En los días que transcurren sin el dulce sabor de tus labios, me encuentro perdido en la monotonía de lo cotidiano. Cada despertar se convierte en un intento vano de desterrar tu recuerdo de mi mente, pero la tarea se torna imposible.
He tratado de construir una nueva vida sin ti, de despojarme de tu amor como quien se libera de un peso. Por momentos, creí haber avanzado lo suficiente como para olvidarte, pero al final siempre vuelves a mí, como un eco persistente en la soledad.
No sé si intentar olvidarte sea una tarea sensata, pues una parte de mí sigue anclada a tu recuerdo. Nuestra historia se entrelaza de tal manera que resulta difícil discernir dónde termina uno y comienza el otro. Aunque en ocasiones intento relegarte al olvido, hasta ahora no he logrado conseguirlo.
Cuando creo haber despejado mi camino para dar cabida a nuevos amores, tu imagen irrumpe de forma inesperada, desbaratando mis ilusiones y sumiéndome en la desolación. Necesito desesperadamente encontrar una salida a este torbellino emocional, una guía que me conduzca hacia la paz.
Anhelo el consuelo de alguien que me ame sin reservas, que acepte mi esencia tal como es. Busco en cada rostro una esperanza, una mano tendida que me libere de esta angustia y me ayude a despejar mi mente de tu presencia constante.
Mi alma clama por auxilio, consciente del desafío que supone adaptarse a una nueva realidad sin ti. El simple hecho de saber que existes, aunque estés lejos, es una tortura que me consume día a día.
Imploro al universo por una solución que me permita desterrar tu recuerdo de mi mente, para así poder abrirme a nuevos horizontes, a nuevos sueños donde tu ausencia no me persiga. Pero incluso en la oscuridad de la noche, tu imagen persiste, atormentándome con su constancia.
¿Sabes? A veces en la soledad de mi conciencia, me veo confrontado con la duda de si debo perdonarte o continuar luchando por olvidarte. Quisiera preguntarte, ¿Cómo se deshace uno de este dolor, de esta herida que parece no querer sanar? Solo se que, si tan solo existiera alguien que posea la respuesta a mi agonía, ruego que se manifieste pronto y me guíe hacia la redención.
¿Cómo se olvida? ¿Cómo se borra el nombre que tanto ha marcado mi pasado? Estoy en busca de alguien que conozca la respuesta, que se presente y me libere de este tormento. Que alguien me diga cómo se olvida esto y me diga cómo se arranca una pena de toda una vida.
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Cartas Perdidas
RomanceEste libro o como prefiero llamarlo álbum de cartas, está tejido con un entramado de cartas abiertas o sin un destinatario específico y otras solo no tuve el valor suficiente para enviarlas. Todas intentan explorar la conexión universal entre las pa...