Besos

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Ruta de Adán 💕

Eva aún sonrojada caminaba de regreso al centro del Edén, una de sus manos tocaba suavemente sus labios, aún no procesaba el actuar del arcángel.

Sus preguntas fueron interrumpidas por dos manos que taparon sus ojos repentinamente, en su espalda pudo sentir el pecho de su compañero varón - Adivina quién soy - dijo este jugetonamente - Adán - contesto ella divertida sujetando una de las manos de este.

Con suavidad la bajo de su rostro y volteo a ver al contrario, su mirada se encontró con el jardín, atrás de ella no había nadie, al menos a  la altura de sus ojos, al mirar abajo vio al chico ofreciéndole una rosa.

- Una flor para otra flor - dijo Adán coqueto hacia Eva, está acepto gustosa aquella flor mientras reía por el comentario del varón, una vez de pie Adán le puso aquella rosa detrás de la oreja.

"Hermosa" fue el pensamiento de Adán al verla así, se quedó un rato más viendo el rostro de la mujer que descansaba suavemente en la palma de su mano, noto ahí que los ojos de Eva estaban rojos e inchados, la marcas de sus lágrimas aún eran visibles y no pudo evitar preocuparse.

- Eva, paso algo? - preguntó mientras acunaba el rostro de la joven ahora con ambas manos - Estabas llorando? Te lastimaste? O acaso hice algo mal? - su preocupación era audible en sus palabras y su expresión achicando los ojos en señal de pena por si actuó mal era visible, delataban el cariño que esté le tenía a la mujer.

Eva nuevamente sintió ese vuelco en el corazón al ver qué Adán se preocupaba por ella, era feliz, se sentía amada.

Con cuidado Eva se puso de puntillas, aprovechando que el varón estaba cerca de su rostro corto la distancia uniendo sus labios, tal como el arcángel había hecho con ella anteriormente.

Adán un poco sorprendido tardo unos segundos en afirmar su agarre en las mejillas de la chica, está tenía sus brazos al rededor del cuello de Adán, una posición algo extraña pero era su primer beso, con el tiempo mejorarán.

- Oh mierda - contesto Adán cuando se separaron para tomar aire, estaba atónito, sinceramente pensó que el daría el primer paso con Eva, sus mejillas se tiñeron de rojo y una sonrisa boba se asomaba en su rostro.

La fémina no estaba mejor, ese beso fue distinto, le afecto mucho más que el anterior, toda la confianza que tuvo para dar el paso se esfumó al ver al hombre sonrojado, igual de roja que la rosa en sus cabellos Eva miraba atenta el piso, rezando a que el varón frente a ella no se lo tomará a mal.

Adán vio los nervios de la fémina y se apresuró a disculparse - Mierda! No mierda a ti! Me refiero al beso! - trataba de explicarse rápido, más con esas palabras Eva lo miro preocupada - Osea no! El beso no es una mierda, es el mejor beso que me han dado! - Eva lo miro preocupada otra vez - No es como si hubiera dado muchos, solo es que - miraba nervioso a su alrededor esperando encontrar las palabras correctas - Mierda, me gustas mucho Eva! - declaro cerrando los ojos.

Ahora el varón es quien miraba directamente el suelo, Eva estaba aún más roja (si es que eso era posible), la declaración de amor tan repentina del varón la hacía feliz, causaba un ritmo más rápido en el corazón de la fémina, sonriendo se acercó nuevamente al joven cabizbajo y tomando su rostro lo lleno de besos.

- Po... por qué haces esto? - dijo Adán muriendo de vergüenza por lo rojo que estaba, aunque se quejaba el mismo se inclinaba para conseguir más besos de la castaña - Tu también me gustas Adán - le contesto feliz con una sonrisa para volver a besar las mejillas del de ojos amarillos.

El varón se paralizó un momento, su corazón rebosaba de felicidad, sus mejillas ardían y sentía la necesidad de abrazar y tener a su lado a la joven de largas pestañas "Así se siente el amor?" Se preguntó en sus adentros, se sentía mejor que el rechazó, por primera vez desde que fue creado sus sentimientos eran correspondidos, su alegría no se hizo de esperar.

Las manos de Eva seguían en su rostro por lo que el varón la sujeto de la cintura y dio vueltas levantándola del suelo, lágrimas de felicidad recorrían el rostro del hombre, y su corazón latía gracias a las suaves risas de la chica.

Una vez la bajo tomo las manos de Eva para bajarlas de su rostro y tener mejor paso al de la mujer, sin embargo no las soltó, se acercó al rostro contrario para repartir suaves y dulces besos en este, su frente, sus mejillas, el puente de su nariz, su cien y sus labios.

Eva correspondía la acción con una bella sonrisa en su rostro, deseaba que aquella felicidad durará para siempre.

Pero el destino tenía preparado varios obstáculos para la feliz pareja.

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