Capítulo 11

18 5 0
                                    

Haslam.

Me encontraba en mi cabaña, que es mi casa temporal; echado en mi pequeña cama que a las justas alcanzo, pensando en lo que acababa de pasar hace unas horas ¿Yo quería besar a Eira? ¿Yo? ¿Besar? ¿A Eira?

Madre mía.

Es que tampoco lo negaré, ya que estaba apunto de preguntar si podía besarla, pero claro la señorita tuvo que mirar a otra parte y decir que teníamos que entrenar.

Es que tú también te demoras pues hijo.

Shhh. Que contigo no estoy hablando.

Ya pero, si le hubiera pedido permiso ¿Ella hubiera aceptado?

En eso escucho como golpean la puerta, me paro a abrirla y me encuentro con la dueña de mis pensamientos, en la puerta de mi cabaña a estas horas de la noche, posiblemente si alguien la descubre estaríamos en problemas, ella está con un pantalón negro, una blusa blanca y unas pantuflas del mismo color que la blusa.

Y yo... Sin un polo y descalzo.

Es que aquí entre nosotros, me da pereza ponerme un polo y en esta época del año hace calor.

-¿Qué haces tú acá? - me coloqué entre la puerta y la pared.

-¿Podemos hablar? - por la cara y el tono supe que hablaba de un tema que le preocupaba.

-Vale. - abrí la puerta y ella dio un paso y se detuvo observando mi cabaña.

Bueno, con el tema del orden, si soy ordenado pero me dio pereza ordenar y como yo me despierto más temprano que ella dije que iba a ordenar mañana ya que no me esperaba una visita y si hubiera esperado alguna hubiera estado todo ordenado.

-Perdón por el desastre, sinceramente no esperaba visita y me dio pereza limpiar e iba a hacerlo mañana temprano.

-Te entiendo, si no fuera por Andri y los señores de limpieza mi habitación estaría peor.

Le sonreí.

-Toma asiento en la cama yo me sentaré en la silla del escritorio.

Ella se sentó y yo me puse a ordenar un poco el escritorio para agarrar la silla y sentarme frente a ella.

-¿Qué pasó? - dije una vez mirándola y dándole toda mi atención.

-Me acabo de enterar de algo gracias a Eider... Y quiero que seas sincero, por favor. - puso sus manos en sus rodillas.

-Vale. - Eider no le habrá dicho... ¿O sí?

-¿Es verdad que yo soy hija de otro hombre?

Cualquier persona si se entera de un tema así lo diría con delicadeza, pero no, la señorita lo lanzó tan directo y rápido.

-Si. - y yo quejándome.

-Pero... ¿Cómo? ¿La apariencia que tengo es de mi padre? ¿El pelo, los ojos y las pecas se deben a mi padre? - se levantó y mientras hablaba caminó por toda la cabaña para detenerse en mi escritorio y apoyarse en el con las manos atrás.

-Sinceramente sí. - me giré hacia su dirección para estar frente a frente.

-Pero... ¿Cómo? - agachó la cabeza.

Me levanté para agarrarla del los hombros.

-Si quieres te cuento mi versión de la historia. - puse una mano en su barbilla y lo alcé para que me mire.

-¿En serio?

-Sí. - le sonreí. - ¿Quieres? - ella asintió. - Bien pero vuelve a sentarte en esa cama.

OK: ESTÁ BIEN [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora