80. NO ERES UN NOVIECITO, ERES MI NOVIO

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—EL PROPÓSITO PRINCIPAL de tu regreso es ir a la cama, ¿verdad? —Sun Wenqu lo miró y no pudo evitar reírse.

—No exactamente, solo lo dije sin pensar —Fang Chi se sintió un poco avergonzado—. Volví principalmente para verte, y también para ver tus obras en la exhibición. Pero sabes cómo es, si te miro mucho tiempo, empiezo a... pensar demasiado.

—No estás pensando demasiado en lo absoluto, solo tienes una palabra en mente —dijo Sun Wenqu—, hacerlo.

Fang Chi se rio. 

—Todavía soy joven, me estoy desarrollando y necesito nutrientes.

—Hacerlo demasiado afecta tu desarrollo, ¿lo entiendes? —Sun Wenqu salió.

—¿A eso llamas demasiado? Cuánto hace que no... —Fang Chi levantó la voz y la bajó cuando pronunció la segunda mitad de la oración—. ¿Cuánto hace que he estado aguantando esto?

—¡Ay, pobrecito!, cómo sufres, ¿verdad? —dijo Sun Wenqu con una sonrisa. Caminó dos pasos y luego se detuvo—. Las flores.

—¿Deberíamos llevarlas? —Fang Chi dudó un poco—. Creo que también se ven bien allí. ¿No te parece que se ven como parte del set? Solo asegúrate de que no las tiren.

Sun Wenqu pensó un momento.

—Mejor las llevamos. Después de todo, mi hijo las ha cargado todo el camino hasta aquí. Le pediré a Ma Liang que compre otra maceta para poner allí mañana.

Volvieron al stand y se llevaron las flores.

—Dile a alguien que mañana compre una maceta igual y la ponga aquí —le explicó Sun Wenqu a Ma Liang—. Y que sea rosa, parece que funciona muy bien.

—¿Qué, qué flores son? —preguntó Ma Liang.

—Jacintos —dijo Sun Wenqu.

—De acuerdo. —Ma Liang asintió y señaló a una persona del estudio detrás de él—. Tú, tú, tú...

—Mañana temprano las compro. —Esa persona asintió inmediatamente sin esperar a que terminara.

—¿Vas a visitar a tus abuelos? —preguntó Sun Wenqu al salir del centro de convenciones.

—No puedo... —Fang Chi suspiró suavemente—. Me voy mañana y no tengo tiempo de volver. Los veré en el Año Nuevo.

—¿Entonces vamos a comer algo primero? —Sun Wenqu sacó su teléfono y miró la hora. Ya había pasado la hora del almuerzo—. Tengo un poco de hambre. No he comido nada desde ese tazón de oden esta mañana.

—Mmm, comamos algo. —Fang Chi se frotó el vientre—. Yo también tengo hambre, no comí mucho anoche.

—Comer no retrasará tus asuntos importantes, ¿verdad? —preguntó Sun Wenqu de nuevo con una sonrisa.

—¡Oye! —Fang Chi se quedó un momento perplejo antes de reaccionar—. ¡¿Puedes dejar de meterte conmigo?!

     

De vuelta en esta zona, encontrar un lugar para comer no era tan problemático como en la universidad; conocían bien el área y era fácil encontrar un sitio para comer.

Sun Wenqu no tenía mucho dinero ahora, por lo que se vio obligado a reducir mucho sus requisitos sobre la comida. Fang Chi lo llevó a comer arroz con ganso asado por treinta yuanes y no tuvo ninguna queja.

—También hay sopa de rábano —dijo Sun Wenqu mientras comía—. No está mal.

—La sopa de rábano es gratis, iré a traerte más si quieres —dijo Fang Chi.

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