2/3Poché se inclina hacia mí y me susurra al oído:
—Ahora te voy a desnudar. Y te voy a encadenar a esta cruz. Me encantan las cadenas. A mi
modo de ver, son mejores que las cuerdas. Más primarias. Creo que también te gustarán. Pienso
que, cuanto más extremo, mejor para ti. Te ayudará a alcanzar esa parte básica y primaria de ti. A soltarte.Apenas y puedo hablar, quiero gruñir. Tengo el corazón desbocado y el sexo ardiente.
—Sí, Poché.
Ella comienza a hacerlo, me quita primero el vestido, luego la tanga negra de seda, dejándome solo con los zapatos de tacón alto. Los pezones se me endurecen enseguida.
Estoy dolorosamente consciente de mi desnudez, con todo el resto de la gente del club
ahí al lado. Es terriblemente excitante. Ni siquiera me importa si alguien me mira o no. Salvo Poché, claro está. Y siento un orgullo extraño por ser capaz de hacer esto delante de toda esta gente: estar desnuda mientras ella juega conmigo. Pero todos esos pensamientos se encuentran en una parte alejada de mi cerebro. El resto de mí esta sencillamente concentrada en el momento.Poché me da un beso en los hombros mientras me da la vuelta para ponerme de cara a la cruz.
Me estremezco completamente cuando una preciosa corriente de deseo brilla sobre mi piel,
metiéndose en la profundidad de mi cuerpo.—Deja que yo me ocupe de todo, Daniela. Venga, levanta el brazo. Sí, eso es.
Antes de darme cuenta de lo que está ocurriendo, Poché me ata una gruesa esposa de cuero alrededor de la muñeca; entonces, con una mano al final de mi espalda, me acerca más a la cruz de madera hasta que mis pechos acarician la madera lisa.
Ella me coge la otra mano y me ata aún más
deprisa. Doy un pequeño tirón y siento la tirantez de las cortas cadenas que van de las esposas hasta las armellas incrustadas en la cruz.Tengo los brazos bien abiertos y me siento vulnerable. Pero, al mismo tiempo, me siento
completamente segura con ella. Y preciosa.—Voy a dejarte tus bonitos zapatos puestos —me dice ella, agachándose para acariciarme la
pantorrilla, luego más abajo hasta donde el tobillo estaba cubierto por la cinta—. Tienes unas piernas preciosas.Poché me deja un beso tierno en el dorso de la rodilla y aquella sensación fue directa a mi sexo.
Gemí. Se pone de pie, con ese cuerpazo, apretándome la espalda y su erección, una barra pesada de carne contra la parte superior de mis nalgas.—Ahora abriré mi bolsa de juguetes. Pero no me moveré de aquí, quiero que no te muevas.
Estate quieta y practica la respiración que te he enseñado. ¿Entendido, Daniela?—Sí, entendido.
Entonces ella se aleja y aspiro profundamente por la nariz, retengo el aire en los pulmones
durante unos segundos y luego lo saco por la boca, intentando relajarme. Una pequeña parte de mi cerebro todavía esta nerviosa por el miedo a lo desconocido. Pero, en general, me siento en sintonía con mi cuerpo: mis pezones endurecidos, mi sexo húmedo, la tensión en los músculos mientras espero que todo empiece.Poché se vuelve a poner detrás de mí, con las manos en mi cintura. Son suaves y calientes
sobre mi piel.«Tócame.»
Pero no me atrevo a decírselo en voz alta. A estas alturas ya sé que ella llevará el ritmo y que yo la seguiré.
Ella empieza a tocarme, acariciándome la piel con los dedos, poniéndome la piel de gallina. Me
acaricia la espalda, los costados, las nalgas, los muslos y, tras ponerme el pelo a un lado, la nuca. El deseo me eriza la piel en todos los puntos que ella toca.
ESTÁS LEYENDO
El Límite Del Placer
Fanfic[Adaptación Caché] +21 ⚠️ Advertencias⚠️ •Mucho contenido sexual explícito •Habrá escenas que podría incluirse como prácticas de BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo) G!P •Esta historia NO es mía, es una ADAPTACIÓN...