DOS: 2018 - PARTE 1

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- Jugadores con los que está EnzoF: Cristian Pavón, Marcos Rojo, Nico Otamendi, Franco Armani, Toto Salvio y Enzo Pérez.

- Tags: gangbang, minor violence, hurt/comfort.


Como se habían prometido esa primera noche que pasaron juntos, Enzo Pérez se convirtió en el cliente más regular de Jeremías.

Si bien Enzo seguía haciendo su trabajo, tanto con jugadores de fútbol como ahora también con algunos actores y músicos, él siempre tenía tiempo en su agenda para la estrella de River. No importaba qué estaba haciendo cuando lo solicitaba, él lo dejaba de hacer y ambos se encontraban en la suite veinticuatro del Intercontinental para pasarla bomba.

Si la primera vez Enzo Pérez se había contenido o reservado de alguna manera, de eso ya no quedaba nada en las ocasiones que siguieron. El jugador lo desarmaba de todas las formas habidas y por haber hasta dejarlo sin voz y sin energías para nada ni nadie más. Había un antes y un después de Enzo Pérez en la vida de Jeremías y la vara quedaba demasiado alta para el resto de los simples mortales.

Para el siguiente Superclásico de marzo, en el que los dos clubes disputaban la Supercopa Argentina, Enzo no solo estuvo a la espera de que River se quedara con la victoria, sino que también supo que, más allá del resultado, el jugador lo iba a solicitar, como le había dejado en claro una noche, entre jadeos y besos húmedos, y Enzo murmurando sí, por favor con la voz rota contra la boca del mayor.

El Millonario ganó el partido por dos tantos a cero y se consagró campeón. Enzo vio todos los festejos y subió el suyo a su manera: con una foto más que sugestiva en su cuenta de Instagram. Sabía que no iba a poder festejar con el jugador hasta que todo el plantel volviera de Mendoza.

Al día siguiente, alrededor de las once de la noche, después de un día largo de atender varios clientes seguidos, Enzo recibió la confirmación de pago desde Only Fans y la constancia de reserva de la habitación veinticuatro del Intercontinental. Como siempre, se tomó su tiempo para prepararse y después pidió un Uber.

Enzo Pérez lo estaba esperando, eufórico por la victoria y con ganas de seguir festejando, a pesar de que debía estar cansado después del viaje de vuelta de tantas horas. Apenas Enzo puso un pie en la suite, el jugador lo sentó en la mesa y le empezó a sacar la ropa mientras le comía la boca de esa forma que lo desarmaba con tanta facilidad. En un parpadeo, Enzo cambió el chip a Jeremías y le siguió el ritmo.

El mayor se lo cogió fuerte y duro encima de la mesa, y Jeremías disfrutó cada minuto de esa euforia, incluso la compartieron y la hicieron toda suya en ese momento tan carnal y de tanta desesperación. El jugador ni siquiera había llegado a ponerse un forro de lo eufóricos que estaban por reencontrarse, así que Jeremías lo hizo salir de su cuerpo para que le acabara en la boca y casi toda la cara.

Cuando finalmente usaron la cama para relajarse y recuperarse de sus orgasmos violentos, el jugador se empezó a reír de la nada mientras miraba el techo.

—Creo que tengo una nueva cábala —comentó.

—¿Yo? —cuestionó Jeremías—. Pero si me cogés todo el tiempo.

—Pero desde que nos conocimos, ganamos el Superclásico.

—Bueno, si a vos y a River les sirve, soy tu cábala con todo gusto.

—Nos sirve un montón, creeme.

Lo último lo dijo contra la boca de Jeremías al mismo tiempo que volvía a buscar su cuerpo, el calor entre sus piernas, el toque electrizante de su piel. El menor lo recibió sin problema, complaciente.

mi nombre es jeremías » enzof/enzopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora