Capítulo 19

15 6 0
                                    

Eider.

Que lindo es la vida cuando no haces nada.

Ojalá todos los días fueran así.

Amo mi vida más que a mi tigre. —Mentira, sin él no soy yo. —

Me encontraba en mi habitación viendo la piedra rara que encontré ya hace más de un mes.

Traté de buscar a la sirena pero no la ví en ningún momento, estuve todo un mes yendo al río que está cerca del arroyo. Me quedaba ahí con el miedo de ser devorado por un crakul —una especie de lobo grande pero al lado de sus costillas salen alas que le permite volar cuando tiene pereza en caminar, lo entiendo también sería ese— y yo no estaría.

Estaba apunto de tomar una siestita — que dura más de diez horas. — hasta que escucho como topan la puerta murmuré un pase aún acostado boca abajo en mi cómoda cama.

-¿Oye no tienes cosas de príncipe que hacer? - preguntó una voz conocida que me estresa pero la persona que habla me cae bien.

-No, ya acabé todo, felizmente y puedo dormir. ¿Tú qué haces acá? - hablé aún acostado boca abajo abrazando más mi almohada.

-Yo, tu bestie, el amor de tu vida pero en amistad ¿Me estás tratando de echar? Que feo tu corazón. - aunque no lo veía sentí que se llevaba una mano al pecho.

Yo hice una pequeña sonrisa pero la borré cuando me senté.

-¿Qué se te ofrece Aziel? - lo miré con cara de sueño. - Estás interrumpiendo mi siestita.

-Sólo pasaba por aquí y quise saludar a mis dos amigos pero uno está ocupado y el otro milagrosamente no lo encuentro curiosidando algo. - se cruzó de brazos alzando las cejas.

Lo miré sin expresión alguna para luego agarrar una almohada lentamente y en un movimiento rápido la almohada impacto en su cara y él se quejó.

Solté una pequeña risa tirandome hacia atrás y al no sentir la almohada solté un pequeño quejido de frustración.

-Pasame la almohada que lo vas a ensuciar. - traté de excusarme.

-No. - sonrió divertido.

-Aziel. - dije en tono de advertencia.

-¿Qué? - preguntó inocentemente.

Me levanté de la cama yendo a su dirección tratando de agarrar mi almohada, si tengo más, pero esa es la más cómoda y mi favorita.

Me lancé hacia él poniéndome de puntitas tratando de agarrar mi almohada pero como todo amigo él se inclinó un poco hacia atrás impidiendo que agarre mi almohada.

¿Por qué no lo puedo agarrar si somos de la misma altura? Él no creció, yo no crecí él único que creció fue Haslam y es el menor de los dos.

La vida no es justa.

-Dame. - agarré su brazo llevándole hacia abajo y casi, casi, casito, lo agarro pero él puso su otra mano atrás agarrando la almohada y llevándole a su otra mano y se volteó quedando detrás mío.

-Obligame. - me mostró una sonrisa burlona. Lo odio.

Hice el mismo movimiento poniéndome de puntitas y sin querer empujándolo un poco haciéndole retroceder tanto que caímos en mi cama.

Yo encima de él, él debajo de mí. Muy cerca nuestras caras.

Él dejó de sonreír y me miró con los ojos abiertos y yo también. Parecía competencia de quién lo tenía más abierto.

Nuestras respiraciones se mezclaban, nuestro aliento también, mis manos en su pecho y una de sus manos de él lo tenía arriba de su cabeza agarrando la almohada y la otra lo tenía en mi cintura.

OK: ESTÁ BIEN [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora