【XI】

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Un iracundo joven llevaba más de quince minutos en aquella casa, había llegado al lugar luego de varios días buscando la dirección. No podía creer que después de todos estos años, esos señores aún tenían esa mirada y postura tan altanera.

Cuando llegó lo único que les preguntó fue por una persona, pero hasta ahora solo recibía como respuesta excusas y más excusas.

— les voy a preguntar por última vez — dijo ya harto de la situación — donde carajos está Yoongi

Los señores frente a él, ni se inmutaron en lo firme que se veía su sobrino, aunque estaban algo impresionados, Jungkook pasó de ser un niño delgado, pequeño, debilucho, con una estatura por lo bajo de lo común a ser alguien alto, musculoso, tatuado y que imponía un aura firme y dominante.

— y que te hace pensar que nosotros sabemos donde está

— desde la muerte de mis tíos, Yoongi pasó al cuidado de ustedes.

— él ya tiene dieciocho, dende esté ya no es nuestro problema.

— según el acuerdo, firmado por ustedes mismos, Yoongi debería estar a su cuidado hasta que él cumpliera veintiuno

— escúchame Jungkook, Yoongi no está, se fue — respondió con simpleza su tío

— ¡a donde! Yoongi era su responsabilidad, cada maldito mes, reciben dinero por cuidarlo. Desde cuando Yoongi ya no vive con ustedes

— nose — se encogió de hombros — días, meses...

— Jungkook, nosotros hicimos todo por cuidarlo, le dimos cariño como sus tíos — la señora llevó su mano a su corazón

— ¿tanto cariño que decidió irse? — sonrió irónico — además, si fuera así, porque aún siguen siendo titulares para recibir el dinero — vio el rostro pálido de sus tíos — ustedes mismos lo dijeron, Yoongi ya tiene dieciocho, perfectamente hubieran hecho un documento para que ahora él recibiera su propio dinero, ¿no lo creen?

— él lo prefirió así — mintió — además, tú que vienes a reclamar por él, ¿después de todos estos años recién te acuerdas de Yoongi? ¿Te olvidaste que tenias un primo vulnerable que recién acababa de perder a sus padres?

— no te hagas el primo abnegado Jungkook, tú te fuiste ni bien los padres de Yoongi murieron, ni tú ni tus padres quisieron hacerce cargó de él — siguió su tía

— no me fui porque quería, el gobierno les dio a Yoongi, porque creyeron que serían los más aptos, porque en ese tiempo mi madre, ¡tu hermana! Luchaba contra el cancer, ¿se te olvida? Mi mamá no podía cuidar de Yoongi, ¡por eso te lo encargaron a ti! La hermana mayor de mi madre y la de Yoongi

La señora Kim, se quedó en silencio, era cierto, ella era la mayor de las hermanas Kim, luego seguía la mamá de Jungkook y por último la mamá de Yoongi. Supuestamente la hermana mayor debería ser la protectora, cuídar de sus pequeñas hermanas, pero la realidad era que ella aborrecía a Jisoo, su hermana menor, siempre fue la favorita de sus padres, la trataban como si fuera la princesa de la casa. Cuando Jisoo nació, se olvidaron prácticamente de ella, todo era Jisoo, hasta Lisa, su otra hermana la trataba como si fuera lo más preciado del universo.

Kim Jisoo era una mujer hermosa, eso no podía nergarlo, eh ahí de donde Yoongi había heredado la belleza, tenía las facciones tan suaves, tan frágiles, como si fuera una delicada muñequita de porcelana. Y eso era lo que más odiaba, la belleza de su hermana menor, todo el mundo se fijaba en ella, hasta su único amor, Min Hoseok... un hombre de extrema belleza, educado, atento y respetuoso.

No pudo evitar estar perdidamente de él, pero lamentablemente su amor con Hoseok jamás pudo llegar a concretarse, ¿por qué? Jisoo era la maldita respuesta, ni bien Hoseok había conocía a la dulce Jisoo, no pudo evitar caer perdidamente enamorado. Sólo tuvieron que tener unas cuantas salidas juntos para se hicieran novios y cuando Jisoo tenía la edad de veintidos años, llegó con la noticia de su embarazo, sus padres no pudieron ocultar la alegría de que su pequeña niña traería al mundo a su segundo nieto.

Desde el primer día que vio a Jisoo entrar por aquella puerta de su antigua casa, sabía que odiaría a esa niña, a su hermana.

Aunque el único día que pudo ser feliz por una noticia de su hermana, fue cuando supo de su accidente y posteriormente su "lamentable" fallecimiento junto a su esposo. Esa tarde para ella fue el mejor día de su vida, ya que según ella, ya no estaría la única persona que le estorbaba en su vida.

— no fue cumpla mía que mi hermanita tuviera ese accidente y dejara a la deriva a su propio hijo.

— no, por supuesto que no, pero...

— pero nada — se masajeo el puente de la nariz — es mejor que te vayas, ya viste que Yoongi no está. Así que si no te molesta, mi esposo y yo, tenemos cosas que hacer.

— créame que si ustedes le hicieron algo-

— que, Jungkook, que... no vengas a amenazarme en mi propia casa — dijo su tío

— tómalo como quieras tío, pero por Yoongi soy capaz de todo — caminó hasta la puerta — y tengan en cuenta que ahora que se, que Yoongi ya no vive con ustedes, dejaran de recibir el dinero que se les proporcionaba por su cuidado — dijo antes de salir y azotar la puerta tras él.

Caminó casi temblando hasta el auto que lo esperaba a unos metros. Sentía tanta ira recorrer su cuerpo, él solo quería llegar y llevarse a Yoongi. Sabía como eran sus tíos, había escuchado rumores horribles, las cuales no quería creer, no podía soportar la idea de esos señores que se hacían llamar sus tíos hayan obligado a su Yoongi a hacer tales asquerosidades.

— tranquilo amor, encontraremos a Yoongi — intentaba calmar a su prometido

— no se que hacer Tae, llevo varios meses buscando a Yoongi, tengo miedo de que ellos le hayan hecho algo malo

— no creo que sean capaces-

— Taehyung, ¿acaso no escuchaste lo que decían? Que mis tíos llevaban a Yoongi con esos viejos asquerosos, ¿te imaginas todo lo pudieron haber hecho? — dijo desesperado — no quiero imaginar el infierno en la vivía — sentía sus ojos llenarse de lágrimas

— no pensemos en cosas negativas amor, hay que seguir buscándolo. Estoy seguro que lo encontraremos — le dio un cálido beso y puso el auto en marcha.

 Estoy seguro que lo encontraremos — le dio un cálido beso y puso el auto en marcha

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— como detesto a esa señora — frunció el ceño molesto

— calma Kai

Señor, ¿no podemos hacer que le caiga un rayo a esa señora?

— Kai — lo regañó

— pero sería de casualidad — intentó persuadir a su señor, aunque sabía que no lo iba a lograr

LUNA DE INVIERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora