𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟸: 𝙳𝚘𝚜 𝚎𝚡𝚝𝚛𝚊ñ𝚘𝚜

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   Al abrir los ojos me dolía mucho la cabeza, todo daba vueltas. Al ver bien no sabía dónde estaba, me encontraba totalmente confundida. En ese momento entro por la puerta el pelinegro junto con mis hermanos, me levanté rapidamente asustada.

— ¿Donde estoy?

— En mi casa —dijo el pelinegro.

   Jhanely se paro de la cama de un golpe, quizo salir por la puerta pero en ese momento Jack la atrapo de la cintura. Empujo a su hermano pero de nada sirvio porque Jacob la tomo por los brazos desde atras. Los chicos le pidieron a Emmett que salga asi podian hablar con el ella y evitar que haga algo de lo que se valla a arrepentir.

— Jhane para por favor, escucha a Emmett habla con el —dijo Jackon.

— No eres tu el que queda mal con la manada Jackson, ademas Sam y Jacob estan de mi lado.

— Me importa una mierda lo que digan Sam y Jacob, es tu impronta y se respeta como a todas las demas.

— El tiene razón Jhane ninguno quiere perderte por tu necedad y tu orgullo, si no lo haces por ti hazlo por nosotros —dijo Jacob.

— Traidor —dije para luego bajar la cabeza.

— No Jhane nos preocupamos por ti, dale un dia y veras que estaras mejor cerca de el —dijo Jacob.

— Te dejamos algunas de tus cosa al lado de la cama, los del consejo te dieron como orden quedarte —dijo Jackson.

— Cuidate Jhane, ninguno quiere perder a su alfa —dijo Jacob.

   Miraba hacia la gran ventana de el cuarto, no queria mirar a ninguno a la cara, nadie en la manada parecia considerar mi decision pero no podia dar ordenes, estaba muy debil. Mis hermanos de acercaron en silencio y me abrazaron, me dieron un beso en la cabeza nates de irse y luego los vi desparecer por esa puerta. Suspiré cansada y me acerque a la mochila que me trajeron con mis cosas.

— Ven se que me estas escuchando.

   En unos pocos segundos el pelinegro aparecio en mi campo de vision, sabia que tenia que estar con el para estar mejor pero aun me cerraba mucho a esa idea. Me acerque a el en silencio y lo abracé, mi loba habia estado muy alborotada por saber de el y poder abrazarlo, no paso mucho tiempo para sentir que sus grandes brazos me rodearon.

— Por alguna razón, espere demasiado ese momento —susurró el pelinegro.

   La habitación de mantenía en silencio, Emmett estaba acostado mirando hacia el techo pero en ningún momento dejó de acariciar mi mano. Al principio quise correr su mano pero se estaba llendo el fuerte dolor que tenía en mi pecho y mi loba estaba feliz.

— ¿Me puede explicar en algún momento que es lo que pasó? —preguntó aún con su mirada en el techo.

— ¿Que quieres saber? — se giró hacia mi con una sonrisa de oreja a oreja — ¿Que?

— ¿Enserio me vas a contar?

— Me corresponde a mi hacerlo después de todo Emmett.

— ¿Cómo sabes mi nombre? —dijo Emmett.

— Los pensamientos de mis hermanos.

— Eso es raro pero bueno, el día que caiste de rodillas... —dijo Emmett— mi padre me dijo que tiene que ver con algo así como compañeros pero en lobos.

— Algo parecido pero lo nuestro es más fuerte.

— Duele, cuando no estamos juntos cierto —preguntó Emmett.

— Si y en mi caso lo describi por las malas, hace que una marca se extienda por mi pecho.

— También sentí el dolor pero no sabía explicar por qué, ahora lo sé —dijo Emmett.

— Lo siento — me había dolido más saber que le estuve causando dolor a el que el que me atacaba a mi misma.

— Puedes descansar si quieres, no pienso irme a ningún lado —dijo Emmett.

   Eso se sintió bien, pero no tenía confianza suficiente aún para dormir en una casa de vampiros. De repente Emmett miro mi cara de duda y me preguntó si quería conocer a su familia a lo cual accedí. Me tomó de la mano, salimos de la habitación, me sorprendió que era una casa muy linda, al bajar las escaleras ví a dos un chico sentado en el sofá y una chica con una revista al lado de el.

— Jhane ellos son Alice y Jasper, dos de mis hermanos —dijo Emmett.

— Un gusto Jhane, tu y yo nos vamos a llevar muy bien —dijo Alice acercándose a abrazarme.

   La miré un poco raro, pero después de todo acepte su abrazo, Jasper me hizo un acentimiento con la cabeza a lo cual también se lo devolví.

— Un gusto Jhane —dijo Jasper.

— Lo mismo lo digo.

   En ese momento llegaron de la cocina dos mujeres y alguien a quien ya conocía Carlisle.

— Ella es Esme mi madre y Rosalin mi otra hermana.

— Un gusto conocerte Jhane —dijo Esme acercándose a darme un abrazo.

   La rubia me miró de arriba a abajo y luego una sonrisa salió de su rostro. La miré sería no entendía que le pasaba.

— Así que ella es la razón del dolor de Emmett.

— Algo así rubia.

— Me cae bien, tiene carácter —dijo Rosalin.

— Preparamos algo para que comas cariño —dijo Esme.

— Pero si ustedes no comen, porque se ponen en esa molestia.

— Pero tú si comes y no es para nada un molestia, no da gusto tenerte en casa —dijo Esme— y más si Emmett está feliz.

𝑳𝒐𝒔 𝒕𝒓𝒊𝒍𝒍𝒊𝒛𝒐𝒔 𝑩𝒍𝒂𝒄𝒌¹ | Emmett Cullen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora