12-Inasa vs la Bestia

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Inasa abría con una patada cada puerta que encontraba, estaba seguro de que en una de ellas hallaría a la Bestia y así fue.

Pensó que al encontrarlo se enfrentaría a algo temible y feroz, en su lugar lo vió sentado cerca de una rosa observando a la nada misma, éste por un momento lo observó con un semblante triste y lo ignoró para devolver su mirada a otra parte.

Eso no le importo, acabaría con el como había dicho antes, así que colocó una flecha en su arma y apuntó su arco en su dirección.

Bakugo se percató de la presencia del cazador en la habitación pero no reaccionó, después de todo, Shoto no estaba con el y dentro de unos minutos se convertiría en una Bestia por el resto de su miserable vida.

Inasa disparó la flecha dándole en la espalda a Katsuki, este dió un fuerte rugido por el dolor y sintió como lo patearon con fuerza haciendolo golpear contra una ventana que daba hacia el tejado del castillo.

—¿Qué es lo que te pasa, Bestia? ¿Demasiado gentil como para pelear?—Se burló Inasa.

Bakugo no respondió ni se movió, esto hizo enfadar mucho más al cazador, rebuscó en su cintura y tomó la espada que colgaba en el tahali levantandola para así acabar con la Bestia. Katsuki solo esperó a que lo hiciera, creía que ya no le quedaba nada por lo cual luchar, al fin y al cabo dejó libre a Shoto, por lo menos estaba a salvo y lejos de todo esto.

—¡INASA!

Bakugo lo escuchó, escuchó como Todoroki gritó desde abajo, dirigió su vista al suelo y ahí lo vió arriba de su caballo y al lado estaba Enji, su padre junto a Denki. "¿Inasa?" pensó, había escuchado ese nombre en alguna parte, tardó en recordarlo pero lo logró.

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—Fresita, ¿puedo hacerte una pregunta?

—Claro, Kats. ¿Qué sucede?

—Seré directo, ¿tienes pareja o algún pretendiente?

Bakugo no lo negaría, Shoto era un doncel bastante hermoso, su piel blanca, esos ojos únicos al igual que su peculiar cabello, todo él era perfecto, no le sorprendería que tuviese pretendientes, pero al menos quería que no tuviera pareja.

La pregunta sorprendió un poco al menor, no se esperaba aquello.

—Pues...no tengo pareja.

Eso alivió por dentro a la Bestia.

—Pero hay un chico, bueno, un cazador.

De repente sintió como si le arrojaran un balde con agua fría, ¿otro?

—¿Acaso el...te gusta?—Por primera vez en mucho tiempo, Bakugo tuvo miedo.

—¿Qué? ¡No!—Por alguna razón, saber que el mayor pensaba eso hizo que Shoto quisiera explicarle todo, no quería que creyera que le gustaba alguien.—El no me gusta, es un idiota engreído, presumido y muchas cosas más. No podría gustarme alguien como él.

—Parece que lo odias.

—¡Claro! El me acosó durante mucho tiempo.—Suspiró calmandose un poco.—¿Sabes? El un día intento casarse conmigo, ni siquiera eramos pareja como para contraer matrimonio.

—¿En serio?

—Como escuchaste. Ya tenía todo listo, las flores, el pastel, los invitados, todo. Creyó que por ser un macho por el cual muchos donceles y doncellas morían, yo aceptaría. Ese día ingresó en mi casa cuando solo estaba yo, me acorraló muchas veces y en una de esas intentó besarme a la fuerza, de no ser porque mi hermano llegó temprano de trabajar no sé qué habría pasado.

Katsuki no lo demostró, pero por dentro estaba que explotaba de furia ¿acaso ese imbécil intentó tomarlo por la fuerza alguna vez? Pensó, y también agradeció que el hermano del bicolor llegara a tiempo.

—¿Cómo se llama ese idiota?

—Inasa, ¿por qué preguntas?

—Por nada, no te preocupes. Dejando ese tema de lado, ven, quiero darte un regalo.

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—¡INASA, NO!

Estaba a nada de ser atravesado en la cabeza por el arma, Katsuki reaccionó, se levantó rápidamente y detuvo el ataque del cazador, los dos estaban forcejeando, Inasa logró alejarse un poco e intentó apuñalar a la Bestia pero le era difícil porque este esquivaba cada uno de sus golpes.

Bakugo aprovechó una de esas para abalanzarse contra él, por la fuerza ambos rodaron hasta una parte plana del techo, El cazador pateó en el estómago a la Bestia haciéndolo caer en una parte donde no había mucha luz, se levantó del suelo y sin soltar su espada fue en su búsqueda.

—¿Por qué no sales y peleas?—Pateó una de las estatuas de gárgolas.—¿Estas enamorado de Shoto? ¿Acaso crees que te preferiría a ti, teniendo a alguien como yo?

Cada palabra que salía de su boca hacia enojar mucho más a Bakugo "¿Tú que sabes sobre los gustos de Shoto?" Pensó. Katsuki se camufló con las demás gárgolas y esperó a que Inasa se adelantara un poco para después salir con cuidado y atacar por detrás, no contaría con que el otro lanzaría otro golpe que lograría esquivar, mordió con fuerza el arma del contrario y volvieron a forcejear.

Inasa logró librar su arma de los filosos colmillos y la levantó preparándose para cortar el cuello del contrario.

—¡Olvídalo, Bestia! ¡Shoto es mío!

La sangre de Bakugo hervía ante esas palabras, estaba seguro de que ahora si que no se la dejaría fácil, con sus garras golpeó el brazo de Inasa haciéndolo soltar el arma, no espero más y lo levantó del cuello llevándolo hacia la orilla del techo.

—¡No! ¡Perdón, perdóname, no me sueltes!—Suplicó.—¡Haré lo que sea!

Bakugo simplemente lo hubiera dejado caer, pero estaba seguro de que eso no le gustaría a Todoroki, asi que sin cuidado lo tiró de vuelta al techo.

—Largate.—Le ordenó.

—¡Kats!—El nombrado volteó y vió al bicolor en un balcón un poco más arriba de donde el estaba.

—Shoto.—Formó una pequeña sonrisa al verlo. El menor le extendió la mano y este se acercó escalando para llegar hasta el, sujetó con cuidado su mano acariciándola en el momento.—Regresaste.

De nuevo tenía lo que tanto había anhelado, al bicolor, cuando estuvo más cerca de él acarició su mejilla y el menor se acurrucó en la mano de este.

—Nunca te abandonaría, Kats.

Pensarían que nada ni nadie podría arruinar ese momento, pero se olvidaron de un pequeño detalle, Inasa.
Bakugo estaba tan concentrado en el menor que no se dió cuenta del peligro que se acercaba por detrás, el cazador portaba nuevamente la espada en su mano y sigilosamente se fue acercando y cuando estuvo lo más cerca posible se la encajó a un lado del abdomen de la bestia. Katsuki rugió del dolor e Inasa sonrió victorioso, no contaría que por la lluvia las tejas estarían resbalosas haciéndolo perder el equilibrio y aunque intentó retomarlo no lo logró, cayendo así del techo hacia un inmenso vacío y hacia una muerte segura.

Lo mismo habría pasado con Bakugo de no ser por Shoto que lo agarró del cuello de su capa y lo atrajo hacia el con fuerza.

El Doncel y la Bestia [BAKUTODO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora