Capítulo 8

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-Auch duele Eider.

-Si te dejarás de mover tal vez no te dolería tanto.

Eider puso un poco de alcohol en un algodón para que desinfecte la herida que me hice en las clases de defensa personal.

Si preguntan si fue Haslam, no fue él, él prometió que sería más suave conmigo, esto me lo hice yo por mi propia cuenta, soy muy torpe y siempre adónde vaya termino en el piso, y esta vez no fue la excepción.

Me había resbalado con no sé qué o me había caído por mi propia cuenta supongo, la cosa es que quedé como sticker en el piso.

Haslam oyó el golpe y se apresuró a ayudarme.

De hecho me sorprende que no me haya caído el primer día, me sorprende que me haya caído después de dos semanas y media, yo a cada lugar que voy termino en el piso al toque, no hay excepciones, si es un lugar donde visitaré una sola vez en mi vida me caigo, si es un lugar donde iré algunas veces me caigo, y todos son el mismo día que voy.

En este caso me caí y me hice un raspón grande en el codo.

Eider como mi buen hermano que es me ayudó ya que él sabe un poco sobre curar personas y como yo no quería ir a un consultorio de brujas o hechiceras ahí no más.

Es que ¿Por qué hacer un viaje algo largo por un raspón cuando mi buen hermanito me puede ayudar?

-Y listo. - Eider dejó las pinzas que sostenía el algodón en una bandeja de plata que sostenía Haslam.

Hablando del rey de Roma, él permaneció en silencio en todo el proceso de curación.

-La herida sanará en algunos días posiblemente en dos o tres días, depende. - habló alejándose y yendo al lavado de su cuarto para lavarse las manos. - ¿Puedes mover el brazo? - dijo desde el baño

Lo moví pero dolía un poco, sobretodo en la parte de cerrar el codo, la herida era un poquito más arriba del codo hasta la mitad del brazo hacia abajo.

¿Si me entienden verdad?

-Duele un poco.

-Se acabó el entrenamiento por hoy día, pulga. - Exclamó Haslam con una carota toda sería y las cejas algo funcidas pero sus palabras fueron suaves.

-Pero... ¿Por qué? Si estoy bien, sólo dije que dolía mover, no que no podía, es muuuuuuy diferente y lo sabes. - Hablé mirándole seriamente.

Nos quedamos mirando un rato hasta que él volvió a hablar.

-Igual, cuída el brazo, no quiero forzarte a nada, será mejor que descanses, pulga. - Me dijo mirándome fijamente.

-Pero... - traté de hablar pero un señorito llamado Eider me interrumpió.

-Será mejor que le hagas caso a Haslam, Eira, imagínate a papá si te ve, mandaría a colgar a Haslam por haberte forzado a seguir practicando con una herida de ese tamaño que no se veía nada bien hasta que lo limpié. Además una de las reglas es que era que no te obligue a seguir practicando con una herida por más pequeña que sea. - Habló recostado en la puerta con una toalla secando sus manos para luego pasarla a su cuello.

-Exacto, obligarme, pero es mi desición y yo quiero hacerlo.

-Eira... - Dijo mi hermano con ese tonito de advertencia.

-Pero, es que yo quiero...

-Será mejor que no Eira, descansa un poco, mañana mejor continuamos, además sólo faltaba una hora para que acabase la clase. - Habló Haslam agarrando mi brazo y revisando mi herida - Y tú hermano tiene razón, está herida no se veía bien cuando llegamos y ahora que lo limpió por lo menos es decente. - Estaba diciendo todo eso con la mirada fija en mi codo.

OK: ESTÁ BIEN [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora