Y UNA CORBATA DE LAZO / LO QUE SEA POR TI

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Tendría que haber sabido que no se detendría

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Tendría que haber sabido que no se detendría.

Me dio tres días para hundirme en la preocupación y repasar cada pequeño detalle e interacción que alguna vez tuvimos.

Ahora las cosas tenían sentido: Soobin, aquella mujer con la que tuve sexo, la manera en la que Yuji había desaparecido de mi vida por días después de eso.

Y Chaehyun. Chaehyun había sido su intento de... ¿qué? ¿Una vida normal? ¿Alguien que no fuera yo?

Descubrí que no me agradaba Chaehyun, en absoluto.

Tres días. Dejó que tuviera tres días.

Tres días de sus sonrisas dirigidas a mí.

Tres días de intentar descifrar el mensaje oculto en cada texto que me enviaba.

Esperó por mí en el camino de tierra cuando regresaba del taller el lunes y el martes.

—Hola, Min —me saludó.

Me ruboricé.

Caminamos juntas a casa, mientras intentaba encontrar las palabras para decir: esto no puede suceder y tú mereces a alguien mucho mejor y tenías solo diez años, cómo pudiste dármelo, solo tenías diez años. Pero no fui capaz de decirlas en voz alta.

Su mano rozaba la mía a menudo, y algunas veces pensé en sujetarla.

Al tercer día, Yuji no me esperó en el camino. Quería sentir alivio. Sin embargo, estaba desilusionada.

Hasta que llegué a casa.

Mamá tenía el día libre, el primero en mucho tiempo. Así que, por supuesto, estaba en casa cuando llegué.

Y también Yuji.

Sentada en la mesa de la cocina. Con pantalones y camisa de vestir. Y una corbata de lazo. Cosa que, hasta ahora totalmente desconocida para mí, resultó ser una de mis más grandes debilidades.

En vista de ello, caminé hacia la puerta de la cocina.

—Ajá —dijo mamá—. Ahora todo comienza a cobrar sentido.

—¿Qué sucede? —pregunté mientras frotaba mi nariz enrojecida y las observaba con el ceño fruncido.

—Yuji preguntó si podía hablar conmigo —explicó mamá.

—¡Le traje flores! —exclamó Yuji, parecía sin aliento y nerviosa.

—Y me compró flores —mamá ladeó la cabeza hacia el florero que estaba sobre la mesa, lleno de irises, sus favoritas. Cómo lo averiguó, imposible saberlo.

—¿Por qué le trajiste flores?

—Porque mamá dijo que sería algo lindo y que lograría que ella esté de mi lado cuando le pregunté si estaría bien que te quedaras a mi lado por el resto de mi vida —explico Yuji—. Mierda. No se suponía que lo dijera así.

WOLFSONG [Adaptación WINRINA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora