【XIX】

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Eran las ocho de la mañana, Jimin admiraba el lindo rostro de Yoongi al dormir, desde que hicieron el amor un día antes del cumpleaños del menor, ahora dormían juntos, les gustaban sentir la calidez de sus cuerpos, dormir abrazados y despertar uno al lado del otro.

Jimin no tenía dudas que el menor le gustaba, aún se sentía confundido. Nunca antes había sentido algo así, a sus veinticuatro años, nunca había tenido una relación, siempre fue muy esquivo a tener una pareja. Él adoraba la soledad que tenía, com respecto a una pareja, no lo veía necesario, aunque muchas veces su abuelo le habló sobre ello, "el amor" le decía que pronto llegaría una persona que haga que todos sus pensamientos cambien, que haga que vea a la vida de forma diferente.

Talvez esa persona era Yoongi, el chico que conoció aquella fría noche. Yoongi hizo que sus pensamientos sobre su soledad cambien. Que se replantee la idea sobre formar una familia.

Familia, sonrió ante la idea, tener una familia junto a Yoongi, ¿podría ser eso posible? ¿acaso si le propone a su menor tal cosa, aceptará? Pero como proponer algo así, si ellos no son nada.

Dos personas que se besan y hacen el amor, ¿que son? ¿pareja?¿novios? ¿amantes? O solo son dos personas que como cualquier ser humano atienden al llamado de sus cuerpos. Pero ahora que lo piensa, Yoongi no se merece solo ser un cuerpo con quien disfrutar, él se merece algo bonito, que lo presuman con todos, sacarlo a caminar de la mano y consentirle, darle mucho besos y cumplirle sus caprichos. ¿Él puede hacer todo eso? ¿Puede ser la persona indicada para Yoongi?

— ¿Jimin hyung? — murmuró somnoliento

— buenos días,

Yoongi estiró sus brazos y volvió a abrazarlo — ¿qué hora es?

— como las ocho y cuarto

— ¿tanto dormí? — se sorprendió

— al parecer cumplir diecinueve, te ha hecho más perezoso

— ¡hyung! — le golpeó el pecho desnudo — desde mi cumpleaños no paras diciéndome eso, yo no soy perezoso

— si, si, mi pequeño perezoso — le besó la frente — mejor ve a lavarte mientras yo voy preparando el desayuno

— ¿hoy también tiene que ir a trabajar hyung? ¿No era su día libre?

— si, pero una pareja quiere verme, ya sabes, tengo el caso de un divorcio, su aún esposa no quiere formar los papeles

— ¿por qué no?

— básicamente porque la señora lo engañó y ella está arrepentida, quiere solucionarlo, pero el señor solo quiere divorciarse y no tener ninguna relación con ella, no tienen hijos y se casaron por bienes separados, así que el señor no perdería nada si se divorcia

— vaya, que feo, como lo engaña si es su esposo, suspuestamente se casaron por el amor que se tenían

— no lose, a veces tomamos decisiones por el momento y luego nos arrepentimos — se encogió de hombros — pero bueno — se levantó de la cama y se puso su pantalón — te espero abajo

— si hyung

Jimin salió de la habitación y Yoongi entró al baño, quería darse una ducha antes de ir con su hyung.

Desde que hicieron el amor por primera vez, ahora duerme en su cuarto, antes tenia prohibido ingresar, pero ahora desde hace una semana solo duerme en esa enorme cama gris.

Yoongi estaba muy feliz con ello, sentía que la relación con su hyung iba incrementando, aunque técnicamente aún no eran novios, ellos se soportaban como tal. Yoongi tenía la ilusión de que en cualquier momento Jimin se le declararía y por fin su relación seria oficial.

Bajó casi saltando hasta ir al encuentro de su hyung, lo encontró sirviendo unos panqueques y chocolate caliente.

La pareja disfrutaba del desayuno hasta que el celular de Jimin comenzó a sonar. Atendió la llamada y muy rápido subió hasta su habitación y minutos después, regresa ya cambiado y listo pasar salir. Se despido de él diciéndole que llegaría para el almuerzo. Yoongi asintió y prontamente se quedó solo, suspiró pensando en lo que haría hasta que llegara su hyung. Teniendo una idea fue hasta el patio trasero para seguir arreglando el rosal y con algunas otras flores del jardín, le haría una diadema. Hace mucho que no las hacía, esperaba que le saliera bien.

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Yoongi salió corriendo para recibir a su hyung, había llegado una llamada de él diciéndole que ya estaba llegando y que había pasado a comprar comida china.

Yoongi vio el auto de Jimin y corrió hasta él, esperó hasta que su hyung bajara, no pudo evitar sentirse emocionado cada vez que llegaba a casa.

Cuando estaba apunto de abrazarlo y ayudarle con las bolsas de comida. La voz a lo lejos hizo que su corazón lata a mil por hora.

— ¡YOONGI! — gritó lo más alto que pudo, tratando de que el menor lo escuche desde la otra calle.

— Jungkookie — susurró mirándolo con sus ojos llenándose de lágrimas

— Jungkookie — susurró mirándolo con sus ojos llenándose de lágrimas

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— ¡¿qué?! — dijo sorprendido — pero...

— nunca dije que la persona que llegara a la vida de Yoongi sería alguien romántico, ¿o si?

— es que... ¡NO! — reprochó — se lo que va a suceder, no puede señor... no se pueden separar, ¡no ahora!

como te dije, todo depende de ellos.... aunque en este caso, solo de él, la decisión que tome, será el rumbo de su vida

LUNA DE INVIERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora