Wɪsʜ ʏᴏᴜ ᴡᴇʀᴇ sᴏʙᴇʀ (ᴊᴜɴɢ ᴡᴏᴏʏᴏᴜɴɢ)

1.2

El lunes San, Jongho y Mingi se presentaron en mi puerta para ir juntos hacia la secundaria. Me alegraba pensar que, al final, mis amigos y yo fuimos capaces de ir al instituto que queríamos y todos juntos aunque sólo fuese un año.

No había hablado demasiado con Song pero me resultó gracioso. Me explicó que él no iba a la misma clase que el resto y comprendí que tampoco se juntaba demasiado con aquel grupo.

Al final, siempre fuimos nosotros cinco y eso no cambiaba, pero debía admitir que me asustaba un poco no terminar de encajar con Haewon y Wooyoung.

Además, sentía curiosidad por verlos juntos. Lo pensé por varias noches y comprendí que realmente Jung y yo no saldríamos nunca, mucho menos ahora que seríamos dos desconocidos.

—Les dije que llegasen antes del horario de clases –comentó el mayor de los Choi.

Llegamos al recinto escolar y los otros dos chicos fueron por caminos distintos mientras yo seguía a mi amigo.

Y los vi desde lejos.

Me quedé sin aire al ver la escena, seguían siendo los mismos de antes pero habían crecido.

Aunque quisiese negarlo, siempre tuve un poco más de relación con Haewon al ser mi mejor amiga entre todos y con Wooyoung porque, bueno, fue mi novio cuándo era pequeña.

Así que era impactante verlos besándose a pocos metros mía.

Yeosang apareció detrás nuestra y yo lo abracé, sintiéndome avergonzada por ver la escena.

Ahora me encontraba de espaldas a ellos abrazada al chico con miedo de girarme, mientras Kang me contaba cómo casi no desayuna sin apartarse todavía de mi.

—¡Hola! –exclamó una voz, era la de Haewon.

Había cambiado pero seguía teniendo ese matiz que la distinguía.

Lo mismo me pasó con Wooyoung.

—Yeosang –rió él, su risa era la misma, tan escandalosa cómo siempre–, ¿era esto lo que nos tenías que contar? –comentó con picardía en su voz.

Me giré sintiendo las orejas rojas. Los miré a los dos, no me reconocieron al instante pero luego de un par de segundos lo lograron.

La sonrisa de Haewon se ensanchó mientras que la de Wooyoung desapareció.

—¡Yuri! –chilló la chica, yo sonreí también y la abracé–. ¿Cuándo volviste?

—Este sábado, San y Yeosang me ayudaron a pintar de nuevo mi habitación así que hablé con ellos antes y decidimos daros la sorpresa –me expliqué mientras ella me daba besos en mis mejillas emocionada.

—¡Estás tan guapa! –exclamó y yo reí, siempre fue una persona que amaba el contacto físico y dar halagos.

—Tú también lo estás –aseguré.