1.8

23 4 0
                                    

El verano llegó con asombrosa rapidez y todos aprovechábamos la piscina de los Kim para intentar disfrutar todas esas horas de infernal calor de la mejor manera posible.

Haewon y yo tomábamos el sol mientras los tres chicos seguían en el agua. Únicamente estaba Hongjoong en casa a parte de nosotros, quién apareció de repente con una sonrisa.

—Ya ha llegado la comida, adentro.

Mientras ellos se secaban, Haewon y yo nos pusimos la ropa. Entramos y nos sentamos frente a las pizzas que habíamos pedido hacía, más o menos, una media hora.

Los seis estábamos en círculo hablando de distintos temas, entonces, súbitamente, San se sonrojó y quiso contarnos algo.

—Por cierto... –rió nervioso–, no os lo conté, pero el penúltimo día de clases estaba con Baerim –comenzó a explicar, mencionando a una chica de nuestro curso–, al parecer le gusto, y me besó.

Todos nos miramos sorprendidos, San había guardado durante más tiempo del esperado aquel dato.

—¡Ya has dado tu primer beso, San! –exclamó Haewon emocionada.

—Eres el único que faltaba del grupo, ¿no? –habló Yeosang palmeando su espalda.

Yo agaché la cabeza algo avergonzada, porque todavía faltaba alguien y ese alguien era yo. Siempre me había repetido a mí misma que no debía sentir vergüenza por aquello, pero era inevitable cuándo ocurrían situaciones cómo estás constantemente.

Era difícil ser un adolescente que no había experimentado nada en el amor a esta edad, pero tampoco tenía pensado mentir.

—Yo no he dado mi primer beso todavía –respondí con las mejillas rojas de la vergüenza. Me miraron durante unos instantes, algo confusos.

Vi a mis amigos sorprenderse, en cambio, Wooyoung simplemente sonrió, cómo si aquella idea le tranquilizase más de lo que debería.

—No es para tanto, te lo aseguro –le restó importancia Choi, para luego cambiar de tema.

No haber dado mi primer beso no era algo tan importante, no me afectaba en mi día a día ni nada por el estilo. Aún así, a veces me avergonzaba mencionarlo en voz alta aunque tenía claro que no tenía nada de malo, y que no iba a mentir por ello.

Seguimos conversando hasta que todos los chicos se fueron de casa, quedando así Hongjoong, Haewon y yo en la casa.

Mi mejor amiga fue a su habitación a ducharse, ya que sentía su pelo estropajoso luego de pasar el día en la piscina. Mientras tanto, yo me quedé con su hermano en el salón, buscando qué película o serie poner.

—¿Una de Disney? Llevo tiempo sin ver Aladdin –propuse, y Hongjoong sonrió recordando que era mi película favorita de Disney.

—No creo soportar oírte cantar "Un mundo ideal" más veces –se comenzó a burlar, yo me crucé de brazos indignada.

—Mi voz ha mejorado conforme a los años –me excusé, aunque era mentira.

—No pienso arriesgarme.

—¿Y qué propones para ver, Hongjoong?

—Los minions.

Cuándo dijo aquello me comencé a reír a carcajadas, ya que era bastante oportuno.

—¿Estás dispuesto a pasar toda la película escuchando las burlas?

—¡He crecido! ¡No soy un minion!

Me giré hacía una foto que había en una estantería cercana y la señalé. Debía de ser, cómo máximo, de hacía uno o dos años, y aparecía Hongjoong vestido cómo un minion se vestiría.

—Permíteme dudarlo.

Él se levantó indignado y le dio la vuelta a la foto, mientras yo me encargaba de encontrar el CD de la película y colocarla en el DVD.

—Haewon debe estar por salir de la ducha, ¿no? –pregunté, pero mi respuesta llegó cuándo escuché cómo el agua comenzaba a correr en el cuarto de baño.

—Creo que acaba de empezar a ducharse –se rió su hermano–. Me esperaré para poner las palomitas entonces.

Ambos nos quedamos en el sofá mirando nuestros teléfonos, sin mucho más de que conversar. Hongjoong siempre fue el hermano mayor de mi mejor amiga, pero nunca fuimos amigos y dudo que lleguemos a serlo en algún punto, así que no teníamos demasiado de lo que conversar.

Cuándo pasaron un par de minutos, el silencio se comenzó a hacer incómodo. Kim parecía tener algo que decirme y yo era incapaz de descifrar que era.

Luego de otro par de minutos, Hongjoong carraspeó y se dispuso a hablar.

—No he podido evitar oír... que no has dado tu primer beso –murmuró cómo si nada.

—Claro, estabas en la conversación cuándo lo dije.

Estaba extrañada, ¿pensaba echármelo en cara? No teníamos la suficiente confianza para eso.

—¿Por qué?

—Nunca fui la típica chica que alguien quería besar –admití.

—Eso suena de película adolescente americana –rió–. ¿A qué te refieres?

—Era coreana y no dominaba demasiado el idioma cuándo llegué, y sólo pude hacer pocos amigos. No salí de ese círculo social y los chicos tampoco iban detrás mía, simplemente pasaron los días poco a poco hasta llegar al día de hoy.

—Entiendo –respondió con sequedad.

Si el ambiente antes de aquella conversación ya era raro de por sí, luego de aquello era muy extraño e incómodo. Esperaba que Haewon saliese pronto de la ducha, pero en el fondo sabía que todavía me tocaba esperar más de veinte minutos.

—Y... ¿nunca has pensado en dar tu primer beso? –continuó hablando.

—Claro, aunque no es algo que me quite el sueño a decir verdad –me encogí de hombros–. Me gustaría darlo, pero tampoco se me presenta la oportunidad.

Hongjoong me miró durante varios segundos y me percaté de hacía dónde iba la conversación. Mi expresión tuvo que cambiar abruptamente, porque comenzó a hablar sobre sus intenciones.

—No haría nada que te pueda hacer sentir incómoda, si quieres podemos dejar la conversación o... ¿quieres que suba a mi habitación?

Me quedé varios Segundos callada, ¿qué quería?

Hongjoong siempre me pareció un chico muy guapo, sí, aunque nunca lo miré con otros ojos. Aún así, ahora que se me brindaba la oportunidad, no podía negar que la duda de aceptar asaltaba mi mente.

Luego de un par de segundos más, me encogí de hombros.

—Vale, siempre sentí mucha curiosidad por cómo se siente besar a alguien.

Él tomó aquello cómo una afirmación, por lo que se acercó con velocidad a mí y pegó sus labios contra los míos.

Comenzó bastante suave, me gustaba la sensación pero no me parecía nada del otro mundo, pensaba eso hasta que me acercó más a él y abrió paso con su lengua hasta mi boca.

Un cosquilleo comenzó a apoderarse de mí y no quise separarme. Me acerqué aún más a él hasta quedar sentada a horcajadas suya mientras nos seguíamos besando.

Si tuviese que describir aquel momento con una palabra habría sido, sin ninguna duda, excitante. No puedo decir que fue mágico, que estaba nerviosa o que sentí mariposas en el estómago, pero puedo admitir que me gustó mucho.

Estuvimos así hasta que oímos cómo la puerta del baño se abría. Me separé de él con velocidad y Hongjoong corrió a hacer las palomitas mientras yo me excusaba con que quería ir al baño.

Para nuestra suerte, Haewon no se había enterado de nada. 

Wɪsʜ ʏᴏᴜ ᴡᴇʀᴇ sᴏʙᴇʀ (ᴊᴜɴɢ ᴡᴏᴏʏᴏᴜɴɢ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora