fue dejandolo solo. De no ser porque tenía que alimentar a los animales Shoto no saldría de la casa en lo que queda del día, pero tenía que hacerlo.
Un rato después, Todoroki se asomó por la entrada de su casa, queriendo comprobar que ya nadie esté ahí.—¿Se ha ido?—Salió de casa tomando un cubeta con alimento para las gallinas.—¿Te lo imaginas? Me pidió matrimonio.—Le contó a sus gallinas como si ellas lo entendieran.—¡Yo! Esposo de ese patán mentecato.—Siguió quejándose hasta la vuelta de su casa donde estaban sus otros animales.
—Monsieur, Inasa. ¿Pueden creerlo?
Monsieur, Inasa. ¿Ser su doncel?
Yo no ¡jamas, lo garantizo!
Yo quiero más que vida provincial.—Shoto salió del corral y corrió hasta apreciar la bella vista que tenía desde cierto punto del campo donde estaba.—Quiero aventuras que al mundo asombren.
Un gran amor quiero encontrar.—Se echó en el piso contemplando un montón de hermosos dientes de león.—Que feliz a mi vendrá y me entienda de verdad.
Quiero mucho más que un simple plan.Me quede acostado en el césped unos segundos, me habría ido de no ser por Sero, que llegó corriendo solo desde el bosque, lo tomé por las riendas y lo calme.
—¡Sero! ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está papá? ¿Dónde podrá estar? ¿Qué paso?—Ver llegar a Sero de esa forma me hizo pensar lo peor y muchas preguntas se formularon en mi cabeza. Desenganché la carretilla que llevaba y luego me subí encima de el.—Tenemos que buscarlo, llévame con el.
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El Doncel y la Bestia [BAKUTODO]
FanfictionEn donde Todoroki Shoto toma el papel de Bella y Bakugo Katsuki el de la Bestia. •A.U medieval sin quirk. •Bakugo (TOP) x Todoroki (BOTTOM) •Los personajes no son míos, le pertenecen a Kōhei Horikoshi. •La imagen utilizada para la portada y las que...