Los meses pasaron y aquellas tres almas no se había vuelto a ver, el pequeño cazador tenía trabajos pendientes un mes previo al próximo exterminio, entre ellos se encontraba rendir cuentas con el amo y señor del infierno, el señor Lucifer Morgninstar.
Recientemente su antiguo jefe lo había llamado, pues su hija lo invito a su hotel y pensó que al ambos jóvenes tener la misma edad y criarse juntos podía ayudarlo a reconciliarse con ella.
No era una noticia para el pelinegro que aquella familia se hallaba rota, fue la separación de los reyes lo que llevo a qué su padre, Mefistófeles, se decantara por abrir un negocio propio alejándose de los Morgninstar.
Miro su pequeño reloj, el amo Morgninstar no debería de tardar tanto, tomo algunos de sus papeles y los guardo con cuidado en un maletín, bajo las escaleras de su hogar y en cuanto cruzó la puerta la limusina del rubio llegó.
- Justo a tiempo Of - le dijo desde dentro el rubio quien parecía estar al borde de un ataque de panico - Un gusto verlo nuevamente señor Morgninstar - contesto el moreno entrando en el auto ignorando el comportamiento del mayor.
El viaje camino al hotel fue ameno, algunas preguntas por parte del mayor sobre como debía de presentarse o si debía de llevar algo para no llegar con las manos vacias, pero nada fuera de los cálculos del pelinegro.
Una vez llegaron fue Ofel quien tocó la puerta pues el rey estaba demasiado nervioso para hacerlo.
- Pa...- la princesa se vio interrumpida al abrir la puerta, delante de ella estaba el pelinegro, la joven aún seguía un poco molesta desde que Ofel se opuso a su plan de rehabilitación - Eres tú - saludo de mala gana.
- Un placer princesa Charlie, he venido a petición del amo Lucifer - contesto como siempre cordial.
- No me sorprende - dijo algo desilusionada - ¿Mi padre no vendrá?
- Oh! Mi error princesa, su padre está aquí - respondió Ofel apartándose a un lado dejando ver al rey alterad en posición fetal en el suelo - yo solo he venido a acompañarlo - termino de explicar.
- Charlie! - dijo alegre el mayor al ver a su hija después de tanto tiempo - Manzanita - sin contener más su emoción se lanzó a abrazarla.
- Hola papá - hablo entre incómoda y alterada - Pasen por favor - les dio la entrada al hotel.
En ese primer pasillo Ofel pudo ver pinturas de la familia real, en una de ellas se veía retratado a su padre junto al de la rubia.
En uno más pequeño se veía nuevamente a ambos hombres cargando a sus hijos, en ese entonces ambos varones eran buenos amigos, pero ver cómo poco a poco Lucifer perdía su brillo y sus ganas de soñar lo alejaron de aquellos ángeles que lo siguieron sin dudar en su rebelión contra el cielo, entre ellos Mefistófeles.
Frente a él pudo ver a los pequeños ayudantes cabra con los que creció, ambos peluches cobraban vida para ayudar a la princesa Morgninstar, regalo por parte del rey, quién no dudo en saludar a su creaciones.
- Razzel, Dazzel! No han crecido nada ¿Están cuidando bien de mi pequeña? Más les vale - su voz infantil cambio a una de amenaza al decir eso último.
- Aham - llamo la rubia capturando la atención de ambos varones - Padre, Ofel, sean bienvenidos al Hotel Hazbin! - dijo alegre una vez entraron en la sala, el pelinegro analizo el lugar con la mirada rápidamente.
Carteles mal escritos y probablemente sacados de la basura, en una de las esquinas pudo ver un bar, algo de polvo se instalaba en las paredes, cosa que no solo le molestaba a Ofel sino también a la pequeña mucama que intentaba llegar hasta esos rincones dando pequeños saltos.
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One-shot's Hazbin Hotel
FanfictionPequeñas historias que se me ocurren con los personajes de esta increíble serie... Los personajes aquí mencionados (su gran mayoría) le pertenecen a Vivían Medrano / Vivziepop