LUNA DE INVIERNO

【VIII】

Jimin caminaba rumbo a su casa, había ido al supermercado para comprar algunas mandarinas, ya que había escuchado decir a Yoongi que le encantaba aquellas frutas.

Sonrió al recordarlo, jamás pensó que aquel jovencito haría que su vida cambie y de un rumbo de 180° ¿tanto puede cambiarte alguien que conociste una noche fría de invierno?

— que tanto piensa joven Jimin

Jimin bajo un poco la mirada y se encontró con aquel viejito de hace ha varias semanas atrás — ¿disculpe?

— mucho trabajo o hay algo más que lo tiene así

— un poco de ambos — se sentó en una banca cerca de ellos

— ¿acaso puede que se trate de un lindo jovencito?

— ¿qué? Como usted-

— yo puedo saber muchas cosas joven Jimin — se sentó a su lado.

— sinceramente usted me está dando algo de miedo señor.

— ¿miedo? ¿de un anciano como yo? Que podría hacerle alguien como yo, joven Jimin, si a las justas puedo levantar mi bastón

— uno nunca sabe — se alzó de hombros — hoy en día ya no se puede confiar en nadie

— no confiar en nadie, eh.... pero si se puede confiar y recoger a jovencitos a mitad de la noche y llevarlos a vivir a su casa — jugó con sus cejas

— pero que- — se levantó de manera rápida de su asiento mirando desconcertado al anciano

— tienes muchas preguntas que hacerme, ¿verdad? — con dificultades se levantó apoyándose en su bastón — pero la única pregunta que necesitas hacer, solo tú tienes la respuesta

— ¿pregunta? Que respuesta, ¿a qué?

— exacto, cuando tengas la pregunta, tendrás la respuesta — paso por su lado — hasta luego joven Jimin, siento que no será la última vez que nos veamos

— Señor, ¿está loco?

— solo soy un anciano — caminó de manera lenta dejando aún castaño realmente confundido.

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Jimin llegaba a su casa cansado y confundido, con una maraña de cosas en su cabeza, ¿quien había sido ese anciano? Solo se topó con él dos veces, y veces le dijo cosas muy extrañas.

Fue hasta la cocina a dejar las bolsas de compras. Buscó a Yoongi por todos lados, pero no lo encontró, ¿dónde se había metido? ¿Será que habrá salido? Pero... él no conocía mucho las calles, hasta cuando le dijo que si quería salir a dar un paseo por si se aburría, podía hacerlo, pero Yoongi le respondió diciendo que estaba mejor en casa ya que no conocía muy bien el lugar y tenía miedo de perderse.

Cuando iba a ir a su habitación, escuchó cierto ruidito que provenía de la parte baja de la casa, recordó que ahí tenía la sala de proyecciones, seguro Yoongi se aburrió y fue a ver una película, y estaba 100% seguro que películas eran.

— ....me contemplo por la orilla de agua, desde que yo recuerde... — escuchaba muy bajito, no escuchando bien lo que cantaba — ¡...es punto en que están cielo y mar me llama! ¡Y yo que seeeeee!..... — cada escalón que bajaba escuchaba mejor en cántico.

Yoongi estaba maravillado de por fin haber logrado manejar la pantalla de ese mini cine que había en aquella casa, fue toda una odisea, pero logró poner su película.

Ahora como siempre lo hacía, se encontraba cantando y saltado por las canciones, ya era la tercera película de Disney que veía

— ¡... una luz veo en el mar relucir intensa!¡y yo que se, cuando hondo va!¡y será que me dice desde ahí ya ven a mi! ¡Que quiero ver, que hay más allá, si voy a cruzar! El punto en que el cielo y el mar... me llama... y yo que se, cuan lejos es. Si el viento en mi vela ha de acompañarme.... por fin sabré... ¡cuan lejos voooooooooy!

Jimin se quedó parado en la puerta dejando que Yoongi terminara de cantar, no le gustaría interrumpir su cantar, la verdad es que le gustaba escuchar como cantaba.

Cuando terminó vio a Yoongi volver a sentarse para poner atención a la película, así que caminó hasta sentarse junto a él, pero Yoongi estaba tan concentrado que ni cuenta se había dado.

— interesante, ¿cómo se llama el dibujo?

Yoongi dio un salto por el susto, casi bota las palomitas que tenía en sus manos — señor Jimin, ¿a qué hora llegó?

— hace unos minutos, te estuve buscando, pero no te encontraba.

— ¿deseaba algo señor?¿tiene hambre? — se levantó, pero la mano de Jimin detuvo su andar

— estoy bien — hizo que se volviera a sentar — no me respondiste, ¿cómo se llama la película?

— Moana, si quiere puede quedarse a verla conmigo, señor.

Sin decir más, los dos que concentraron en la película. Jimin miró de reojo como Yoongi sonreía y cada vez que había una escena donde cantaban, él también lo hacía.

— ¿no es hermoso?

— ¿qué cosa?

— el mar, debe ser muy bonito — miró con nostalgia el mar azul de la película

— ¿nunca conociste el mar?

— no señor — bajó su mirada a la palomitas

— ¿por qué?

Yoongi se alzó de hombros, la verdad es que sus tíos a las justas y lo dejaban salir a hacer las compras, ellos le decían que él no era merecedor de ir a tales lugares, que solo los niños buenos podían ir, por ello es que él se esforzaba día a día, para ser merecedor de ir a la playa y conocer el mar, pero al parecer, no importaba que cosa hacia, para sus tíos sus acciones era malas y de un niño malo.

Volvió a concentrarse en la película, para olvidarse de los años terribles de su infancia e ignorando un poco la mirada que tenia de su hyung sobre él.

Comenzó a reírse cuando salió esa ave, le parecía muy gracioso. No podía contener esa risa.

— ¿no es gracioso? Ese pollo es divertido

Jimin asintió, escuchando la melodiosa risa que joven muchacho. La verdad es que, si, ese pollo era gracioso.

"Pollito bonito"

Escuchó decir como un eco a lo lejos, volteó a ver a Yoongi que seguía con un sonrisa viendo la película.

— ¿dijiste algo?

— ¿qué?

— ¿me dijiste algo? — volvió a preguntar

— no señor, ¿sucede algo?

— no nada, sigamos viendo la película — sacudió su cabeza tratando de ignorar lo que supuestamente escuchó.

Además ahora en su cabeza daba vuelta otra cosa, Yoongi jamás visito la playa, nunca conoció en gran e inmenso mar. Tal vez él pueda...

— ¡señor, señor, señor Yeonjun! — corrió a joven guardián hasta su mayor

— que pasa Kai 

— él, Jimin... creo que... es imposible, eso no puede ser-

— lo imposible siempre será posible Kai — sonrió al ver la emoción en el joven guardián — claro, en algunos casos