73. ¡LA EDUCACIÓN DE ESTE ESTUDIANTE UNIVERSITARIO!

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EL SUEÑO DE SUN WENQU había sido muy superficial últimamente, del tipo que se esfumaba en el aire por el simple hipo de una hormiga. De hecho, esto siempre fue así, pero cuando estaba con Fang Chi, podía dormir un poco más profundamente. Aunque el tiempo que Fang Chi pasara durmiendo a su lado no fuera muy largo. Sin embargo, una vez que esa sensación era reemplazada de nuevo por «hipo de hormiga», se sentía extremadamente incómodo.

Durmió muy bien esa noche, y no se despertó en ningún momento hasta que sonó el teléfono de Fang Chi por la mañana, abriendo los ojos por primera vez.

—¿No sería demasiado temprano? —Fang Chi contestó el teléfono y corrió al baño hablando en susurros—. Bueno... Ah, claro, claro. Entonces en media hora... Mmm, en la entrada de la universidad.

—¿Es Cheng Mo? —preguntó Sun Wenqu con los ojos cerrados cuando lo escuchó salir del baño.

—Um, nos está apurando. Dice que si llegamos tarde habrá demasiada gente. —Fang Chi le acarició la cara—. Duerme un poco más, te compraré algo para desayunar.

—No es necesario. —Sun Wenqu se estiró—. Ya dormí suficiente ayer. Podemos ir directamente luego de arreglarnos. Después de todo, es la primera cita de esos dos, así que démosles algo de cara.

Se arreglaron y salieron, sin parar a desayunar porque querían hacerlo juntos cuando estuvieran todos.

Cheng Mo estaba parado en la entrada de la universidad con una mochila en la espalda y varias bolsas de comida en la mano. Sun Wenqu se rio al verlo desde el auto.

—Creo que ya compró el desayuno.

—Sube. —Fang Chi bajó la ventanilla y le hizo señas a Cheng Mo.

Cheng Mo corrió y saltó al auto.

—¿Ya comieron? Compré guotie.[1]

—Quiero —Sun Wenqu extendió la mano de inmediato—. Hace mucho que no lo como.

Cheng Mo le entregó una caja.

—¿Y Fang Chi? ¿Quieres comer antes de conducir?

—Está bien, solo comeré algunos de Sun Wenqu —dijo Fang Chi.

Sun Wenqu pellizcó uno y lo acercó a su cara, pero el coche se sacudió un poco y el guotie le pinchó la mejilla antes de que pudiera meterlo en su boca.

—Esta gente presumida —susurró Cheng Mo en el asiento trasero.

—Incluso esta alimentación tan brusca es presumir. —Fang Chi chasqueó la lengua, levantó la mano y se limpió el aceite de la mejilla.

—Fang Chi, déjame preguntarte algo. —Cheng Mo palmeó el asiento del coche—. ¿Xiao Yiming está en buena forma física?

—¿Eh? —Los ojos de Fang Chi se abrieron con sorpresa. Sun Wenqu notó rápidamente su expresión y se dio la vuelta para mirar por la ventana, riendo. Solo entonces se dio cuenta de lo que Cheng Mo quería decir, y se sintió un poco avergonzado—. Está bien, solíamos jugar juntos todo el tiempo.

—Entonces puedo llevarlo al pico en la parte de atrás. No hay teleférico, así que hay que caminar un rato —dijo Cheng Mo—. ¿Ustedes dos van? La vista desde ese pico es aún mejor.

—¿Cuánto hay que caminar? —preguntó Fang Chi.

—Unos cuarenta minutos. El camino es todo escalonado y es muy fácil de... —Cheng Mo fue interrumpido antes de que terminara de hablar.

—Paso —dijeron Sun Wenqu y Fang Chi al mismo tiempo.

—Bueno... —Cheng Mo se quedó atónito.

    

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