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OCHO: 2022 - PARTE 2

- Jugadores con los que está EnzoF: Julián Alvarez, Nicolás Otamendi, Cuti Romero, Gonzalo Montiel, Exequiel Palacios y Leandro Paredes.

- Tags: gangbang, uso de drogas, crossdressing, Enzo top.

De un momento para otro, estaban en noviembre y a pocos días de que arrancara el Mundial. Enzo siguió trabajando, pero los días que jugaba la Selección ya estaba decidido a no darle bola a nadie a la espera de que Julián lo necesitara. Sin embargo, el pibe lo sorprendió completamente cuando le mandó todo el papeleo para que Enzo fuese a Qatar, por lo menos hasta completar la fase de grupos. Enzo no pudo evitar pensar en Rusia, en Enzo Pérez, en esa noche tan especial después del problema que había tenido con el idiota de Salvio.

Enzo terminó de completar los papeles para viajar y, cinco días antes de la inauguración, ya estaba en Qatar. No entendía absolutamente nada de lo que le decían o lo que trataba de leer, ni siquiera era bueno con el inglés, pero Enzo se las ingenió de alguna manera y encontró el hotel donde estaba parando la Selección después de una odisea.

La primera vez que se cruzó a Messi en el comedor del hotel, mientras llenaba una bandeja con lo que iba a desayunar, Enzo se quedó helado con una mano en el aire sosteniendo una manzana. Otros jugadores se acercaron y fue peor, porque ahí vio a varios bombones que daría lo que fuera por tener entre sus piernas y en su boca, por separado y al mismo tiempo.

Julián apareció con una sonrisa dormida y una bandeja en la mano, rozándolo apenas a propósito cuando pasó por al lado de Enzo. Con miradas de reojo llenas de complicidad, se sirvieron el desayuno y después se separaron para ir a sentarse cada uno por su lado.

No duraron mucho sin darse bola o tratándose como desconocidos. Esa misma noche Julián apareció en la habitación de Enzo a eso de las dos de la madrugada. Enzo tuvo solo cinco segundos para pensar en Enzo Pérez y Rusia que ya tenía la lengua de Julián en la tráquea y las manos desesperadas sacándole la ropa. Por Dios, lo que había extrañado la energía y efusividad de este pendejo no tenía nombre.

No llegaron a la cama. Julián se sentó en el sillón individual que estaba en una esquina de la habitación y dio vuelta a Enzo antes de hacerlo sentarse en sus muslos. Enzo lo cabalgó con abandono, una pierna sostenida por Julián y la otra en el apoyabrazo del sillón, gritando al techo mientras el cordobés lo masturbaba sin cuidado y con desesperación. Julián le llenó el cuello de marcas, tanto de sus labios como de sus manos cuando Enzo acabó y lo sostuvo del cuello para terminar de cogerlo y acabar él mismo, liberándose en su interior.

Ambos se desplomaron en el sillón, jadeando y tratando de recuperarse de lo intenso que fue el sexo de reencuentro. Enzo se había olvidado la última vez que lo cogieron así de fuerte, así de intenso, una cogida que lo dejó recalculando por varios minutos. Julián le acarició la cara interna de los muslos y le besó la zona abajo de su oreja como si no lo hubiese dado vuelta como una media minutos atrás.

—Para que veas cuánto te extrañé —dijo Julián contra el lóbulo de su oreja, mordiéndolo suavemente. Enzo no pudo evitar sonreír embobado.

Las siguientes noches las compartieron de esa forma, viéndose a escondidas en la habitación de Enzo cuando Julián al otro día no tenía que jugar, porque eso era algo que había pedido Scaloni: nada de sexo antes de los partidos.

Arabia fue un tropezón, pero los jugadores no bajaron los brazos en ningún momento. Enzo vivió cada minuto de los partidos contra México y Polonia como si fuesen finales, y sabía que había sido exactamente lo mismo para cada argentino que estaba viviendo esa experiencia hermosa pero estresante. Enzo estaba orgulloso de su país, de su Selección, de haber pasado a octavos de final con una mística increíble.