III. Ayúdame

10 5 0
                                    

Si bien le daba curiosidad, no le parecía una buena idea ir a visitar a su exnovio en ese momento. Seria demasiado evidente que él llamó a Naomi.

Miró nuevamente su reloj, eran las siete de la tarde y la curiosidad le carcomía por dentro.
Tendría que pasar mucho tiempo antes de poder ejecutar con totalidad su venganza pero al menos el plan estaba en marcha... Si no estás entendiendo de qué se trataba, déjame explicarte. Mauricio realizaría su plan en varias fases:

El sujeto: Consistía en encontrar a una persona que lograra enamorar a Manuel en menos de un mes, realmente sería algo complicado si el chico fuera una persona normal, pero viendo como se desenvolvió ante las oportunidades de estar con alguien, era algo sencillo. Además contaba con que Naomi (el sujeto) estaba enteramente enamorada de Manuel.

Los enamorados: Bueno, esto básicamente consistía en dejar que su relación avanzara por un tiempo sin mayor problema. Gracias a su aparente ruptura Manuel se sentiria tan mal emocionalmente que caeria en las redes de aquella chica.

Tres son multitud: Cuando estuviera seguro que manu se hubiera enamorado perdidamente de Naomi, el entraría en la relación de pareja como un amigo, alguien que apoyara al sujeto cuando este no se sintiera bien... alguien que pudiera profundizar en su interior.

Rey de la colina: Manu descubriría lo que sintió Mauricio en el momento en que le fue arrebatado todo.

Si bien es un poco rebuscado, el resultado sería ampliamente destructivo, estaba completamente seguro de que funcionaria y que le pondría fin a su sed de venganza.

Otra vez miro el reloj, era la tercera vez desde que llegó a su residencia luego del encuentro con Valeria. Estaba nervioso y no sabia como bajar su ansiedad, ni siquiera el lol fue capaz de ayudarlo.

Se tiró en la cama pensando en leer algún cómic de Deadpool pero ni bien empezó no pudo evitar divagar en su cabeza.
Ese chico que había conocido hacía unas horas le recordaba a Naomi, tenían aspectos muy parecidos, eran raros. No había otra palabra que pudiera describirlos mejor, compartían esa rareza peligrosa, como si fueran impredecibles.

Otro pensamiento llegó a su cabeza, él estuvo mucho tiempo inconsciente a causa del accidente por lo que se perdió de la relación de Catalina. Si bien lo habían puesto un poco al corriente, le resultaba raro que ambas chicas quisieran cortar la relación el mismo día, eso sabiendo que todo iba muy bien.

Un miedo repentino lo inundó y si... ¿Y si el acosador era el culpable? No, no podía ser posible. Mauricio se empezó a reír ante tal ocurrencia, no podría ser posible, porque eso significaba que el psicótico conocía a Rocío. Un pensamiento todavía más oscuro se le presentó, y si... ¿y si el acosador conoció a cata por culpa de Romina?

Algo olía mal, pero no era Mauri. No, él sí se bañaba. Era algo más siniestro, pero si quería eliminar al acosador de la vida de Cata debería hablar con ella primero.

×××

Luego de un rato trató de dormir, pero la historia se volvía más perversa a medida que avanzaba y en consecuencia no logró conciliar el sueño en toda la noche.

Eran las seis de la mañana del sábado y por fortuna era feriado. Se levantó ojeroso pero es lo que había, agarró se hizo un cocido con medio pan y salió del cuarto que tenía. Literalmente vivía al lado de Catalina así que tocó la puerta obligandola a despertarse temprano.

- Tengo que hablarte de algo...

Cata lo miró con odio, nadie la levantaba temprano y vivía para contarlo - Dejame dormir... A las diez hablamos - Acto seguido cerró la puerta y no le volvió a dirigir la palabra hasta más tarde en la mañana.

Cuando tus ojos brillanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora