LUNA DE INVIERNO

【XVI】

Los días pasaban y la pareja cada vez se iba acercando más y más, los sentimientos de Yoongi hacia su hyung iban incrementando y los de Jimin también aunque el quería pararlos, no sentía bien que se estuviera enamorando de alguien mucho menor que él. Aunque no era ilegal puesto que Yoongi ya tenia dieciocho años, aún creía que estaba haciendo mal quererlo de esa manera.

— ¿aún sigue confundido joven Jimin?

— ¿usted? — se sorprendió al ver al anciano — de donde salió

— yo estuve aquí todo el tiempo, creo que usted necesita más los lentes que yo joven Jimin

— no tengo ánimos para seguir con este juego de laberinto

— el único laberinto está en esa cabeza, quiere tratar de ignorar lo se siente

— a que de refiere

— debe de conectar lo siente con lo que piensa... ya los jóvenes como tú, solo le hacen caso a una cosa — se puso delante de él — cuando siguen lo que sienten ignoran lo que piensan y cuando siguen lo piensan dejan de lado lo sienten.

— no le entiendo señor, hable más claro — rodó los ojos

El anciano suspiro pensado que este Jimin era tan difícil — solo no lo deje ir, llegará alguien a su vida y todo puede cambiar. Dígame joven Jimin, ¿lo que sientes es igual a lo que piensas?

— ¿qué? A la vida de quien — se quedó pensando — ¿Yoongi? — susurró

— créame joven Jimin, la edad de Yoongi es sólo un número, en este caso debo decir — aclaró

— son como seis años de diferencia

— en un mes cumplirá diecinueve — se encogió de hombros

— y yo veinticinco

El anciano se quedó en un largo silencio, con verlo a los ojos sabía todo el amor que sentía por el muchacho, ese amor que jamás se apagaría sin importar las vidas que pasen, pero al parecer este Jimin tenía miedo e inseguridad. Lo entendía, ya que era la única vida en donde sus edades diferían considerablemente, pero no debería ser impedimento para el amor que se tenían, ¿o si?

— es solo un número, las edades cambian, pero amor es solo uno — fue lo último que dijo antes de irse caminando lentamente dejando a Jimin muy pensativo y con un lío en su cabeza.

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Había llegado a casa aún no entendía muy bien lo dicho que el anciano, pero sabia que tenia que ordenar sus sentimientos antes que sea demasiado tarde. No lo iba a negar, que le haya dicho que alguien más puede llegar a la vida de Yoongi, le molestaba, odiaba la idea que alguien más pudiera disfrutar de su dulce sonrisa, su voz al cantar cualquier canción de Disney, su sazón al cocinar. Solo él quería ser el único en su vida.

Al entrar a la casa, buscó a Yoongi... pensaba que estaba en su habitación o en la cocina, pero no lo encontraba en ningún lado. Al ir al patio trasero, lo encontró otra vez en aquel rosal.

— ¿no crees que hace mucho frío para estar aquí afuera? — preguntó una vez que estuvo cerca de él

— Señor Jimin — sonrió feliz — si hace frío, pero quise venir a ver como iban estas rosas

— creo que ahora es algo inútil, es invierno

— lose, pero con los cuidados necesarios, en primavera tendrá un hermoso rosal, señor Jimin

— es mejor entrar, hace frío, no me gustaría que te enfermaras

— si claro, vamos — le agarró de la mano y juntos ingresaron a la casa.