Y puede que, después de todo, mi condena haya terminado y ahora podamos ser el uno para el otro.
Y puede que, después de todo, yo me este enamorando otra vez de alguien que es diferente a todo lo que me vino trayendo la marea. Solo que, esta vez, yo remé para encontrarte.Y puede ser que, después de todo, los opuestos realmente se atraigan y nosotros, a pesar de ser muy diferentes, nos merecemos el uno al otro.
Merecemos habernos encontrado en nuestras vidas, merecemos haber vivido las cosas que nos sucedieron para llegar hasta donde estamos, y merecemos habernos dicho aquel: "hola". Merecemos ese café con leche que bebimos mientras hablamos tímidamente sobre nosotros, merecemos esas risas que salieron de nuestros estómagos, merecemos esos roces de manos cuando te sentía cerca, merecemos esas miradas que dicen todo, merecemos esas sonrisas que nos damos cuando ambos entendemos lo mismo, merecemos esos abrazos, esos besos y esos ojos llenos de brillo. Llenos de vida y luz. Llenos de tanta vitalidad, de tanta energía y ganas de ser un humano.
Yo te quise encontrar, quise ver que es lo que hay más allá del bosque, quise explorarte y ubicarte. Pero, al primer intento de entrar al bosque, me perdí.
Perdí la noción de dónde era dónde estaba parada, y decidí irme lo antes posible para jamás volver. Pero, recordé que realmente quería descubrir que era lo que había en el bosque, recordé mi objetivo. Entonces tomé un mapa y empecé a marcar en él dónde era donde estaba y hacía dónde era donde debía avanzar.
Las cosas se me facilitaron, aunque todavía sigo buscando que es lo que hay en el bosque, me fascina recorrerlo cada día que puedo, respirando y sintiendo cada parte de él. Me encanta.
Por eso, nos merecemos después de cada largo recorrido que damos, de cada paso, cada acercamiento al centro del bosque, de cada interacción y cada interés que ponemos.
Merecemos esto que crece, esto que nace, esto que cultivamos.Merecemos ser los opuestos que se atraen.
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Pensamientos transparentes de una mente complicada - poemario
Poetrymis pensamientos y yo a veces no nos llevamos muy bien. pero otras veces es divertido convivir me dicen cosas dulces y romanticas, coquetean conmigo mientras que otros me desean lo peor. en fin, somos mis pensamientos y yo.