Capítulo 34

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Parte 2

Eira.

Horas antes.

Me apresuré en ir hacia los jardines de este castillo, sí que es grande.

La incomodidad entre mis piernas era notoria porque estaba caminando como pato y me estaban mirando feo algunas personas de servicios y guardias con los que me cruzaba. Lo que hago por ti Haslam.

Vislumbré a Bastiaan en medio de una fuente con las manos en los bolsillos, su espalda era ancha y por la camisa se notaba los músculos definidos que tenía. No estaba mal. Sí es una persona atractiva.

Cuando escuchó mis pasos se dió la vuelta y me apresuré a caminar normal. La humedad se me pegó más. Qué asco.

Lo que hace el amor, por eso niños, no se enamoren.

-Demoró demasiado.

-Cosas de mujeres. - sonreí con amabilidad.

Sus ojos azules intensos me miraban con curiosidad, vaya, sus ojos sí son lindos. No lo negaré.

-¿Período? - enarcó una ceja.

-Se podría decir que sí.

No dijo nada y sólo asintió, me puse a su costado y comenzamos a caminar.

Bastiaan no es un mal chico, tiene veintidós años, es amable y educado aunque habla un montón de sí mismo. Aunque es bueno que hable porque no tendría mucho de qué contar. ¿Qué le podría decir? Él no sabe que mi novio es Haslam, Quiles se encargó de eso. Y a mí él me prohibió contarle y si lo hago Haslam volvería a hacer golpeado.

Señor Jesús y todos los santos, amén.

Que no pase, por favor.

Mientras caminamos y él hablando de lo mismo, reino, poblaciones, comida, etc. Observé un pequeño camino de pequeñas piedritas a los costados decorando la pequeña travesía. Tenía arbustos y árboles llenos de flores rojas, verdes, blancos, rosados y amarillos. Una verdadera obra de arte.

-¿Quiere entrar? - volteé a ver a Bastiaan, él me miraba con fascinación.

Lo sé amigo, soy hermosa, tengo un novio que se encarga de resaltarlo cada vez que me mira y pueda.

-No, gracias. - le sonreí con amabilidad y avancé indicando que se olvide de eso, claro que quiero entrar y ver hacia dónde lleva pero quiero hacerlo con Haslam.

-Me he dado cuenta de algo. - su voz sonó demasiado calmada.

-Sorprendame.

-Estuve hablando mucho de mí, - vaya después de días se dió cuenta. - hableme de usted.

-¿Qué le gustaría saber?

Lo dudó un momento.

-¿Color favorito?

-Son varios.

-¿Cuáles?

-El marrón oscuro, el negro, - porque son sus colores característicos.- y el verde, claro, no oscuro. ¿El de usted?

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