60. MAÑANA SEREMOS SOLO NOSOTROS DOS

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POR LA NOCHE, este grupo de personas continuó con la barbacoa, como si estuvieran impulsados por una cuerda. Cada uno de ellos continuó haciendo ruido hasta altas horas de la noche antes de finalmente ir a descansar por separado. Ellos estaban en su elemento.

Cuando Fang Chi terminó de ordenar y subió las escaleras, Sun Wenqu ya estaba dormido. Esta vez, estaba realmente dormido; Fang Chi podía escuchar su respiración tranquila.

Sobre la mesa, había una pila de papeles. Fang Chi lo recogió y vio que eran planos de diseño numerados por fecha, con botellas, teteras, tazas y platos, muchos de ellos. Algunas hojas parecían mostrar conjuntos de objetos dibujados en grupos.

Los dibujos de Sun Wenqu eran muy detallados. Aunque Fang Chi no entendía exactamente qué pretendía representar en ellos, todavía pensaba que eran hermosos. Incluso esos dos frascos de formas irregulares que se veían un poco extraños juntos, también le parecían agradables después de mirarlos durante un tiempo.

Sun Wenqu estaba envuelto en una manta delgada y dormía profundamente. Probablemente, trabajó demasiado duro hoy. Fang Chi miró la temperatura del aire acondicionado, marcaba 20 grados.

Tomó el control remoto y aumentó discretamente la temperatura en unos grados. Con esa temperatura, Sun Wenqu podría robarle su edredón toalla a media noche, y Fang Chi también pensó que podría despertarse con frío.

Cuando se acostó, la cama tembló un poco, y Sun Wenqu frunció ligeramente el ceño, emitiendo un suave murmullo.

Fang Chi se apresuró en apagar la luz y se acostó, lo abrazó y acarició suavemente sus brazos.

Sun Wenqu siguió durmiendo, Fang Chi lo encontró bastante divertido, como persuadir a un niño pequeño. Le dio unas cuantas palmaditas más y se inclinó para darle un beso en la mejilla antes de también cerrar los ojos.

Después de pasar todo el día caminando por la montaña y pasar toda la noche jugando, Fang Chi también estaba bastante cansado. Se quedó dormido sin tener tiempo de divagar antes de dormir y no tuvo sueños toda la noche.

Cuando se despertó por la mañana, ya eran las ocho. Notó que el aire acondicionado estaba ajustado nuevamente a 20 grados, y su edredón toalla y la pequeña manta de Sun Wenqu estaban cubriéndolos a ambos. Se sentía bastante cálido.

Sun Wenqu ya no estaba en la cama. Fang Chi se sentó, se frotó los ojos y escuchó la risa de Liang Xiaotao abajo, jugando con Chico.

Cuando se levantó, vio una nota escrita junto a la almohada, y a simple vista era la letra de Sun Wenqu.

«Fui a correr».

Fang Chi sonrió. Una serpiente insistía en salir a correr todos los días, mientras que el perro salvaje tendía a dormir hasta las quinientas antes de despertarse.

Este grupo de compañeros de clase regresarían a la ciudad hoy. Cuando bajó las escaleras, su abuela ya les había preparado dumplings y estaban comiendo felices.

—Oye, Fang Chi, los dumplings de tu casa son realmente deliciosos —saludó Xu Zhou en cuanto lo vio bajar.

—Díselo a mi abuela —sonrió Fang Chi—. Ni bien lo escuche te preparará un paquete para llevar.

—¿En serio? —Xu Zhou se dio la vuelta y caminó hacia la cocina con su tazón en la mano—. Abueela~ estos dumplings son taan deliciosos...

—Entonces come más —dijo la abuela en la cocina—. Hay de sobra. Te empaquetaré algunos más para que te los lleves a casa más tarde.

Todos en el patio se rieron.

Después de lavarse, Fang Chi se sentó junto a Xiao Yiming, quien estaba comiendo dumplings con la cabeza gacha.

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