Once Upon a Spy × Family🗝️🔑

10. (2/2) ...y los demás al gozo

Narración en tercera persona

Fiona Había muerto y tenía dos culpables, Anya y Demian bajaban las escaleras con rapidez, asustados por lo que había pasado finalmente mente llegaron al cuerpo muerto, muy muerto de Fiona Frost.

—Cielos que hicimos —dijo Anya—, la matamos, santo cielo.

—Si lo hicimos, pero fue en defensa propia, tratemos de convencernos eso.

Demian sabía que lo mejor era continuar con eso aún que signifique poder traerle traumas, aunque poco podía hacer el igual batallaba con sus demonios y ahora debía apoyar a Anya.

—Ella se lo merecía, trató de matarnos ¡Tu la escuchaste!

—Lose pero, Nunca antes lo creí —abrazo a Demian, dejándose caer en su hombro.

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Empezó a amanecer

Anya no podía creer que hace pocos días, ella era una típica adolescente con un perro muerto que añoraba a su madre asesina y padre espía, bueno al parecer no era tan normal.

Al menos Demian podía manejarlo mejor, un hombre abrumado por el pasado, la muerte de su padre lo había afectado, había creado cicatrices del pasado con deseos de venganza ante dos hombres, pero ahora estaba confundido, ¿Su padre era tan inocente como el creía? Quizás se lo merecía, tantas muertes causadas por su padre.

Bueno los dos estaban igual de trastornados, pero nada que unas buenas sesiones de terapia que podían corregirlo.

Pero hay unos personajes de los que nos olvidamos y esos son Loid y Yor.

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Loid y Yor habían pasado una maravillosa noche, más que maravillosa, solo las sábanas eran testigos de lo que había sucedido.

Pero ya amanecía y Loid sabía que debía de ir donde Demian a rescatar a Anya, antes de que Yor se levantará, no sabía si iría detrás de el, tenía la pequeña esperanza de que quizás aquella noche desenfrenada le habría ayudado.

—hasta luego Yor —beso la frente de la dormilona Yor—, espero que en otra vida no busques matarme.

Loid salió de la habitación, ni siquiera la dueña del hospedaje se dio cuenta, Loid sabía que la cabaña de Demian no estaba tan lejos ni era muy difícil llegar ahí, pero más tarde que nunca se le apareció, alguien que no esperaba ver.

—Rayos —dijo, al sentir un cuchillo muy cerca de su cuello, casi.

—Eres muy descortés señor Lucar Ford, dejar a una dama a la merced de las sombras, vaya ingrato.

—Vamos Yor sabías que está pasaría —dijo Loid, sudando, estaba tan cerca de la muerte—, Debemos rescatar a Anya antes de que Demian le haga daño, si te contrató a ti para matarme.

—Lo se, pero aún tengo órdenes de matarte.

Poco a poco amanecía y el frío se sentía, Loid sabía que había una pequeña Luz en el interior para que Yor recordara, pero aquél cuchillo era muy filoso.

—Yor, si quieres matarme hazlo, pero por favor protege a Anya, no lo hagas por mí, hazlo por ella.

—Aun dudo como puede importarte esa niña, si ni siquiera la conoces, si nos abandonaste.

—Yo no los abandoné —expreso Loid, pero el cuchillo apretó lo suficiente como para hacerle sangrar unos mililitros de sangre, nada preocupante—, Escucha Yor, ¡¡lo lamento okey lamento todo!!

Algunas lágrimas salieron del rostro de Loid.

—Estuve pensando todos estos años en lo que les hice a ti y a Anya, Dios incluso a tu hermano Yuri, fue muy cruel el acercarme solo a ti, para que fueras una fachada o a Anya como caballo de Troya para derrotar a Desmond, Yor todo lo que hice no valió la pena.

»Salve el mundo, pero sacrifique el mío, sabes nunca me había sentido tan vivo desde que encontré a Anya tenía... bueno tiene una mirada tan tierna, no puedo creer lo mucho que creció —el cuchillo se alejaba más y más.

»Yor no hay día, más que el día que cuando una hermosa mujer de vestido negro aceptó ser mi esposa, con un anillo de seguro de Granada.

Yor se había paralizado entre las palabras de Loid, recordaba ciertas escenas, muy borrosas en la mente, algunos eran recuerdos poco dolorosos, su mente empezaba a recuperar algunas escenas dónde se encontraba una niña de 6 años con cabello rosado y otras con un hombre de traje Verde que se hacía pasar por psiquiatra.

—Loid —dijo Yor—, empiezo a ver fragmentos.

Se mostró una gran alegría en el rostro de Loid, finalmente Yor parecía recordar.

—Yor te amo, y lamento no haberlo dicho cuando aún me recordabas.

Sus labios se juntaron y Yor solto aquel cuchillo que había perforado por mililitros el cuello de Loid, en un tierno beso se abrazaron:

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