Capítulo 36

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Cuando Santino apareció en la vida de los Brambilla, Sabino ya tenía cuatro años.

El joven rubio no sabía por qué había llegado un bebé a los brazos de su madre, y mucho menos, por qué murmuraban en secreto cada que se mencionaba al bebé.

Sabino lo cargo ese mismo día, no le quedó más que aceptarlo como su hermano cuando este llevó su pequeña mano a su mejilla.

El pequeño Santino, cuatro años menor que lo seguía a todas partes, y aunque no se parecían en nada, y tampoco se parecía a sus padres, jamás cuestionó aquello.

No lo hizo, hasta que Santino parecía acercarse a él con otras intenciones, siempre con roces impropios, y acercamientos anti naturales entre dos hermanos, con esa mirada que al principio aterraba al rubio.

Y es que, una vez que el pelinegro se descubrió como alfa, se suponía que debían repelerse, aunque fueran diferentes castas al ser familia el asco es natural, vomitivo incluso, era biología, no había forma humana en la que pudieran sentirse atraídos a sus propios genes.

Por eso, la enorme sorpresa del rubio cuando el ojiazul se le acercaba casi rozando sus labios con los suyos, con esa sonrisa coqueta y esos pensamientos antinaturales, pecaminosos y demoniacos.

Peor aún, es que aunque lo intentaba con todas sus fuerzas, su lobo parecía no escucharle en ninguna ocasión, buscaba corresponder el del contrario, pidiendo por él inconscientemente en cada celo, y sintiéndose peor porque era cuatro años mayor a él. Incluso inició una relación con Estefano, uno de los guardaespaldas de Alessandro y amigo cercano de todos.

No fue hasta que Santino cumplió quince años que sus padres les contaron la verdad.

El pelinegro era adoptado, y aunque ya pertenecía a la guardia de Alessandro, este no podía viajar con él cuando visitaban a la Camorra.

A Santino poco le importó la razón, era un adolescente hormonal en ese entonces, solo pudo sentir paz mental al saber que cada que se masturbaba pensando en su 'hermano' en realidad no había sido pensando hermano, sino en el bonito omega con el que vivía y que afortunadamente no compartía sangre, el rubio en realidad era el amor de su vida, y ahora podía conquistarlo.

En cambio, Sabino si quiso saber la historia detrás, recurriendo a sus mejores amigos, Alessandro, Giorgio y Marina (La dama de compañía de Alessandro que se quedó en Italia cuando se mudaron a Rusia), contándoles la situación.

Alec le prometió investigar, y la persona que realmente conocía la situación era su abuela, quien después de insistirle durante horas, le contó que aquel bebé no era hijo de su chef.

Aquel bebé era producto de un amorío entre el Don de la Camorra, y la mejor amiga, de la hermana, de su chef.

No había relación consanguínea, Alec entendió que por eso es que se atraían aunque el rubio evitara el tema de sus sentimientos por el adolescente.

Y también entendió que, cuando la Signora di Cesar de la Camorra, se enteró del amorío y del hijo bastardo de su esposo, mandó a matar a la mujer y al bebé, quien, desesperada, le dio el bebé a su mejor amiga, aquella delgada y pequeña omega, hermana de la chef de Alessandra Di Cesare.

Cuando su hermana llamó a la madre de Sabino, se escuchaba angustiada, la mujer no podía quedarse al bebé ya que, aunque no trabajaba directamente con la Camorra, recibía continuamente visitas de estos en su restaurante, en cualquier momento descubrirían al niño.

La rubia omega le dijo que no se lo quedaría, pero después de escuchar llorar a su hermana por la muerte de su mejor amiga, y el miedo de que la mataran si encontraban al bebé con ella, lo platicó con el Sargento Brambilla.

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