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Después de esa mañana las cosas volvieron a la normalidad, o todo lo contrario, ninguno de ellos sabía que estaba pasando.

En los pasillos se seguían molestando como de costumbre. Pero en algún momento alguno de ellos arrastraba al otro hacia algún lugar solo para juntar sus labios en besos hambrientos.

— Alguien podría vernos.

— No me interesa.

Todo era tan confuso, Wilbur pesaba que estos últimos días que se encargaba de hacer la vida de Quackity un infierno había remplazado sus sentimientos hacia el azabache por odio, pero no era así, claro aun seguía disfrutando molestarlo pero cada que estaban solo ellos dos su corazón empezaba a latir como loco.

Pero todo estaba bien, tenía la satisfacción de verlo enojarse con las "bromas" que le hacía, también la satisfacción de verlo sonrojado y sin aliento después de besarse por lo que se sentían como horas.

Sorprendentemente, Wilbur solo había visto de lejos a Quackity esta semana, lo estaba poniendo de los nervios no poder besar esos labios que lo atormentaban.

Se hizo domingo en la noche, Wilbur caminaba por las calles solitarias cuales su única fuente de luz eran las estrellas de esa noche y algunas lámparas de casas que se encontraban por el camino.

Llego a aquel edificio que hacía que sus emociones se mezclaran y descontrolaran.

Subió las escaleras hasta llegar a la ventana del azabache, lo vio sentado en su escritorio mientras hacía lo que podía suponer era tarea, tocó el vidrio y este volteó sin mucho entusiasmo en su mirada, abrió la ventana.

Wilbur iba a terminar de entrar cuando vio un pequeño florero con tulipanes en la mesa de noche del menor, soltó una risita.

— No te conocía esos gustos de puto.

— Son un regalo, imbecil.

— ¿Porqué? ¿Alguien murió o que?.

— No — Quackity sonrío para si mismo al recordar — Estoy viendo a alguien.

Con solo eso fue suficiente para que la sangre de Wilbur empezara a hervir, ¿Quackity con otra persona que no fuera el? debía ser una broma, una muy pesada y para nada graciosa.

— ¿Quien es?. — Soltó en seco.

— Etoiles — Antes de que pudiera contestar Quackity siguió hablando — Si, el francés, está en mi clase de español y es muy amable conmigo, pero realmente amable no como otros mediocres que fingen ser buenas personas.

Wilbur termino de entrar al cuarto cerrando la ventana, acercándose cada vez más a Quackity el cual estaba empezando a perderse en sus recuerdos, A la mierda, que le importaba si Quackity veía a otros hombres, el solo estaba aquí para una cogida rápida.

El problema es que le importaba mucho, demasiado si somos sinceros, Quackity era suyo y de nadie mas.

El más alto tomo del cabello al otro, acercándolo a un fuerte beso lleno de celos, si era lo que Quackity quería hacerle sentir desde esa vez que lo vio besarse con ese chico brasileño hasta ahora que hablaba tan dulcemente de su nuevo ligue, había logrado su cometido.

Lo tiro hacia la cama, colocándose entre las piernas de este para empezar a retirar bruscamente sus pantalones junto a su ropa interior.

Nadie más podía llevarlo a citas y darle flores.

Agacho su cabeza hacia el cuello del menor, dejando mordidas y chupetones por donde podía.

Nadie más podía apreciar lo lindo que era.

Quisiera ser alcohol !? TNTDUO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora