Ah, si te soy sincero, ya no sé qué más hacer, no sé cómo hacerte entender lo que mi corazón desea, cómo revelarte que me encantas, que si tardo en verte, siento que me falta el aire o el agua que da vida. Ya no sé cómo explicarte que verdaderamente anhelo estar contigo.
Empiezo a pensar que temes a algún espectro, tal vez no estás lista o temes ser herida. Quizás dudas de este amor que, te aseguro, ya conoces en tu corazón. Y ¿por qué estoy tan seguro? Porque sé que tú también lo sientes, sé que experimentas lo mismo que yo, pero tus palabras y acciones me dejan en un mar de confusión.
A veces parece que quieres entregarte por completo, pero sin razón aparente te alejas, y eso me desorienta. Te ruego, por favor, que seas clara conmigo. La atención que me brindas y la tensión que se hace palpable entre nosotros me confunden. La forma en la que me tratas y el brillo que se refleja en tus ojos cuando me ves pasar, he notado que nada de eso lo haces ni te pasa con alguien más, pero cuando decido ir de frente actúas como que si nada de eso te pasara, y ya no sé si te gusto o si solo deseas que sea una sombra pasajera en tu vida. Por favor necesito que tomes una decisión entre lo que haces y lo que dices, te lo imploro, deja a un lado el miedo y permíteme tener la dicha de llamarte mi amor.
Créeme cuando te digo que no hay día en que no haya pensado en ti. Despeja todas mis dudas con tu intrépida forma de pensar, porque yo aquí, cavilando en la penumbra, creo que estoy enamorado. Más bien, me atrevo a decir que no solo yo lo estoy; estamos ambos atrapados en este encantamiento.
Adelante, aclárame, porque no entiendo qué es lo que te propones o buscas alcanzar. Por mi parte, estoy listo para comenzar, para embarcarme en este viaje juntos. Aclara todo lo que sientes y explícame la causa de esta tensión entre nosotros, y demos el siguiente paso que hemos de dar. Estoy dispuesto a tomar todo esto bien en serio, a disipar tus miedos y a entregar aún más.
Déjame en claro lo que sientes y quítame esta angustia de no saber si todo lo que sentimos tiene un destino. La verdad es que no creo necesario hacerlo difícil si el amor entre nosotros arde con un brillo que se nota desde lejos. Pon tu mano junto a la mía, hablemos con franqueza y sin preocuparnos por el juicio de los demás, porque siempre habrá quienes murmuren.
No hay que pensarlo mucho, solo sentir y dejarnos llevar. Dime si el destino te eligió para ser mi compañera en esta travesía del corazón.
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Cartas Perdidas
RomanceEste libro o como prefiero llamarlo álbum de cartas, está tejido con un entramado de cartas abiertas o sin un destinatario específico y otras solo no tuve el valor suficiente para enviarlas. Todas intentan explorar la conexión universal entre las pa...