NUEVE: 2023

380 11 0
                                    

- Jugadores con los que está EnzoF: solo Enzo Pérez.

- Tags: smut y fluff, mucho fluff.


Esa misma noche del día que volvió de Qatar, Enzo llegó al Intercontinental con las piernas como dos gelatinas. Esta vez no había habido preparación ni ritual previo, simplemente era Enzo. La reserva estaba a su nombre y no al de Jeremías. Todo era diferente a lo que habían hecho desde que se conocían, excepto que la suite era la misma, la veinticuatro, siempre de ellos.

Usó la llave-tarjeta para entrar a la habitación y solo en ese momento se dio cuenta de cuánto le temblaban las manos. El mayor ya lo estaba esperando y lo vio levantarse del pie de la cama apenas lo vio entrar. Enzo cerró la puerta y en un abrir y cerrar de ojos, estaba colgado del jugador, con los brazos rodeando su cuello, sus piernas alrededor de sus caderas y sus labios besando los suyos con una intensidad que no se comparaba a nada de lo que había sentido al besar a Enzo Pérez en otras ocasiones. El jugador lo sostuvo de los muslos para que no se cayera y respondió ese beso efusivo y desesperado con las mismas ansias, porque ninguno de los dos estaba para seguir escondiendo cosas.

—Tenemos que hablar —jadeó Enzo cuando el mayor se sentó en la cama con él encima. Volvió a besarlo, pasando una mano por su pelo y moviendo sus caderas para no dejar de frotarse contra el jugador.

—Sí, sí, tenemos que hablar —asintió el mayor, pero otra vez juntó sus bocas para seguir ese beso desesperado. Enzo gimió.

—Enzo, Dios, tenemos que parar —dijo Enzo en un hilo de voz, pero no puso resistencia cuando el mayor empezó a desabrocharle el cinturón y los jeans.

Enzo jadeó cuando el jugador dio vuelta la posición y quedó sentado con las piernas abiertas en el borde de la cama. Mientras el capitán de River le sacaba los pantalones, los bóxers y las zapatillas, Enzo se deshizo de su remera y al instante tuvo al mayor pegado a sus pezones, en el derecho con su boca, en el izquierdo con sus dedos. Enzo se arqueó y separó más las piernas, soltando un gemido y sosteniendo su cuerpo con sus manos en la cama.

—Enzo —murmuró Enzo cuando el mayor siguió bajando con un camino de besos húmedos hasta que acomodó sus muslos en sus hombros y rodeó su glande con el calor de su boca. Enzo se mordió el labio al ver esos labios rodeando y succionando su punta, las cejas arrugadas en un gesto de concentración—. Mm, Enzo...

—Vos podés hablar si querés —dijo el mayor antes de llevarse la pija de Enzo a la boca hasta la mitad.

Enzo contestó con gemidos, tratando de no perderse detalle de ese hombre perfecto entre sus piernas, haciéndole un pete después de nueve meses de no haberse visto ni hablado. Una de las manos del mayor volvió a un pezón y Enzo se abrió más para él, ofreciéndose enteramente, más de lo habitual si eso era posible.

—Quiero esto todos los días —dijo Enzo sin sacarle la mirada de encima al mayor. Se interrumpió para gemir ante una succión intensa y una mano que masajeó sus pelotas—. Quiero despertarme todos los días y que lo primero que vea seas vos. Quiero... quiero esperarte en casa a que vuelvas de entrenar y llenarte de besos, pero también hacerte mates mientras me contás cómo te fue. Quiero irme a dormir y saber que al otro día me voy a despertar y vas a estar ahí, haciéndome cucharita y abrazándome fuerte.

El jugador demostró su aprobación acelerando los movimientos de su cabeza, haciendo que Enzo cerrara los muslos de golpe y sin querer le apretara la cabeza. El mayor lo liberó un segundo para sonreírle con los labios hinchados y brillantes de saliva y preseminal. Dios, Enzo realmente estaba enamorado de ese hombre de rodillas ante él.

—Decime más —pidió Enzo Pérez con la voz rasposa, frotando sus muslos con la barbita que se había dejado crecer antes de retomar donde lo había dejado sin ningún problema.

mi nombre es jeremías » enzof/enzopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora