SEIS: 2021

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- Jugadores con los que está EnzoF: Enzo Pérez, Cristian Pavón y Julián Alvarez.

- Tags: humillación, leve angst.


Para el Superclásico de principio de año, que terminó en un empate de dos tantos contra dos, Enzo lo vivió en la comodidad de la casa de Enzo Pérez. El jugador lo mantuvo entretenido todo el primero de enero y al otro día se fue temprano a concentrar para la previa del partido. Enzo lo despidió con un desayuno y un rapidito en la cocina, dejándole marcas en el cuello y en los hombros, y una sonrisa satisfecha y saciada en los labios.

Cuando el jugador cerró la puerta al irse, Enzo se sintió una de esas esposas que se quedaban en casa esperando a que volviera el marido para atenderlo. Enzo decidió no ser tan así.

Enzo se plantó en el sillón de Enzo Pérez y se filmó cogiéndose con sus dedos, con las piernas bien abiertas y usando la camiseta del jugador. Enzo subió un video cortito a Instagram y el video completo a Only Fans. Por supuesto que se había traído su notebook y las cámaras para seguir trabajando fuera de su casa, como la pandemia los había acostumbrado a muchos.

Cuando llegó la hora del partido, Enzo puso a calentar el agua en la pava eléctrica y sacó el juego de mate que se había traído. En el mismo sillón donde se filmó poquitas horas atrás, se sentó para ver el Superclásico en la pantalla de cine que tenía Enzo Pérez en el living.

El partido fue de River hasta que Boca lo terminó empatando a cuatro minutos del final, y lo habían expulsado a Enzo por doble amarilla por llegar tarde a la pelota. Enzo lo vio taparse la cara con la camiseta mientras el árbitro le mostraba la tarjeta roja. Y después de eso vino el gol del empate.

Sabía con qué tipo de humor iba a llegar el jugador, así que apenas terminó el partido, Enzo se fue a bañar y a prepararse para atender al mayor.

Enzo Pérez llegó a casa cerca de la una de la mañana. Enzo lo esperó con fideos con pollo y salsa y la mesa puesta. El jugador negó con la cabeza y lo agarró de la remera, arrastrándolo a la habitación y revoleándolo arriba de la cama. Procedió a arrancarle la poca ropa que tenía, a ponerse de rodillas y a hundir la cara entre las piernas del menor para ir directo a su entrada. Enzo se arqueó y separó más las piernas, y el mayor las apretó más contra su cuerpo para comerlo mejor.

Enzo se aferró a las sábanas con una mano y al pelo del jugador con la otra. El mayor se alejó de su entrada para subir hasta sus pelotas, succionando cada una en su boca por varios segundos. Enzo respondió todo con gemidos desesperados. El jugador subió por todo su largo y se lo llevó entero a la boca, dándole un poco de envidia lo bueno que era para hacer garganta profunda sin ser una puta que se dedicaba a hacer petes todos los días de su vida.

El jugador aflojó la mandíbula y empezó a cabecear con un ritmo pausado y tortuoso que dejó a Enzo recalculando por unos minutos. El mayor provocó sus pezones como hacía siempre y Enzo se aferró a sus muñecas cuando los pellizcó hasta hacerlo doler.

Cuando el jugador finalmente se cansó de torturarlo, lo soltó y se empezó a sacar la ropa. Enzo asintió efusivamente con la cabeza y se arrastró en la cama para agarrar el lubricante de la mesa de luz. El mayor puso primero una rodilla en la cama, después la otra y se fue acercando así al más chico. Enzo volvió a abrir las piernas a modo de invitación, pero el jugador lo agarró de los tobillos, tiró para abajo y lo dio vuelta, todo en cuestión de un segundo.

Enzo rápidamente sostuvo el peso de su cuerpo en sus antebrazos y paró la cola cuando el jugador tiró de sus caderas hacia arriba y separó más sus piernas con una de sus rodillas. Le sacó la botella de lubricante que el más chico todavía tenía en la mano y suspiró cuando bastante cantidad chorreó de la pija del jugador a su culo.

mi nombre es jeremías » enzof/enzopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora