(1) Dónde todo empieza

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Namjoon no estaba seguro de muchas cosas, el destino era un juego en ocasiones cruel que podía herir a las personas, las marcas y los hilos de almas gemelas eran como un juego de ruleta rusa.

Nadie sabe a quien terminará hiriendo.

Pero si estaba seguro de algo, amaba a Yoongi con todo su corazón, podría darle al hombre el mundo entero si este así lo quería, le daría lo que pidiera si con eso fuera feliz, Namjoon lo amaba como si fuera su alma gemela y estaba seguro que Yoongi se sentí igual. Ambos se complementaban como las piezas de un rompecabezas, siempre eran ellos dos, no había un Namjoon sin un Yoongi.

El amor que se tenían era tan profundo como un pozo sin fondo.

Siempre estuvo seguro de eso pero, en ocasiones, ya no estaba seguro de muchas cosas.

Su vida era buena, era feliz al lado de la persona que amaba, tenía un buen trabajo, grandes amigos y una gran familia. Namjoon tenía todo junto a Yoongi y estaba seguro que el mayor se sentía igual.

¿Entonces que hizo mal?.

La vida da muchos giros inesperados, como la vez que le ofrecieron un contrato para ser Idol pero prefirió ser productor, como su novio, Namjoon habia preferido compartir el mismo sueño con Yoongi, por que solo se tenian uno al otro.

La única mala noticia era que Yoongi trabajaba para otra empresa junto a Hoseok, uno de sus mejores amigos que había preferido seguir el camino del baile.

Namjoon estaba en otra empresa junto a Seokjin, que en ocasiones solo iba a visitarlo ya que el hombre era un actor famoso. Era de esperarse, su hyung era muy talentoso.

No sé sentía solo pero se sentía mal no estar al lado de su pareja, Namjoon tenía miedo de encontrar su alma gemela cuando Yoongi no estaba a su lado para consolarlo. Ambos habían echo una promesa algo infantil, pero era necesaria para que puedan respirar con tranquilidad.

Si alguno de ellos encontraba a su alma gemela, no se relacionarían con la persona, tal vez tratarla como un conocido o un amigo pero no sé juntarian con ella de manera romántica por qué ya se tenían ellos dos.

No importa lo que pasara, ambos evitarían a su alma gemela.

Era una promesa infantil pero eso lograba calmar sus alarmantes corazones, tenían miedo de que alguien más les arrebatará lo que tenían. Por ese motivo, Namjoon evitaba tocar a las personas a menos que fuera de manera profesional, Yoongi hacia lo mismo y todo iba bien.

Demasiado bien.

—Vamos Joon-ah, acompáñame a ver a los nuevos residentes de la empresa, quiero que los juzgues.— bromeó ante sus últimas palabras. Yoongi siempre lo llevaba a su empresa a conocer al nuevo personal que trabajaría con el, por el simple echo de querer la opinión de su novio.

—No soy un juez, hyung, además tus jefes se molestaran si me ven en la empresa, soy su rival, ¿Recuerdas?.— trato de ignorar las palabras de Yoongi, estaba demasiado concentrado en picar la cebolla que tenía en sus manos.

Podía sentir como temblaba el cuchillo entre sus dedos pero eso era culpa de las cuatro taza de café que bebió después de que salió de trabajar, fue mala idea desayunar solo cafeína.

—Vamos Joonie, quiero mi amuleto de la suerte a mi lado.— se había acercado al más joven para abrazarlo por la cintura y besar su cuello, estaba tratando de comprar a su novio con besos y abrazos.

—No hyung, está vez no...— el cuchillo cayo sobre la mesa cuando las manos de Yoongi se metieron bajo su camisa, sus dedos tocaban todo a su paso hasta llegar a su pecho pero antes de tocar los pezones del más joven, las manos de Namjoon lo detuvo.

[ Almas Gemelas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora