Capítulo 21

285 22 115
                                    

"Vamos, Sole, tu esposo va a dejarte aquí" -Alessandro se removió de la cama negando, tiró del beta recostándolo junto a él, y sacándole una sonrisa por la acción, no parecía con intenciones de levantarse pronto. El mayor solo acarició su cabeza, aquel bonito omega seguía siendo igual a cuando lo conoció-. "El Zar te ha mal educado peor que nosotros"

"Cállate y duérmete otro rato" -Giorgio se rio esta vez, acercándose al menor y olfateando detrás de su oreja haciéndole reír, Alessandro, más obligado que realmente queriendo, se separó tallando sus cansados ojos-.

"Ya, ya desperté"

"Toma una ducha rápida, preparé tus maletas con ayuda de Katarina, uhm, ¿Por qué iré yo en lugar de Rina?"

"No he salido sin ti desde que te volviste mi mano derecha, no quiero empezar a hacerlo ahora"

"A eso se le llama dependencia emocional, Sole" -El menor rodó los ojos empujándolo ligeramente, y el beta sonrió divertido por aquello, admirando el rostro mañanero del príncipe de Italia, Alessandro odiaba despertar tan temprano, desde que se mudó a Rusia, era casi obligatorio su horario matutino, por lo que el mal genio no fue sorpresa para ninguno-.

"Si vas a empezar, mejor llevaré a Sabino"

"Santino entrará en celo en dos días, ambos van a odiarte si lo haces" -Alessandro esta vez miró atento al beta, no se sorprendió con que recordará aquello, él se sintió ligeramente mal por olvidarlo-.

"Ve a terminar tu maleta, me ducharé y después alcanzaré al Zar, te veré en la entrada en una hora"

"Bien, si se te hace tarde no pienso cubrirte" -Alec sonrió mientras veía al beta ponerse de pie y acomodarse el saco, hubo un ligero silencio, que hizo al mayor suspirar antes de mirarlo de nuevo, conocía al otro lo suficiente para sentir la culpa que el otro reflejaba, Alessandro ni siquiera soltaba feromonas que dejaran ver su estado de ánimo, sólo que, para él se había vuelto transparente-. "Volverá cuando volvamos, no te preocupes por él"

"¿A donde fue?"

"No me dijo, solo dijo que el Zar lo envió" -El menor volvió a asentir, mirando algo perdido su cama, y Giorgio suspiró, se sentó junto a él, abrazándolo y besando su sien después, aunque aquello pesaba en el corazón del hada, no quería presionarlo con el tema-. "No te culpes Sole, todos entendemos que tenías que hacerlo, el propio Renzo lo sabe, me pidió decirte más de diez veces que no estaba enojado contigo, y que te ama más que ayer, menos que mañana" -El beta rodó los ojos al recordar al alfa decirle aquello, ni siquiera después de tantos años dejaba de ser así-.

"¿Más que tú?" -Alessandro bromeó, más tranquilo, y aligerando el ambiente, sacándole una ligera sonrisa a su acompañante-.

"Lo dudo, es un alfa de todas formas" -El omega se rio sin poder evitarlo, y regresó el abrazo a su beta soltando un suspiro, Giorgio no estaba del todo seguro él como se llevarían las cosas de ahora en adelante, pero si sabía que todo cambiaría, incluso era consciente de que no podría seguir abrazándole como en estos momentos si las cosas cada vez iban más en favor del Zar-. "Apresúrate, podemos tener este momento emotivo en el avión, no quiero que el ruso cuelgue mi cabeza por llevarte tarde"

Alessandro asistió divertido por la que supuso era una broma, viéndole salir después, y obligándose a ponerse de pie. Como le dijo Giorgio, se dio una rápida ducha, secando su largo cabello dentro del baño, recién lo había despuntado el día anterior, aún llegaba a su cadera, brillando preciosamente, y siendo la envidia de muchas personas por aquello.

Pero, su cabello no era lo que le importaba en esos momentos, necesitaba hablar con Renzo, el escucharlo calmaría sus nervios, solo que, su bonito novio llevaba más de una semana fuera, y aunque Giorgio le dijo que volvería en cuatro días, eso lo tenía ansioso.

Fata MafiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora