Almuerzo

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Bien, las vacaciones terminaron y como último acto de libertad, el grupo de amigos habían decidido almorzar en la casa de alguno de los chicos.

— Taesan ¿Pones tu casa para el almuerzo? — Preguntó Sungho.

— A mi no me interesa, pero tengo que preguntarle a Woonhak — Los cuatro chicos asintieron. Vieron como Taesan sacó su celular para llamar. — Aunque pueden hacerlo ustedes mismos —

Leehan sonrió ante el pensamiento de poder hablar con Woonhak siendo oficialmente el novio de su hermano, claro que habían hablado antes, pero no tanto que digamos. La voz del mencionado se hizo presente por medio de la línea.

Hola, Taesan? — Riwoo empezó a susurrarle algo a Jaehyun quien miraba a Sungho. — Hola?

— Hola Woon, lo siento, pero los chicos quieren decirte algo — Ninguno se decidía por quien hablaría, Sungho y Riwoo se sentían un poco intimidados ante Woonhak. Mientras que Leehan pensaba que era como un osito bebé, no era su hermano pero sentía ternura y Jaehyun... Pues él pensaba que Woonhak era el ser más bello que había visto

— Hola, Woonhak, soy Sungho —

Hola Sungho ¿Qué pasa? — Sungho pensaba que si soltaba todo rápidamente sería mejor.

— Quería saber si estabas de acuerdo en si podíamos ir a tu casa y la de Taesan para almorzar... Claro que también contigo — Eso fue fácil.

— Mhm, si Taesan dice que está bien, pues está bien — Los demás chicos suspiraron aliviados.

— Taesan dijo que teníamos que preguntarte a ti porque eres el dueño de casa — Riwoo casi que gritaba.

¿Ah si? Pues esta bien, los veo luego, ahora tengo que limpiar — Sin más que decir colgó la llamada.

— No hacía falta lo del dueño de la casa — Taesan guardó su celular mirando a Sungho.

— Lo importante es que ya tenemos donde almorzar — Sungho desvío la mirada empezando a caminar a la entrada del supermercado, si, ya estaban por comprar las cosas, literalmente solo faltaba la casa.

Leehan se acercó a Taesan y tomó su mano, ambos caminaron mientras entrelazaban sus dedos. Atrás venían Riwoo y Jaehyun.

— Oigan, Riwoo y Leehan comparten una casa ¿Por qué no pensaron en eso primero? — Preguntó Jaehyun.

— Lo pensamos, pero nah, no gracias — Contestó Riwoo. — No queríamos platos sucios, eso que lo haga Taesan —

Leehan reía mientras Taesan hacia lo mismo sólo que con indignación.

La lista de compras estaba escrita en un papel arrugado, y los cinco amigos se dividieron para buscar los ingredientes.

Jaehyun, con su cabello alborotado y una sonrisa traviesa, tenía una debilidad por los Doritos. Mientras los demás buscaban verduras y carne, él se deslizó sigilosamente hacia el pasillo de las botanas. Los brillantes paquetes de chips lo llamaban desde la estantería.

—¿Qué estás haciendo, Jaehyun?— preguntó Riwoo, al verlo con los Doritos en la mano.

Jaehyun se encogió de hombros. —Solo tomo un pequeño aperitivo para el camino. Sungho pagará las cosas, ¿verdad?—

Sungho, el más responsable del grupo, estaba ocupado comparando precios de pasta y tomates enlatados. No se dio cuenta de que Jaehyun había añadido los Doritos a su canasta.

Taesan, con su expresión curiosa, se acercó a Jaehyun. —¿No deberíamos pagar por eso?—

Jaehyun guiñó un ojo. —Relájate, Taesan. Es solo un pequeño secreto entre nosotros. Sungho no notará la diferencia—

— Suenas como un contrabandista — Taesan se alejó para ir con su novio.

Leehan, miró a Jaehyun con admiración. —Eres valiente, Jaehyun. Yo también quiero Doritos—

Los cinco amigos continuaron llenando sus carritos con ingredientes para el almuerzo. Cuando llegaron a la caja registradora, Sungho sacó su billetera y pagó sin sospechar nada. Los Doritos de Jaehyun se escondían entre las latas de atún y los paquetes de fideos. Bien pensado eh.

Al salir del supermercado, Jaehyun compartió los Doritos con los demás. Todos rieron y disfrutaron de su pequeño secreto.

Al girar la llave y empujar la puerta, se encontraron con una casa impecablemente ordenada

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Al girar la llave y empujar la puerta, se encontraron con una casa impecablemente ordenada. El suelo brillaba, y el aire olía a limpieza. Woonhak estaba allí, parado junto al sofá, con una sonrisa amplia que iluminaba su rostro. Sus ojos se posaron en Jaehyun, y su sonrisa se ensanchó aún más. Era evidente que había estado esperando su llegada.

—¡Bienvenidos! —exclamó Woonhak, extendiendo los brazos en un gesto acogedor—. Jaehyun, me alegra verte. ¿Traen algo especial? —

Jaehyun asintió, sosteniendo una bolsa de papel marrón. Riwoo y Sungho también tenían sus propias bolsas con provisiones. Leehan sonrió tímidamente y siguió a los demás hacia la cocina.

Dejaron las bolsas en la encimera, y Taesan comenzó a sacar los ingredientes para el almuerzo. Mientras cortaba verduras, Leehan se acercó a Woonhak, quien estaba ocupado organizando los utensilios.

Riwoo y Sungho se movían con destreza, susurrando entre sí mientras preparaban la pasta. Nadie sospechaba que estos dos amigos de toda la vida compartían un secreto. La atmósfera estaba cargada de anticipación, como si el aroma de la salsa marinada también estuviera al tanto.

Taesan con su delantal manchado de harina, rebanaba tomates en la encimera. Leehan, estaba ocupado picando cebollas, haciendo muecas cada vez que una lágrima se escapaba. Jaehyun, organizaba los ingredientes con precisión como si fuera un militar, mientras Woonhak, batía huevos para la tortilla de espinacas.

El sonido de las ollas y sartenes llenaba la habitación, pero Riwoo y Sungho continuaban su conversación en voz baja. ¿Qué estarían tramando? ¿Quizás una sorpresa para el resto del grupo? ¿Ustedes que creen?

Leehan se acercó a Woonhak. — ¿Qué crees que están tramando esos dos? — preguntó, señalando a Riwoo y Sungho. Woonhak encogió los hombros. — ¿Quién sabe? Pero estoy seguro de que no es solo pasta lo que están cocinando—

La puerta de la cocina se abrió y Taesan entró, con una mirada curiosa. — ¿De qué están hablando? — preguntó. Leehan y Woonhak intercambiaron una mirada cómplice. — Solo asuntos de hermanos?—, respondió Leehan, y Taesan asintió, sin sospechar nada.

Mientras tanto, Riwoo y Sungho terminaron de mezclar la pasta con la salsa y la sirvieron en platos.

El almuerzo transcurrió con risas y charlas animadas. Riwoo y Sungho compartieron miradas furtivas, como si tuvieran un secreto que solo ellos conocían.

Charming | GongfourzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora