TRES: 2018 - PARTE 2

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- Jugadores con los que está EnzoF: Julián Alvarez y Enzo Pérez.

- Tags: trío, doble penetración.


Enzo ya estaba confundido de tantas veces que pospusieron el partido de vuelta de la Copa Libertadores. Trató de seguir lo más que pudo el tema hasta que se cansó de tanto boludeo y no le dio más bola.

Hasta que Enzo Pérez lo solicitó unos días antes de viajar a Madrid para decirle que se lo quería llevar con él, por cábala. Enzo le sonrió y se le tiró encima, demostrándole cuán agradecido estaba de que lo tuviera en cuenta hasta el día de hoy, incluso sabiendo que tenía a ese pendejo atrás siempre disponible para él.

El jugador no solo le pagó los pasajes y el hospedaje, sino que le cedió una entrada de las que les ofrecían a los jugadores para las familias. Enzo no había aceptado las de Rusia en su momento, pero esta vez no se pudo negar por nada en el mundo.

Madrid era una ciudad hermosa. No tuvo mucho tiempo para visitar todos los lugares que le hubiese gustado conocer, pero lo poco que vio lo dejó más que enamorado. Dejó un par de recuerdos en su Instagram de la ciudad y toda la euforia por el Superclásico que veía en las calles.

Como venían haciendo, por cábala, Enzo Pérez apareció en su habitación la madrugada anterior al partido. El jugador estaba completamente tensionado, pero trataba de mostrarse seguro y con confianza, como si la situación no le afectara de verdad. Toda esa tensión la descargó en Enzo, partiéndolo a la mitad y haciéndolo gritar hasta que le dolió la garganta. No se cansaba de repetir una y otra vez con ese hombre. Había pijas que probaba una vez y ya lo cansaban y aburrían, pero ¿de esta? Nunca en la vida podría cansarse ni aburrirse. No existía forma de que eso pasara.

Enzo terminó todo roto en la cama, con sus piernas todavía sostenidas en el aire por los hombros del jugador mientras ambos se recuperaban de esa maratón de posiciones que los dejó jadeando y con pechos inquietos y agitados.

—¿Cómo estás para mañana? —le preguntó Enzo cuando el jugador encontró su lugar en el pecho del menor, llenando de besos suaves su piel y acariciando ausentemente los aritos de sus pezones. Enzo no pudo evitar estremecerse.

—Nervioso, pero con ganas de jugar y romperla —contestó el jugador entre besos húmedos que dejó en sus pezones. Enzo suspiró y se removió inquieto cuando sintió los dedos hacerle cosquillas a la altura de sus costillas—. Sin miedo a nada porque me vine a Madrid con mi cábala.

—Siempre haciéndome sentir especial —dijo Enzo revoleando los ojos, pero con la sonrisa boba intacta.

—Vos sos especial —dijo el jugador.

Enzo prefirió dejar morir la conversación ahí, porque era un terreno al que no quería ir con uno de sus clientes. Él muy bien sabía que lo que tenía con Enzo Pérez ya iba más allá de ser su cliente y él un trabajador sexual debido a la confianza mutua que se tenían, pero Enzo trataba de no pensar en eso, de no buscarle el pelo al huevo, de vivirlo con tranquilidad y disfrute. Al final del día, todo había empezado por el sexo y siempre terminaba por el sexo.

El día del partido fue una locura. Enzo fue temprano a la cancha, viendo cómo las plateas se llenaban de rojo y blanco y de azul y amarillo a medida que pasaban las horas. Estaba hecho una pelota de nervios, pero la remaba bastante bien. Confiaba en sus propias cábalas, por más lejos de casa que estuviese para respetarlas del todo.

Enzo solo podía afirmar que todo fue un delirio, de principio a fin. De repente pestañeó y el club de sus amores se consagró campeón de América en el viejo continente, y él lo estaba festejando con ellos, jugadores e hinchas por igual, a miles de kilómetros del Monumental, donde deberían estar viviendo esa fiesta, que lo estaba haciendo llorar de emoción y felicidad.

mi nombre es jeremías » enzof/enzopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora