(Extra) Cuando te conocí

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Jungkook no creé en las almas gemelas, para él, eran como un cuento de hadas que los padres le contaban a sus hijos para que su imaginación flote, para que crean en el romance, el amor y en un final feliz.

Jungkook no creé en las almas gemelas por que desde que tiene memoria, no se a encontrado con la suya, tal vez no exista, tal vez está al otro lado del mundo o tal vez no estaba destinado a encontrarla.

Jungkook no creía en las almas hasta que llegó a un local de estrellas, dónde le leían las cartas y el destino. Él solo tenía curiosidad por saber sobre su carrera pero cuando entro al lugar, la linda mujer sonrió con hoyuelos en sus mejillas mientras decía que ya era hora de que apareciera.

No entendió lo que decía la mujer, pero ella se apresuró a sacar varias cartas sobre su vida, su pasado, su presente y su futuro, fue en ese momento que se enteró que tenía una alma gemela que lo esperaba con gran anhelo, y que no solo era él, si no que había otra persona involucrada.

Lo único que hizo Jungkook fue soltar una burla al escuchar la misma historia de las almas gemelas, era solo un cuento de hadas.

El destino no existía.

—Llevas buscándolo desde tu vida anterior, pero al no encontrarlo, te resignaste a quedarte solo, eso no está bien mi pequeño hijo de la luna.— Susurro la amable mujer con una sonrisa que decía mucho pero a la vez tan poco.

—Por favor, deje de inventar historias ficticias para buscar clientes, eso es ridículo.— y con eso, salió de la tienda a toda prisa sin notar a la persona que entraba al lugar.

Ambos chocaron pero Jungkook pudo mantenerse en pie, vio al hombre alto caer al suelo y no dudo en acercarse para ayudarlo.

—Lo siento, no me fijé que ibas entrando, lo siento tanto.— con suavidad tomo la muñeca del hombre para ayudarlo a levantarse.

Ambos habían sujetado sus muñecas para evitar tropezar nuevamente, y cuando quedaron cara a cara, el suave brillo en sus pieles se hizo presente.

Una media luna, grande y dorada se dibujaba en la muñeca de cada uno mientras un hilo rojo y travieso envolvía dicha luna hasta llegar a sus meñiques, era como si una bonita pulcera de hilo rojo sujetará una luna pintada de dorado.

Jungkook no creía en las almas gemelas hasta que vio el brillo hermoso en la mirada del hombre frente a él. Era como si estuviera viendo nuevamente a la persona que había amado.

Como un viejo recuerdo que volvió a ver.

—Soy Jungkook.— las palabras salieron sin darse cuenta, pero no iba a quitar su mirada de la persona frente a él, no quería perderlo de vista, no otra vez.

Te encontré

—Hum... ¿Hola?.— susurro un poco avergonzado el contrario, trato inútilmente de alejar su agarre del hombre más joven pero al parecer, no era algo posible, tenía un agarre de hierro sobre el.

—Hola...— susurro entre un suspiro encantado, su cerebro no quería funcionar en ese momento.

—Lo siento, pero necesito mi mano.— murmuró avergonzado mientras intentaba una vez más soltar el agarre del joven desconocido.

—¿Que? ¡Ah! Lo siento.— se alejo con rapidez mientras sus mejillas se sonrojaban.

—Esta bien.— sonrió divertido ante la reacción del desconocido.

—Yo..

—Namjoonie, cariño, estás en casa.— la amable mujer salió de la tienda al escuchar tanto ruido solo para ver a su adorable nieto junto al alegre chico que salió de su tienda minutos atrás.

[ Almas Gemelas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora