Capitulo doce; hombre de palabra

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Llegue con mi mochila sobre el hombro, mi lonchera y un bolso colgando de mi mano.

Iba caminando rápido a la sala del ceal para dejar el lienzo de mi alianza, ya que sentía que si alguien más se lo llevaba lo iba a perder.

No iba a dejar que pasara otro año.

Por la ventana de sala veo como está instalada la base del escenario para hoy.

— Por la... — y veo como se le caen las bolsas a la Barbi.

Voy donde ella y recojo las bolsas dejándolas sobre la mesa.

— Recuérdame porque nos metimos a esto.

— Por el poder. — respondo suspirando fuertemente.

Y por andar metida en algo.

— Termine hace no mucho la capa del Cris. — la levanta mostrándola.

Es literalmente un azul rey con plumas.

Esta bonita, y estoy muy segura de que si me la pongo arrastra en el suelo, ya que está hecha a su medida.

Me la imagino en el junto a corona, rio cuando me imagino como podría enredarse con su guitarra.

Borro la imagen de mi mente porque en vez de ser una linda imagen mental se transforma en la peor tragedia.

— Vamos. — la llevo fuera de la sala tomándola del brazo.

La primera clase es historia y lo único que tenemos que hacer es entregar un trabajo, después quedamos libres.

Llegamos a la sala donde ya se encuentra gente sentada, dejo mis cosas sobre la mesa y me siento sacando mi celular.

Jululi

Éxito hoy rockera





Sonrió por el mensaje y le contesto.

Amo a mi hermana.

Me asusto cuando siento que algo cae sobre mi cabeza, me muevo por reflejo dejando caer lo que sea que estaba en ella.

— Ups. — se agacha el Cris recogiendo la corana que ahora se que estaba sobre mi cabeza. — Perdón. — dice dejándola caer sobre su cabeza.

— Te perdono porque me asustaste.

— Perdón. — vuelve a repetir. — ¿mandaste las canciones?

Rio. — Obvio, me matan y me mato si no lo hago.

— Espero que las cantes. — me guiña un ojo y se dirige a su asiento con el Agus.

Si esto fue coqueteo fue muy barato para mi sistema.

— Agradezco que sea el ultimo año. — llega la Mimi dejando, no, perdón, tirando su mochila a mi mesa, tengo que activar mis reflejos para agarrar las cosas que se van a caer.

— Vo' no teni' ni un cuidado.

— Deja de quejarte y agradece que es nuestro último año. — se sienta frente a mí.

— ¿Castigo o castigo?

— Buenos días chiquillos, los trabajos sobre mi escritorio. Quedan libres, pero dentro de la sala no pueden salir.

Aprovecho que la Barbi va a entregar el suyo y se lo paso.

Momentos libres, tiempo para dormir.

Acomodo mejor las cosas sobre la mesa y cierro los ojos.

Siento como alguien deja caricias sobre mi pelo así que me acomodo mejor sobre la mano.

Esperen.

Gane mi reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora