【XIV】

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Ya había pasado una semana desde que volverían a Corea, en todo ese pequeño tiempo ninguno de los dos hablaron sobre el beso que tuvieron la última noche en Santa Lucía.

Yoongi sentía mucha angustia, su hyung actuaba como si nada hubera pasado. Él no podía dejar de pensar en el beso que se dieron, cada día que se quedaba solo, recordaba los labios de Jimin junto a los suyos, no podía evitar sonrojarse, jamás pensó que su primer beso seria de esa manera, pero no se quejaba, le había gustado mucho.

Hoy era domingo, y Yoongi tenia algo en mente para acabar con esa tensión que se había formado entre ellos. Quería que todo volviera a lo que era antes, no le gustaba esa barrera se que había formado.

— buenos días — dijo mientras bajaba la escalera

— buenos días señor Jimin — se levantó del sofá — le serviré su desayuno

— gracias — lo siguió hasta la cocina

Jimin comía su desayuno que consistía en hueva a la inglesa con tocino, pan dorado y su café de todas las mañanas.

— desayune rápido señor, tenemos muchas cosas que hacer — de quitó su delantal

— ¿qué? ¿Cosas que hacer? — cuestionó dándole una mordida a su pan

— si, la casa no se va a limpiar sola señor Jimin

— limp- ¿qué? — estaba confundido — Yoongi, tengo personal de limpieza y-

— hoy no vendrán señor, les di el día libre

— porque hiciste tal cosa — se levantó de su asiento — yo tengo mucho trabajo, no puedo estar perdiendo el tiem-

— si ya terminó, será mejor que se cambie — ordenó — no debemos perder el tiempo holgazaneando — salió de la cocina dejando a un confundido castaño aún con su pan dorado en su mano.

Jimin sin más y haciendo caso a Yoongi, fue hasta su habitación para cambiarse, jamás había hecho limpieza, siempre tenía a alguien encargado de ello, sería la primera vez en veinticuatro años que haría tal cosa.

Cuando iba bajando pudo escuchar la música a alto volumen y como se trataba de Yoongi, esa música tenía que ser de Disney.

— Señor Jimin, al fin bajó — se acercó al mayor — ahora tome este plumero sacude primero el centro de mesa

— Yoongi yo jamas hice esto

— siempre hay una primera vez para todo señor Jimin — le dio empujoncitos

Yoongi tomó la escoba y comenzó a barrer, pero antes pulsó play a la siguiente canción en su playlist — ¡hoy la lucha empieza, esa es la misión! ¡Niñas me mandaron para tal acción! — miró a su hyung que trataba como podía sacudir sin romper nada. Jimin miró a Yoongi entendiendo esa referencia, no era su culpa, jamás en su vida hizo algo así — ¡vencer, debemos ser cual veloz torrente y con la fuerza de un gran tifón, violentos como un fuego ardiente, cumpliendo muy misterios la misión!

No pudo evitar sonreír viendo a Yoongi utilizar la escoba como micrófono.

Él se unió también ya que no iba a negar aquella canción le gustaba mucho, cuando era niño miraba mucho Mulán, era su princesa Disney favorita.

Jimin dejó el plumero a un lado y se acercó a Yoongi por la espalda abrazándolo en el acto. El menor se sorprendió un poco, pero no se iba a quejar, se sintió tan bien ese abrazo y más cuando le besó la mejilla, aunque el hubiera querido que el beso sea en otra parte de su cara.

— ¿terminaste de limpiar?

— ujum, ¿algo más que quieras que haga joven Min?

— podrías... — ¿si se lo pide accederá? — podrías, ¿darme un beso?

Jimin se sorprendió un poco, no pensó que Yoongi quisiera que lo volviera a besar, desde que llegaron todo fue un poco diferente entre ellos y él pensó que quizás fue por el beso que le dio.

Ahora sabía que Yoongi quería tanto volver besarse con él lo deseaba, así que dándole media vuelta, le acarició la colorada mejilla antes de acercar su labios. El beso fue tranquilo y pausado, disfrutado cada roce, se notaba que Yoongi era inexperto en eso, pero eso no evita sentirse maravillado con los delgados labios ajenos. Tuvieron que separase por falta de aire, Yoongi aún tenía ese peculiar color en las mejilla y eso lo volvía más adorable. Cuando intento volver a besarlo, el sonido de su celular interrumpió tal acto.

Jimin se tuvo que discuplar con el pelinegro, era una llamada importante de una caso que tenia que cerrar. Así que dándole un piquito en los labios, fue hasta su oficina.

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Jimin se encontraba en su oficina, tenía muchas cosas que hacer, tomarse esos días de vacaciones le dejó un arduo trabajo acumulado, pero igual no se arrepentía de nada.

Recordó el beso que se dieron en la isla, el primer beso de ambos, se sintió tan lindo, pero ¿que eran? Que era esa relación que tenían ahora. No era nada formal, solo eran besos. Yoongi solo es un niño que seguramente quiere experimentar nuevas cosas y aunque él no sea alguien viejo, aún así es mayor que Yoongi. Eso quiere decir, que no estaría bien tener sentimientos por el menor, no quería que salga lastimado, Yoongi es alguien puro y dulce, a pesar de lo que pudo haber pasado en un infancia.

Hablando de eso, tenía que averiguar todo con respecto a su infancia, lo único que sabía era que sus padres murieron cuando el solo tenía siente años y que su crianza fue daba por sus tíos, pero cada vez que preguntaba sobre cómo era su convivencia todos esos años, Yoongi siempre evitaba el tema.

Jimin tenía mucha curiosidad, quizás meterse en su vida privada podría traerle problemas, pero haría cualquier cosa por cuidar de Yoongi. Sabía que había algo malo en esos señores, que algo le hicieron a su propio sobrino y él lo iba a averiguar.

¿aló?

— necesito tu ayuda

LUNA DE INVIERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora