Un mañana prometedor. | 𝗜𝘁𝗮𝗻𝗮𝗿𝘂 |

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Título: Comprensión.

La memoria es algo muy curioso, porque el lugar en el que tuvo lugar ese acontecimiento puede estar desmoronándose y siendo viejo, pero la memoria sigue siendo un monumento hecho con la sangre y la pérdida de aquellos que desaparecieron hace mucho tiempo. Y cuando otros lo visiten, su sombra permanecerá y alcanzará a compartir parte del dolor con ellos y lo entenderán. Aunque sea un poco.

Pero los recuerdos de Naruto no son así, la mayoría provienen de otro lugar, más allá de los medios de viaje convencionales. Perdido en el tiempo. Y por eso esos lugares no contienen sombra de su dolor y quienes los visitan nunca lo comprenderán. ¿Como pudireon? Los recuerdos aún no han sucedido.

Sin embargo, aquí está un hombre, uno que podría hacerlo. Uno que pueda sostener algo más que una vela ante llamas furiosas que queman la carne de los huesos y la esperanza de los optimistas. Llamas que han ardido durante mucho tiempo en Naruto.

La esperanza es una especie de reliquia para su mente desgastada, y estar aquí, en un mundo que bien podría limpiar el polvo de los restos desgastados, parece surrealista. Estar de pie en un armario presionado contra Uchiha Itachi porque sus amigos determinaron que no admitiría sus sentimientos, de lo contrario se siente como un sueño. Especialmente cuando se tiene en cuenta que está a punto de revelar su problemática situación (los hábitos de Shika-chan parecen estar agotándolo) relacionada con su repetido desplazamiento en el tiempo.

Naruto nunca antes le había contado a ninguno de sus amantes su situación; No se atrevía a hacerlo, demasiado asustado de que lo dejaran, demasiado asustado de que se rieran o lo culparan por no cambiar las cosas, por no intentarlo, porque siempre estaban en guerra y si no lo hubiera sabido, ¿no podría? lo han impedido. Hizo que cualquier coraje que tuviera colapsara sobre sí mismo con tal impulso que le dejó la cabeza dando vueltas.

Ahora, ahora está a punto de decírselo a Itachi, díselo porque Naruto todavía piensa que una distracción destruirá todo y si Itachi sabe entonces puede ayudar, necesita decírselo porque Itachi sospechará y el hombre es un genio a la par de cualquier Nara. Esto prepara el escenario para deducir, como mínimo, que hay algo raro en el rubio y si Itachi finalmente lo confrontara y Naruto se negara, podría dañar su relación; y si Itachi adivinara y Naruto confirmara, entonces el rubio temía la mirada de dolor y traición al no confiarle tal información.

Y al decírselo a Itachi surgió el problema de convencer al hombre de que lo que está diciendo es verdad y lograr que lo entienda; si creerá o no la gran historia de que Uzumaki Naruto es un viajero en el tiempo atrapado en un bucle interminable de revivir su pasado.

Realmente, para cualquier persona en su sano juicio esa afirmación es imposible.

"Necesito decirte algo", sonó entre ellos en la espesa atmósfera, "solo que aquí no", continuó Naruto, "en algún lugar seguro".

"El complejo Uchiha sigue en pie", dijo Itachi con voz seria con un dejo de curiosidad, "podemos hablar allí".

Naruto asintió antes de agarrar a Itachi con fuerza y ​​sentir el sello que había colocado discretamente dentro de la casa principal del complejo la última vez que visitó a Sasuke para sacar al furioso Uchiha del entrenamiento. Aparentemente exigir un entrenamiento a las dos de la mañana no es de buena educación, ¿quién lo diría?

"Tú," Itachi gimió levemente, deteniéndose para recuperar sus sentidos, "¿pusiste un sello en mi casa?"

Naruto tímidamente se frotó la nuca, "¿es por seguridad?"

Itachi resopló, "eso explica las bromas".

"No tengo idea de qué estás hablando", dijo inocentemente, cayendo en una ligera broma para tratar de distraerse de sus nervios.