I. CATALINA, PRONTO NOS VEREMOS

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I

Cuando la llamaron del hospital, Cata se encontraba sentada en un banco del campus con una chica que había conocido en un evento de la universidad. Se veía que la joven iba a la facultad de ingeniería al igual que Vale, pero nunca se habían cruzado. Tenía el pelo corto y era unos centímetros más alta que Cata. Se llamaba Romina y le habia dado su número. Esa chica no le tenía miedo al éxito.

En aquel momento, una llamada entrante la sobresaltó. Al atender, se puso tan pálida como una hoja de papel. Se disculpó con Romina y salió corriendo al hospital. Mauricio había tenido un accidente.

Cuando llegó, se dio cuenta de que Manu y Clara ya estaban ahí. Los abrazó y les preguntó qué había pasado. Se notaban nerviosos y no le dijeron nada al respecto, pero era normal dada la noticia. Vale tardó un rato en llegar. Eso fue extraño porque estaban en el mismo evento, pero justo antes de preguntarle, llegó el médico y les explicó el estado de Mauricio.

- Mauricio se encuentra estable por el momento, afortunadamente no tiene más de una fractura pero el daño que sufrió debido a la contusión le ha provocado un coma temporal. Es posible incluso que le queden secuelas si llegara a despertar. Asi qué estará en observación para ver si responde a estímulos.

Al oír esto, todos se quedaron helados. Manuel se largó a llorar y Clara lo abrazó. Cata no podía creer que algo así le pasara a alguien tan joven. La vida era muy corta para gastar tu tiempo en cosas sin importancia. Ninguno de sus amigos se encontraba bien. Vale tenía la mirada perdida, Manu y Clara lloraban como si fuera culpa de ellos que pasara esto. Y, por supuesto, dada la crudeza de la situación, Cata se dio cuenta de que necesitaba un abrazo de su madre.

Cuando todavía no se había mudado a La Plata, ella vivía con su madre y su abuela, con quienes compartía un lazo que muy pocas personas tenían. Se había criado sin una figura paterna y, aunque a veces lo negaba, ella anhelaba saber su nombre. Sin embargo, siempre que le preguntaba a su mamá la razón de su desaparición, ella apartaba la vista y con un tono frío cambiaba de tema. Cuando juntó el suficiente valor para preguntarle a su abuela, ella la abofeteó y le dijo que a veces es mejor no saber ciertas cosas.

Caminó hasta la habitación donde yacia Mauri. No pudo entrar, pero sí lo vio detrás de la ventana que había. Estaba tan tranquilo como si no se enterara de nada. De repente, se sintió tan mal que lloró un poco, hasta que escuchó el ringtone de llamada de su celular. Era Romina.

Cata le respondió llorando y le explicó lo que había pasado. Si bien la conocía hace poco, necesitaba desahogarse con alguien. Sus amigos, por supuesto, no eran opción. Cada uno estaba lidiando con su propio dolor y no podía cargarles el suyo.

Al cabo de un rato, Romina llegó al hospital. Le dio un abrazo y trató de tranquilizarla. Cata seguía mal, pero se había calmado un poquito. La chica estuvo con ella un par de horas hasta que los médicos les pidieron a todos que se fueran. Era bastante tarde, por lo que no podían permanecer ahí toda la noche. Cada uno se despidió y se fueron a sus casas. Romina acompañó a Cata a su residencia. Al llegar, le dio un abrazo y la calmó un poco para que no se pusiera a llorar nuevamente.

Ya en la noche, le mandó un mensaje a la joven agradeciéndole. También aprovechó la oportunidad para invitarla a salir. Romina no dudó y quedaron en un cine para ver una película.

La semana pasó tranquilamente. Los médicos no dieron ninguna noticia sobre Mauricio, dando a entender que estaría así un tiempo.
El sábado a la mañana, Catalina se preparó para la cita con Romina. Irían a ver "¿Quieres ser John Malkovich?" que por alguna razón volvía a estar en el cine.
Se encontraba algo nerviosa. Sin embargo, al salir pensó que sería una buena idea comprar flores. Caminando, lo volvió a repensar. Eso no iba con ella. Se le hacía muy cursi y raro. Al llegar al cine, tenía un ramo de flores en las manos. Al final, terminó comprandolas de camino. La muchacha la estaba esperando en la puerta del cine. Cuando vio a Cata, se le iluminó la sonrisa. No podía creer que estaba saliendo con ella por fin.

Romi se había enamorado de Cata a primera vista, por lo que esto era un sueño convertido en realidad, como en las películas de Disney donde todo era amor de princesas.

Se abrazaron y Cata le dio las flores. La joven se puso roja como una manzana y entraron a ver la película. La tarde transcurrió románticamente. Se tomaron de las manos y comieron pochoclos baratos. Cuando oscureció, les pareció una buena idea ir a merendar a algún lado. Tomaron un café con una torta en una confitería cercana y hablaron de todo un poco.

- No sabía que estudiabas Ingeniería Ambiental. Tengo una amiga que va a la misma facultad, pero ella estudia Ing. Aeronáutica - dijo Cata.

- ¿En serio? Tengo un amigo que está en la misma carrera. Se llama Benjamín, quizás se conocen.

-

Puede ser, eh. Tengo que preguntarle - Cata la miró divertida - ¿Te imaginas que terminen juntos?


Romina estalló a carcajadas, para Cata fue el sonido más bello que escuchó en su vida.

Al terminar, Cata acompañó a Romina hasta su parada y antes de despedirse, Romi en un impulso le dio un beso a Cata.

Cuando tus ojos brillanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora